“El que tolera el desorden para evitar la guerra,
tiene primero el desorden y después la guerra”.
Maquiavelo, “El Príncipe”.
Hace unos días, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se decidió por la despenalización del aborto en México.
En un sentido amplio, es una derrota histórica para los sectores más retrogrados y oscurantistas del país. Es un descalabro para las clínicas clandestinas y médicos inescrupulosos que practicaban legrados sin las condiciones mínimas de higiene y dignidad. Es una derrota para la iglesia y su discurso medieval que nada tiene que ver con las condiciones actuales de una sociedad cada vez más libre e informada.
La determinación, -controversial por su naturaleza- es un triunfo para todas las mujeres, particularmente para las mujeres pobres que no cuentan con los medios o los recursos necesarios para evitar caer en prisión pues, el 100% de las mujeres presas por esa situación son mujeres pobres que no tuvieron acceso a una fianza o a una defensa legal adecuada y con perspectiva de género.
Resulta increíble que, en un Estado laico, la iglesia sea un actor preponderante en contra de las determinaciones del estado en esta materia. Más preocupante resulta el hecho de que sus representantes llamen a asesinar a las mujeres que abortan. Esto, evidentemente se hace con la plena complicidad de los jerarcas de la iglesia en México que al no desmarcarse de las declaraciones de su representante, avalan los dichos de este.
¿Por qué la Secretaría de Gobernación (responsable de la regulación de las religiones en el país) no ha expresado su rechazo a los dichos de este sacerdote? ¿Por qué la Fiscalía General de la República no ha abierto una carpeta de investigación al sacerdote por incitación al crimen?
En México, donde al día son asesinadas en promedio 10 mujeres, los dichos del jerarca no deben de ser tomados a la ligera. Tampoco deben de disculparse con el argumento de la libertad de expresión. Se debe de sancionar de manera ejemplar a este y a cualquier personaje que desde su micrófono incite a la violencia feminicida.
La jurisprudencia aprobada no obliga a nadie a abortar y está basada y fundamentada en principios científicos y de protección a las mujeres. Se debe de continuar avanzando en esa línea dejando atrás el oscurantismo y los argumentos pseudocientíficos que esgrimen personajes siniestros claramente identificados con la iglesia.
El Estado debe de recordar y recordarles a esos jerarcas que vivimos en una democracia laica. Las autoridades no deben de dejar pasar la oportunidad de sancionar a quien llama a desobedecer las leyes e incita al asesinato. En México ya hemos padecido guerras como la Cristiada, auspiciada, financiada y dirigida por la iglesia. Los gritos de “Viva Cristo Rey” tienen tiempo escuchándose en nuestras calles y más recientemente a las afueras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Qué es lo que tiene que suceder para ponerles un alto?
Pilar Angel
16 septiembre, 2021 at 8:35 pm
La ciencia mèdica dice que en el momento en que el espermatozoide fecunda el òvulo se forma un nuevo INDIVIDUO…ese nuevo individio termina formandose con sus propios brazos, piernas, corazon, pulmones, etc…. todos esos òrganos son de èl, no de la madre que lo concibiò….cuando una mujer quiere decidir sobre su cuerpo, estamos hablando de sus propios òrganos, y puede arrancarse un dedo, un ojo, una oreja, un pulmon, lo que ella decida arrancarse pues es su propio cuerpo, no del individuo que se gesta en su vientre…el hecho de expulsarlo de ahi, se llama ABORTO, que no es otra cosa que el ASESINATO MAS DESPRECIABLE, pues es la propia madre quien lo autoriza, agregàndole ademas los agravantes de PREMEDITACION, DOLO, ALEVOSIA Y VENTAJA, pues el bebè està en una posiciòn totalmente INDEFENSA Y VULNERABLE….los que apoyan el aborto, YA NACIERON, pero si fuesen ellos los que fueren a ser abortados y pudieran expresarse en ese momento, NO CREO QUE CONSIENTAN TAN ABOMINABLE ACTO…..Las leyes humanas pueden aceptar como legal el aborto, pero del juicio de Dios no escaparàn quienes lo practiquen para huir de una responsabilidad que pudieron haber evitado habiendo tantos mètodos anticonceptivos.
Raúl
17 septiembre, 2021 at 4:12 pm
Hay 1,345 millones de católicos en el mundo a los que habría que restarles los que ya no profesamos y hay casi 8,000 millones de seres humanos con religiones diferentes y ateos o no creyentes. Tu crees que siendo el 16.8% de la población mundial van a imponer sus conceptos? Te aseguro que no y te aseguro que muchos ateos somos mejores cristianos que ustedes, que paradoja no? El asunto del aborto que cada mujer lo defina y antes de las 12 semanas el feto no tiene desarrollado su sistema nervioso ni su cerebro.