Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), a través de su código de “ética” permite a sus colaboradores recibir a título personal regalos, dinero y otros beneficios económicos con motivo de sus actividades en la organización.
Esto significa que tanto directivos como reporteros pueden recibir prebendas por cada una de las historias que preparan y publican en el marco de la agenda política opositora liderada por Claudio X González, presidente fundador de la asociación.
Así lo revela la periodista, Nancy Flores, para Contralínea, quien resalta la evidente contradicción entre los supuestos objetivos de MCCI para supuestamente combatir la corrupción y sus “principios éticos”.
“La deontología periodística prohíbe recibir dinero, beneficios económicos y regalos con motivo de esta profesión, para evitar que los periodistas se corrompan”, menciona.
Agrega que en el gremio, estos “favores” son conocidos como “chayote” o soborno y se trata de de la forma más burda de corrupción de la prensa: recibir pagos por hablar o callar sobre un tema, o por abordarlo de cierta manera, con ciertas fuentes y no con otras.
Es por ello que los medios de comunicación con lineamientos éticos prohiben estos sobornos, para evitar conflictos de interés, pues al aceptarlos se pierden todos los valores fundamentales de la profesión para dar pie a informaciones alteradas, noticias falsas o autocensura.
Aunque en MCCI aseguran que “hacen periodismo”, la propia asociación incita a sus trabajadores a aceptar estos beneficios a título personal por su activismo político.
Pero además, la periodista indica que la asociación les garantiza que “nadie se va a enterar nunca de cuánto dinero cobraron por fuera, cuántos regalos recibieron, de qué tipo y cuál es el valor, quién se los dio y por qué trabajos”.
Además, la periodista expone que los medios de comunicación que reproducen acríticamente las historias contadas por MCCI sí establecen en sus códigos de ética la prohibición a sus reporteros, pero no cuestionan qué intereses y sesgos hay detrás de cada investigación. Tampoco verifican la información.
El código de “ética” de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad indica:
5. Recepción o entrega de regalos e invitaciones
“Todo integrante de MCCI que reciba a título personal dinero, regalos, cortesías, descuentos o beneficio económico alguno con motivo de sus funciones en la organización deberá registrarlo en el Registro de Donaciones en Especie y Regalos. Ningún integrante de la organización entregará regalos a terceros que tengan como propósito o resultado influir en la toma de decisiones en favor de la organización. Cualquier donación en especie a las y los integrantes de MCCI con motivo de su trabajo deberá ser asentada en el Registro de Donaciones en Especie y Regalos. Quedan excluidos aquellos artículos promocionales o cortesías de valor simbólico que no aparenten o impliquen un posible conflicto de intereses. El Registro de Donaciones en Especie y Regalos especificará quién lo recibió, el origen, la fecha y una estimación del monto.”
De manera cínica, MCCI reconoce que hay conflicto de interés intrínseco en “el hecho de que sus colaboradores obtengan beneficios económicos a título personal por su labor, y para disque solventar esta situación, indica que lo registren como donaciones en especie y regalos”.
Además, el mismo código de ética indica que “el Oficial de Cumplimiento tendrá la responsabilidad de resguardar el Registro de Donaciones en Especie y Regalos. Únicamente el Oficial de Cumplimiento, el Comité de Ética, los directores y la presidencia, previa autorización del Comité, tendrán acceso a este registro”.
Sobre las relaciones con donantes, MCCI establece que “la identidad de los donantes de MCCI no será divulgada, sin su previa autorización para garantizar su seguridad e integridad, respetando en todo momento la legislación aplicable”.
Nancy Flores recuerda la postura de Jaime López en su ensayo “Periodismo latinoamericano: los casos más comunes de corrupción”, al indicar que:
“Cuando se habla de corrupción en el periodismo normalmente se evoca la imagen de un comunicador que recibe un soborno o un favor a cambio de alterar una noticia. Sin embargo, este enfoque es demasiado limitado e injusto, y dice muy poco sobre las manifestaciones de la corrupción en el periodismo, los actores que intervienen en ella y más importante aún, cómo puede ser enfrentada”.
Agrega que “corrupción en el periodismo es el uso de los recursos y el poder noticioso para favorecer o beneficiar intencional o ilegítimamente los intereses de un partido político, una empresa, un funcionario público, un pariente o amigo, en detrimento de la verdad”.
Entre las formas de corrupción en el periodismo se enlistan:
- Creación artificial de hechos noticiosos para confundir o distraer la opinión pública
- Campañas infundadas para destruir la imagen de una persona o grupo
- Promoción desproporcionada de candidatos a puestos púbicos
- Presentación descontextualizada de noticias para distorsionar las conclusiones del público
- Censura sobre temas y contenidos noticiosos que puedan ofender a los anunciantes
- Tendencias y acciones para monopolizar la propiedad de los medios de comunicación y el control de las frecuencias radioeléctricas
- Cruces y dualidades de periodistas con funciones de relacionistas públicos o promotores en oficinas gubernamentales
- Complicidad en regulaciones y prácticas gubernamentales que comprometen la independencia periodística
RENE ARNULFO RABAGO GARCIA
23 junio, 2023 at 1:08 pm
Terroristas de la Información o Mercenarios de la desinformación!