4 falacias sobre la elección de la candidatura de Morena en la CDMX

La última encuesta de Votia -una de las empresas de investigación más respetables del país- realizada la segunda semana de octubre, ratifica lo que los datos de otras casas encuestadoras que han realizado el ejercicio de medir el escenario electoral con los perfiles punteros de cada coalición (Enkoll, agosto 2023; Beltrán y Asociados, octubre 2023), han arrojando desde hace algunos meses: el voto por la coalición encabezada por Morena para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México será de entre el 50% y el 55%, independientemente de si la o el candidato es alguno de los dos perfiles que encabezan las encuestas: Omar García Harfuch o Clara Brugada.

Según Votia, dirigida por Felipe Quintos, con Omar García Harfuch, Morena obtendría la victoria con 54% de la votación, mientras que con Clara Brugada obtendría la victoria con el 50% de los votos:

 

Según Enkoll, con Omar García Harfuch, Morena obtendría la victoria con el 53% y con Clara Brugada la obtendría con 52%:

Y según Beltrán y Asociados, con Omar García Harfuch Morena obtendría la victoria con el 53% y con Clara Brugada con el 55%.

Si hacemos un análisis detallado de los datos, no solo podemos afirmar que existe una ventaja suficiente para que Morena gane la elección, sino que también podemos arrojar luz sobre una serie de afirmaciones que en distintos espacios políticos y mediáticos se han venido construyendo en torno a la definición de la candidatura de Morena en la capital y las cuáles es necesario poner en cuestión con información confiable, porque lo que está en juego no es poca cosa.

La decisión que tome la Comisión Nacional de Elecciones puede definir no sólo el rumbo de la ciudad y la vida de millones de personas, sino el proyecto de la izquierda en el país y la gobernabilidad de la Cuarta Transformación para los próximos años.

Más allá de las simpatías por uno u otro candidato, es importante que como ciudadanos analicemos detenidamente el escenario para actuar con conocimiento y evitar caer en premisas falsas que nos lleven a tomar o legitimar decisiones basadas no en un análisis mesurado de la realidad, sino en discursos fabricados por los medios de comunicación o de grupos de interés alejados de los valores y principios del Movimiento.

En el presente texto pongo en cuestión 4 enunciados que han devenido en falacias (argumentos incorrectos pero persuasivos, ya que tienen la apariencia de estar correctamente construidos), pero que es menester ponerlos en duda para alimentar el debate.

1.- Durante semanas algunos medios y actores políticos han sostenido que con Omar García Harfuch Morena garantiza ganar la elección; si él no es el candidato, hay quienes dicen, se puede perder. Falso.

Lo que demuestran los datos presentados arriba es que el escenario de una derrota para Morena en la Ciudad de México es hoy lejano, como alguna vez se llegó a imaginar, sobre todo en los meses posteriores a la elección del 2021. Tampoco, por ahora, estaríamos ante una elección cerrada, ya que la ventaja de Morena sobre la oposición supera, en el caso de la medición de Enkoll en agosto, los 10 puntos con cualquier candidato; en el caso de la de Votia en octubre, los 20 puntos con cualquier candidato; lo mismo que en la medición de Beltrán y Asociados.

2.- Otro de los enunciados que hemos escuchado es que Clara Brugada no convoca a sectores conservadores de la Ciudad, o a las clases medias, por eso es necesario colocar un perfil más “al centro”, por lo que la elección de Omar García Harfuch es inevitable. Falso.

Ninguno de los dos perfiles le dan puntos adicionales a “la marca” (como le llaman los consultores al nombre del partido) ni muestran una variación significativa en la intención de voto, tampoco una atracción del voto conservador o indeciso.

Según la encuesta de Votia, Omar García Harfuch logra “robarle” únicamente el 3% del voto al bloque opositor, porcentaje que se encuentra dentro del margen de error de la encuesta. En el caso de Enkoll, la votación de Morena y de la oposición no varía más allá de dos puntos (lo que sigue dentro del margen de error) y ninguno de los dos perfiles es “más atractivo” a los sectores conservadores o a los indecisos. Lo mismo pasa en la medición de Beltrán y Asociados.

En el caso de la encuesta de El Financiero publicada hace unos días (El Financiero, octubre 2023), aunque Alejandro Moreno le da una ventaja de 12 puntos a Harfuch en las preferencias a nivel interno; cuando se realiza el ejercicio de careos la intención de voto por la coalición no cambia, independientemente de quién sea el candidato. Si bien es de las pocas encuestadoras que pone a Morena con una intención de voto menor a la del 50%, también comprueba que no existe el efecto de “arrastre” de uno u otro perfil.

Es decir, todo se mantiene casi igual en los distintos escenarios y careos de por lo menos 4 empresas distintas. Si alguno de los dos perfiles fuera más atractivo a algún estrato poblacional como las clases medias o los sectores conservadores, habría una diferencia notable entre la intención de voto, pero en ningún escenario sucede.

Otro dato interesante que arroja Beltrán y Asociados es que en sectores con educación media y educación superior, tampoco hay diferencia entre la intención de voto por Harfuch o Brugada. En el caso de las personas con estudios de preparatoria, la exalcaldesa de Iztapalapa cuenta con una intención de voto del 61% mientras el exsecretario de Seguridad capitalino con una del 60%; en el caso de las personas con educación universitaria, la intención de voto por Clara es del 50% mientras la de Omar es del 46%.

3.- Con Omar García Harfuch como perfil con más “arrastre en las clases medias” (primera premisa falsa, no existe tal), se lograría una mejor votación para llegar a “otros sectores” y obtener la mayoría en el Congreso federal y local. Falso.

Al ser la votación del partido casi la misma en cualquier escenario y no tener un perfil que tenga mas “arrastre”, la votación por el Congreso será concordante con la votación por el Movimiento en general. En las elecciones presidenciales la regla es que las y los ciudadanos votan “en plancha” por el partido o la coalición en todos los cargos y son casos muy particulares aquellos territorios donde la votación es cruzada. En estos casos particulares, tanto de diputados federales como locales, lo que se necesita es contar con perfiles que territorialmente sean más competitivos y cuenten con estructuras sólidas en cada distrito que permitan hacer una campaña más focalizada, convencer casa por casa, movilizar al electorado el día D y defender cada voto en las mesas en caso de que en algunos distritos la elección se cierre.

Si algo nos demostró la elección del 2021 en la Ciudad de México es que se puede contar con el mejor presidente de la República, con la mejor Jefa de Gobierno, la mejor gestión local, con perfiles conocidos, con “arrastre”, y hasta con candidatos “de centro”, pero si no hay una operación electoral en tierra que fomente la participación de la gente, movilice y defienda el voto, se pueden perder distritos clave.

En todo caso, y esto es parte de la valoración política de la Comisión Nacional de Elecciones y la dirigencia del Movimiento, si el objetivo es ganar la mayoría en el Legislativo, se deberá de elegir al perfil con mayor experiencia política, de más trayectoria territorial y con resultados probados en el terreno electoral. Apostar por un “arrastre” ficticio, construido más a partir del discurso de ciertos medios o por el deseo de grupos políticos más que por la realidad o los datos, puede ser contraproducente y contrario al objetivo de obtener la mayoría.

Al respecto, sería muy saludable y democrático que las casas encuestadoras comiencen a incluir en sus mediciones la intención de voto de cada partido y coalición hacia el Poder Legislativo, porque es ahí donde en muchos lugares estará la clave de la disputa política del 2024 y la ciudadanía tiene derecho a conocer esta información.

4.- La última falacia que los datos quebrantan es aquella que dice que Clara Brugada no es un perfil competitivo para el electorado de la Ciudad de México. Falso.

Si algo demuestran los datos es que tanto Omar García Harfuch como Clara Brugada o hasta el mismo Hugo López-Gatell (a quien se mide sólo en las encuestas de octubre), son perfiles competitivos ante el electorado de la capital.

Además, según los datos de la encuestadora Rubrum (Octubre 2023), Clara Brugada es, junto con Margarita González en Morelos, la segunda mujer más competitiva de Morena en este proceso electoral a nivel estatal, sólo después de Rocío Nahle, quién lidera con amplia ventaja la contienda en Veracruz.

Según Rubrum (Octubre 2023), -que es de las pocas encuestadoras que tiene la información de sus mediciones por estados disponible en su página web- en las preferencias para la candidatura de Morena en la Ciudad de México, Clara Brugada cuenta con el 34% de las preferencias ante el 42% de Omar García Harfuch, es decir, sólo 8 puntos de distancia.

Votia le da un 27% a Clara Brugada contra 34% de Omar García Harfuch, es decir, 7 puntos de distancia.

Beltrán y Asociados no mide intención de voto pero arroja conocimiento y opinión positiva, donde Omar García Harfuch cuenta con 77% y un 31% respectivamente, mientras Clara Brugada cuenta con un conocimiento del 69% y un saldo de opinión positiva del 28%.

En lo que respecta al resto de las entidades federativas, Margarita González cuenta en Morelos con el 28% de preferencias contra el 35% de Rabindranath Salazar, es decir, 7 puntos de distancia. En el resto de los estados (Jalisco, Guanajuato, Yucatán y Tabasco) la ventaja del primer lugar (hombre) sobre el segundo lugar (mujer) supera los 15 puntos. En el caso de Puebla y Chiapas las compañeras aspirantes se colocan en tercer lugar. Todos los datos pueden consultarse en https://rubrum.info/rubrum/encuestas/elecciones-2024/

Por último, es importante aclarar los motivos por los cuales no tomo en cuenta otras encuestas para el presente análisis. La encuesta de Buendía y Márquez (publicada en El Universal en octubre de este año) no realiza el ejercicio de careos sobre el que se sustenta el presente escrito, y si los realiza, no los pone a disposición de la ciudadanía.

Tampoco Poligrama, publicada en El Heraldo, realiza el ejercicio de careos o no los hace públicos. En el caso de Consulta Mitofsky, a pesar de que la muestra es buena y publican los careos, sus últimas mediciones de las elecciones del Estado de México comparadas con los resultados cuentan con una distancia de más de 8 puntos porcentuales, superior al margen de error, por lo que, sumado a su trayectoria de varios años de proyecciones erradas (recordemos que en 2012 Roy Campos pronosticó la victoria de Enrique Peña Nieto con 15 puntos de ventaja, cuando el resultado final fue de 6), para mí no la hace una fuente confiable; en el caso de la última medición de Enkoll (octubre, 2023) difundida por W Radio, tampoco realiza el ejercicio de careos que sí lleva a cabo en agosto.

En conclusión, lo que demuestran los datos es que Morena puede ganar con una ventaja considerable no importa quién sea el candidato o candidata; que no existe un perfil predilecto entre nuestras filas para las clases medias o el voto conservador que pueda equilibrar la balanza rumbo a la elección; que ambos perfiles son competitivos por igual y que al no existir un efecto de “arrastre”, los curules que aportará la Ciudad de México al Congreso para obtener la mayoría legislativa se ganarán distrito por distrito.

La dirigencia de Morena tiene una responsabilidad histórica en la decisión para la candidatura de la Ciudad de México, por lo que es importante que sus miembros puedan realizar una evaluación mesurada, basada en datos y no en cantos de sirena o en premisas falsas, provenientes de construcciones mediáticas o hasta de lógicas clasistas; y es fundamental que nosotras y nosotros, como militantes y ciudadanos, podamos acompañar estos pro-cesos siempre con elementos para defender nuestras causas y posturas.