Los más recientes datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revelan que, entre 2018 y 2022, 5.1 millones de mexicanas y mexicanos salieron de la pobreza, de los cuales, 4.1 millones fueron gracias al ajuste en el salario mínimo promovido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Según explica Luis Felipe Munguía, Presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), para El Financiero, se llevó a cabo un estudio que será publicado en unas semanas, en donde se analizan los factores que redujeron la pobreza.
Para ello, se utilizó información de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares (ENIGH) de 2018 a 2022 para hacer un panel de datos a nivel estatal en el que además se integra como una entidad adicional a la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN).
Los resultados destacan que, por cada 10% de incremento en el salario mínimo en términos reales, la pobreza disminuyó en 3.6%.
Esto significa que, como el salario mínimo había aumentado 65.2% en términos reales a nivel nacional cuando se levantó el estudio, el impacto fue una reducción de 23.7% en el número de personas en situación de pobreza.
Asimismo, la Conasami calculó los cambios en la tasa de pobreza para poder analizar cuánto se le atribuye al salario mínimo en términos de personas que salieron de la pobreza, una vez tomando en cuenta que hay otros factores que influyen de manera importante.
Este estudio arroja que, de los 5.1 millones de personas que salieron de la pobreza, 4.1 millones se deben exclusivamente al salario mínimo.
“Sin duda estas son excelentes noticias, sobre todo para los millones de personas trabajadoras que se han visto beneficiadas de esta exitosa política pública”, indica.
Además, explica que en caso de nuestro país, los resultados no son difíciles de comprender, pues el salario mínimo casi se ha duplicado y no ha tenido efectos adversos relevantes en el empleo y la inflación.
En su estudio, Conasami menciona que no encuentra impactos significativos en el empleo, pero sí un impacto muy fuerte en el ingreso laboral de los hogares.
Munguía asegura que México se ha convertido en un ejemplo de cuándo se debe incrementar el salario mínimo y cuándo tiene efectos más benéficos para las y los trabajadores y la economía.
Concluye que:
“Cuando el salario mínimo es muy elevado y existe un mercado laboral competitivo, el salario mínimo no tiene efectos positivos en la pobreza. Pero si el salario mínimo y el salario promedio del país es bajo, las ganancias de las empresas son muy altas y no existen tantas opciones de trabajo, se ha probado que el salario mínimo no tienen algún impacto adverso, al contrario, no solo beneficia a las personas más pobres, sino que corrige estas fallas del mercado. Por ello, la política salarial en México ha sido tan exitosa”.