El último adiós a Raúl Padilla López, el cacique de la UdeG

“Raúl Padilla López era un tipo determinante que nunca dudaba de lo que quería hacer”, escuché decir a varios personajes que acudieron a sus exequias que concluyeron este martes con una guardia de cuerpo presente en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara.

Entre el trajín de gente que entraba y salía de la funeraria Gayosso, la versión oficial anunciada por las autoridades judiciales de Jalisco, de que el ex rector de la máxima casa de estudios atentó contra su propia vida con un revólver que fue localizado a un lado de él en su domicilio, parece haber resultado creíble y hasta atractiva.

Ha terminado por encumbrar la figura de un personaje que inició su carrera abriéndose paso a sangre y fuego, cuando tomó el control de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

“Así tenía que ser, así tenía que ser”, dijo un allegado cercano a quien fue fundador y presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, como si el destino del ex rector estuviese sellado por la estela de muerte que ha marcado a su familia.

Primero su padre, Raúl Padilla Gutiérrez, quien se disparó un balazo en la sien en el año de 1972 decepcionado porque el presidente Luis Echeverría le otorgó la candidatura al gobierno del estado a Alberto Orozco Romero y lo rechazó a él.

Y, posteriormente, estremecido por el suicido de su hermano menor, Juan, que ocurrió cuando encabezaba la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

El periodista Pedro Mellado recuerda que  el antecesor de Padilla López en la rectoría, Enrique Javier Alfaro Anguiano –padre del actual Gobernador de Jalisco– vaticinó que el ex rector compartiría el mismo final trágico que su padre Raúl Padilla Gutiérrez, pues guardaba en su escritorio la pistola con la que aquél se había quitado la vida.

Padilla López estaba en etapa de metástasis de un cáncer del aparato digestivo. Durante el mes de febrero había viajado a Inglaterra y tuvo que volver a México ante la reaparición del padecimiento, que parecía superado. Volvió de su estancia en Europa, e hizo algunos arreglos antes de acabar con su vida el pasado domingo, dijo una de las fuentes cercanas al ex rector. La familia estaba al tanto de su precaria condición de salud.

El lunes por la noche, cientos de alumnos que han pasado por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), la institución que desplazó a la porril y sanguinaria Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) y personajes notables del llamado Grupo Universidad, desbordaron la funeraria para decirle adiós a quien dominó la máxima casa de estudios en los últimos 34 años.

Ahí estaba el Dr. Raúl Vargas López, quien nunca objetó ser el eterno aspirante a la rectoría.

El cuerpo de Padilla López se encontraba en un ataúd de color caoba cerrado, en el último salón de la funeraria  con una corona encima y el retrato que le hicieron cuando concluyó su periodo al frente de la rectoría. Los asistentes se arremolinaban en la puerta de ingreso, con una espera de hasta casi 30 minutos, para ver al líder moral unos cuantos segundos. Al interior del recinto, la espesura del aire obligó a salir a algunos de los asistentes a tomar un respiro. 

Los muros de la funeraria Gayosso y del Paraninfo, donde este martes se le rindió un homenaje de cuerpo presente, se llenaron de coronas fúnebres que enviaron amigos, familiares, escuelas, centros universitarios, actores políticos, académicos, y ciudadanos que  tuvieron acercamiento con el mandamás de la casa de estudios. No cabían más y tuvieron que ser encimadas una arriba de otra.

Ninguno de los arreglos florales tenía el distintivo del Gobierno de Jalisco que encabeza el emecista Enrique Alfaro Ramírez, con quien el ex rector había sostenido una confrontación abierta en el último año.

El mandatario jalisciense fue el primero en dar a conocer el fallecimiento de Padilla López por medio de su cuenta de Twitter y no volvió a mencionarlo. El desdén hacia el ex rector también fue compartido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y no de forma gratuita, pues en 2018 Padilla formó parte de la resistencia contra el mandatario, al grado de mencionarse su aspiración de ser secretario federal de Cultura con el entonces candidato del PAN, Ricardo Anaya. 

Qué Padilla fue un personaje de ‘claroscuros’, con una historia gangsteril que lo precede desde su liderazgo al frente de la FEG, eso lo saben los universitarios, pero no quieren que se le recuerde de esa manera.

“La historia que hay es la de un hombre que democratizó la universidad, que quitó la violencia de la universidad, que hizo una red universitaria que la llevó a todo el estado de Jalisco y esa es la única historia que vamos a platicar”, dijo el rector  Ricardo Villanueva a la salida de la funeraria y en el mismo tono volvió a referirse este martes en el Paraninfo de la Universidad.

Sin embargo, el contraste a esa impresión marcada por la oficialidad y el institucionalismo se encuentra lejana a las críticas que diversos analistas han expresado en sus redes sociales. El periodista Luis Guillermo Hernández, escribió con singular precisión.

https://twitter.com/luisghernan/status/1642663765400248320

“La muerte de Padilla me provoca sentimientos encontrados Lo conocí en 2011 Entonces la Mafia Literaria y Periodística me aceptaba como uno de los suyos y me daba Premios Recuerdo sus palabras: “tu trabajo es poderoso… acércate a la gente adecuada”.

“Pero no puedo obviar que fue un CACIQUE Quizá uno de los más implacables que hubo en la Cultura mexicana. A él se debe la trascendencia de la @FILGuadalajara pero también su conversión en un feudo controlado por la Mafia @nexosmexico y @Letras_Libres. Fue un hombre de su tiempo. Un tiempo de excesos autoritarios, corrupción endémica, amiguismo, compadrazgo, dispendio, priismo. La presencia internacional de la @udg_oficial no se explica sin él, pero su profunda corrupción interna tampoco”, escribió.

El agravio que cometió para los universitarios locales, algunos de ellos ya jubilados, no lo disipa su muerte. Gustavo Monterrubio Alfaro, un trabajador administrativo ya pensionado escribió lo siguiente en el medio digital Partidero.com

“Mi deseo era verlo tras las rejas, no en un féretro, para que pagara por todos los delitos que acumulaba, el de mayor cuantía, el saqueo de las arcas universitarias al alimón con sus más de cuarenta ladrones, que se enriquecieron saqueando impunemente la casa de estudios, esto debe terminar de inmediato”.

El fallecimiento trastoca el ajedrez político y por lo pronto ha obligado a los universitarios a pertrecharse ante una probable embestida del gobernador Enrique Alfaro. Roberto Castelán Rueda, ex rector del Centro Universitario de Lagos de Moreno hizo una advertencia.

“El gobernador del estado va a hacer absolutamente todo por minar a la Universidad de Guadalajara. Yo creo que el gobernador del estado está frente a una oportunidad histórica que él buscó durante mucho tiempo y va a usar todo, todo lo que esté a su alcance”.

En las recientes horas, las teorías conspirativas y motivos ocultos que llevaron a Padilla López a suicidarse se han hecho presentes. El portal de trascendidos La Política Online menciona que el ex rector recibió el pasado viernes una llamada en la que se le advertía de un posible arresto de parte de las autoridades estatales por presuntos malos manejos de los recursos de la Universidad.

También señala que esta semana Padilla tenía previsto viajar Europa por algunos días, y que incluso ya había hecho reservas de hospedaje y alquiler de una residencia lujosa  en el Mediterráneo.

En  lo que si coinciden algunos analistas, es que la  ausencia física de Padilla López significa una ventaja política para Enrique Alfaro y su Movimiento Ciudadano. Muchos se preguntan si continuará el largo periodo de cacicazgo que impuso el ex rector, o la Universidad se abrirá a un intenso debate que promueva su democratización.