Ayer Joaquín López-Dóriga hizo un comentario machista, misógino y clasista. A partir de una fotografía que había originalmente subido la secretaría de Energía, Tatiana Clouthier, y que compartió después una cuenta troll con el mensaje “Duele cañón el 3er mundo”, López Dóiriga puso: “Que Tatiana Clouthier se arregla y que se va a Washington”.
El comentario fue clasista. Y eminentemente misógino. Indigno no sólo de un periodista, sino de cualquier persona.
Por supuesto que la gente se le fue encima, pero también el comentario provocó una campaña de desprestigio (machista y misógina) contra Tatiana. La atacaron fortísimo.
La cuestión es que el comentario de López-Dóriga representa, de cierta forma, a la oposición: una oposición que no ha sabido ser oposición, que sólo ataca y que en lugar de hacer una crítica a una política económica, se enfoca en la vestimenta de la secretaria de Economía.
Sí, así es la oposición, como Joaquín Lopez-Dóriga: en lugar de realizar, de forma seria, una critica estructural a un gobierno, se dedica a atacar de forma vil.
Eso no ayuda al debate sobre el país. No ayuda a la gente. No ayuda en nada. Por eso la oposición, hoy, en México, no está ayudando a nada. Y debería hacerlo.
Pero allá ellos.