El Departamento de Energía de Estados Unidos prevé que disminuyan los precios de las gasolinas en el segundo semestre de éste y del próximo año.
Este 2019 se estima que se reduzcan las cotizaciones 4.7 por ciento, mientras que para el siguiente año se prevé que la disminución sea del 1.1 por ciento.
Esto, según explica Noé Cruz en su columna de hoy para El Universal, daría margen de maniobra al gobierno mexicano para cumplir el compromiso de no aumentar los precios de las gasolinas, en términos reales, por al menos esos dos años.
Además, el informe sobre perspectivas de corto plazo, elaborado por la US Energy Information Administration (EIA), los analistas indicaron que la principal causa de los ajustes a la baja se debe al pronóstico de menores cotizaciones en el petróleo, la materia prima para hacer el combustible.
Ellos estiman que el precio del petróleo texano WTI bajará de 65.06 a 58.00 dólares por barril entre 2018 y 2020, lo que significa una caída de 7.06 dólares. Por su parte, el crudo marcador Brent se reducirá de 71.19 a 62 dólares, o sea, 9.19 dólares menos.
De acuerdo con las estimaciones de los precios de gasolinas en ese mercado para éste y el próximo año, las fluctuaciones de precios son estacionales, por lo que entre enero y junio hay un repunte en lo que pagan los consumidores. No obstante, a partir de julio y hasta el cierre del año, los precios bajarán.
Así, se espera que entre enero y junio de este año los precios se eleven de 2.26 a 2.82 dólares por galón, en términos reales, pero que a partir de julio disminuyan de 2.82 a 2.38 dólares.
Por su parte, en 2020 el precio aumentará de 2.34 a 2.63 dólares y luego descenderá de 2.63 a 2.35 dólares por galón.
Lo anterior resulta benéfico para la compra de gasolinas del mercado estadounidense, especialmente a partir del segundo semestre, ya que ese país es la principal fuente de suministro para México.
En la actualidad, nueve de cada 10 litros de gasolinas importadas por Pemex provienen del mercado estadounidense, de acuerdo con información recabada en enero pasado.
Luego, Pemex distribuye los productos mediante sus 9 mil 930 estaciones de servicio, de las cuales 9 mil 884 son privadas pero forman parte de la Franquicia Pemex, y 46 son propiedad de Pemex Transformación Industrial (TRI).
El 100 por ciento de las compras de los importadores privados proviene de Estados Unidos. En este segmento se encuentran 2 mil 6 estaciones que no operan bajo la Franquicia Pemex, pero que Pemex TRI les suministra los combustibles.
Cruz indica que, además, de ese total de estaciones, 386 operan bajo la sublicencia de las marcas de los productos Pemex y mil 620 usan marcas de otras empresas. Varias de ellas venden producto propio que traen desde sus refinerías en el extranjero.
Tal variedad en los tipos de estaciones y marcas, en un mercado abierto, supone que los movimientos de precios de gasolinas y diesel en México están atados a las fluctuaciones de precios, tanto en gasolinas como del petróleo crudo del mercado de Estados Unidos, y a la decisión propia de cada estación de servicio.
No obstante, señala, hasta ahora ha tenido más peso el criterio de la decisión de los gasolineras para fijar precios que el comportamiento en los mercados internacionales, especialmente el estadounidense.
Y, pese a que entre septiembre de 2018 y enero de 2019 los precios que se pagaron por traer gasolina importada disminuyeron de 90.121 a 62.948 dólares por barril, en nuestro país el precio de la Magna o Regular aumentó de 19.18 a 19.30 pesos por litro, y el diesel de 20.25 a 21.34 pesos por litro.
Únicamente la gasolina Premium registró una baja en sus precios, al ir de 20.65 a 20.20 pesos por litro.