Por: Polemón (@revistapolemon)
28 de marzo 2015.- Tras una larga batalla contra el empresario Jorge Talavera, dueño del restaurante “Don Enrique”, sito en avenida Insurgentes Sur número 4097, delegación Tlalpan, los vecinos de la zona lograron que el Tribunal de lo Contencioso Administrativo ordenara, el 30 de junio de 2010, la demolición de una gasolinera construida con permisos ilegales en el perímetro del gigantesco comedero de barbacoa y carnitas.
Casi cinco años después, Polemón descubrió que la gasolinera permanece intacta, si bien oculta por una valla de tablas, la cual todavía ostenta las licencias de construcción y funcionamiento, así como la manifestación de impacto ambiental.
Para obtener esta franquicia de Petróleos Mexicanos, Jorge Talavera dio una dirección falsa, porque de acuerdo con las leyes vigentes no está permitido que una estación de servicio para automóviles, con tanques de almacenamiento de hasta 300 mil litros de combustible, esté junto a viviendas, escuelas y hospitales.
Cuando en 2008 los vecinos se organizaron y comenzaron a protestar, distribuyendo volantes dentro del restaurante Don Enrique y bloqueando el tráfico en Insurgentes, Talavera acusó a cada uno de ellos –32 en total– por “daños morales” y exigió que cada cual le pagara dos millones de pesos.
Mientras se defendían de esta artimaña jurídica, de la cual salieron triunfantes bajo la asesoría legal del abogado José Arturo Ortiz Peña, los vecinos impulsaron otros dos juicios, para denunciar la alianza ilícita entre Pemex y Talavera, y para exigir la clausura del negocio.
El Tribunal de lo Contencioso Administrativo, en su sentencia del 30 de junio de 2010, falló en contra de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, la dirección de Regulación Ambiental, dependiente de la Secretaría del Medio Ambiente del DF, y en contra de la delegación Tlalpan, por haber autorizado la edificación de la gasolinera.
Además de la clausura definitiva del inmueble, ese tribunal ordenó su demolición inmediata, algo que poco menos de cinco años después, no ha ocurrido. Alarmados porque tras la contrarreforma energética, bajo cuyo manto las empresas petroleras instalarán gasolineras de sus respectivas marcas en todo el país, los vecinos temen ahora que el negocio se vendido, violando las sentencias de marras, y empiece a funcionar, con lo que pondría en riesgo las viviendas, hospitales, escuelas y comercios que hay a sus alrededores.
Por otra parte, los ex delegados perredistas de Tlalpan, Salvador Sánchez e Higinio Chávez, cuya fama de corruptos es ampliamente conocida, volverán a la política en activo. Los vecinos temen, en consecuencia, que honren sus compromisos secretos con el magnate chicharronero de “Don Enrique” y reabran el negocio que hace mucho tiempo debió ser reducido a escombros.
zibil spring
28 marzo, 2015 at 9:55 am
Con el nefasto Mancera: Billetote manda.