Luis Álvarez Icaza Longoria presumió ser parte de la ‘casta dorada’ que dirige a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En una entrevista que la reportera Laura Toribio del periódico Excélsior realizó al académico, quien actualmente es el secretario administrativo de la máxima casa de estudios del país, Álvarez Icaza Longoria se ufanó de que le llamen así por pertenecer a ese grupo selecto que percibe entre 90 mil y 183 mil pesos mensuales.
“Tengo trabajando 40 años en la UNAM, lo que a mí me dan por ser funcionario es una fracción bastante menor de mi sueldo total; sí, nos pueden llamar casta dorada, ni modo; algún nombre tendríamos que tener”, sostuvo.
En dicho artículo, el funcionario de la UNAM rechazó que exista una precariedad en los sueldos de los 28 mil profesores de asignatura, pues dijo, cuentan con seguridad social y han sido el sector más favorecido por aumentos salariales en la última década, con incrementos que van de entre 30 y 40% por encima de la inflación.
De acuerdo a un reportaje del portal Contralínea, el también hermano del senador Emilio Álvarez Icaza, tiene un sueldo de 179 mil 598 pesos al mes. A pesar de eso, el funcionario asegura que un profesor de asignatura gana más que un profesor asociado C, si se compara su trabajo por hora.
“Lo comparé con los mismos cincos años de antigüedad y, suponiendo que este profesor de tiempo completo tenía acceso a la prestaciones que tiene derecho a tener, encontré que el salario por hora del profesor de asignatura era mayor que el salario por hora del investigador o del profesor de tiempo completo, cuando el nivel de calificación que tenían en ambos casos es muy distinto”, aseguró.
Icaza admitió que hay desigualdades salariales entre la platilla de docentes, pero consideró que esto es justo porque no es comparable en términos académicos, un profesor que recién terminó su licenciatura con un investigador titular C.
“No puedo pretender que una persona que en méritos académicos recién terminó la licenciatura, compararla con un investigador titular “C”, que para llegar a ese nivel ha tenido una carrera de entre 20 y 25 años, ha construido un prestigio académico, abonando al trabajo de su área. Sí es desigualdad, pero obedece a una lógica de mayor competencia, mayor salario”, acotó.
Él mismo se puso como ejemplo, y dijo que si gana más, es porque aparte de su encargo administrativo continúa dando clases y escribiendo artículos.
“Por ejemplo, tenemos un programa de primas al desempeño académico que puede representar hasta 100% de mi salario; para mantener ese programa debo tener alta productividad. En mi caso, además de mi trabajo de secretario administrativo, sigo dando clases, dirigiendo tesis, escribiendo artículos. No es fácil mantener el trabajo de atención a un cargo de responsabilidad y la carrera académica. Entonces, si ganamos un poco más por eso, francamente lo considero justo”, aseveró.
Álvarez Icaza se dio tiempo también para hablar de la sucesión en la rectoría de la UNAM, ya que la salida de Enrique Graue es inminente y en cinco meses arrancará el proceso de sucesión. El cambio de rector está en puerta y desde la Cámara de Diputados, el legislador de Morena Armando Contreras Castillo propuso que la comunidad universitaria lo elija mediante una votación directa.
El funcionario, que es uno de los aspirantes a encabezar la rectoría, se opone a la iniciativa, pues asegura que a ese cargo se debe llegar por méritos.
“Se vale discutirlo y pensar cómo nos va funcionar, pero hay una parte, en esencia, que me importa rescatar y es que la Universidad es una institución meritocrática. Los universitarios pensamos que la UNAM es un espacio de participación abierta, pero somos muy sensibles a tomar en cuenta los méritos”, indicó.
Cuando uno piensa en un rector, dijo, uno no piensa en una persona común o corriente, sino en alguien que tenga méritos académicos para ocupar un lugar como la Rectoría.
“La historia nos ha enseñado que conseguir ese perfil a veces no es fácil, entonces intentar convertir esta designación en un proceso meramente de un voto resultaría complicado”, añadió.
César
24 mayo, 2023 at 7:49 pm
Me parece, que olvida que el mérito real (Empresa Privada) no es por Edad, es por RESULTADOS, no basta con estar 40 años, esto por un lado. Por el otro, violan la Constitución, respecto al Presidente de la República. Es claro, que el señor, se siente de la Burocracia DORADA, violando la Constitución, además de que no conoce de la Auteridad, DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA, TODOS EN NUESTROS PUESTOS SOMOS TRABAJADORES.
Manuel Luis Rodríguez Rodríguez
24 mayo, 2023 at 8:54 pm
Para valorar lo dicho por el Dr. Álvarez Icaza hace falta ver como está el tabulador de los profesores de asignatura y cuales son sus méritos académicos, esto porque hay muchos profesores de asignatura que si tienen postgrados y competencia académica en investigación, pero los tienen por asignatura, alegan que no hay plazas para ellos, eso si, los de la casta dorada se quedan con la tajada del león, en lugar de canalizar los recursos a nuevas plazas….Las puertas de la UNAM y del resto de las instituciones de educación superior pública están cerradas para los jóvenes….
RaymundoRC
24 mayo, 2023 at 11:07 pm
Yo lo único que me pregunto es como le hacen para ocupar un cargo de 48 horas a la semana y ademas dar clases , cursos, revisar tesis, orientar y dar entrevistas y asi la mayoria de los cargos de alto nivel. Creo que dichos cargos merecen que la persona de su mejor desempeño y se enfoque en su trabajo al 100 % y no por ratos como si fuera un pasatiempo.
Roberto E Akron
25 mayo, 2023 at 12:10 am
Urgen reformas aquí también ..hay que acabar con los cacicazgos y virreyezuelos dorados
John Apeman
26 junio, 2023 at 1:49 pm
El hecho de que el Médico Cirujano José Narro haya sido director de la Facultad de medicina y rector de la UNAM destruye el argumento de la “meritocracia académica” que plantea Álvarez. También obvia, entre otros cientos de problemas, el hecho de que un profesor de asignatura no puede aspirar a tener el ingreso de un profesor de carrera, por más horas que trate de tomar a la semana, que hay posgraduados que llevan años concursando por una plaza que no encontrarán porque los académicos jamás se jubilan, y que la mayor parte del trabajo docente lo hacen profesores de asignatura (contratados por horas) cubriendo la ausencia de los titulares, ocupados en esas otras tareas que les dan acceso a estímulos y reconocimientos. La UNAM tiene un problema laboral muy severo, que desincentiva la elección de carreras académicas (investigación y docencia) para el futuro de nuestros jóvenes.