¿Qué vamos a hacer cuando se marche el Papa Francisco?

Por: Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo)

16 de febrero 2016.- El Papa lo llena todo. Los televisores, las alertas de noticia en el celular, las voces que salen de las radios, las primeras planas. Papa aquí y Papa allá. Que dijo y que no dijo, que argumentó, que indicó, que perdonó, que pidió que no nos dejemos atrapar por la corrupción. Que la justicia, que Dios y que el diablo. Que el Papa sonrió, que el Papa cogió una camisa del Cruz Azul y después una de los Pumas, que el Papa ya se levantó, que el Papa se va ya pronto a Chiapas y a Morelia y a Ciudad Juárez, que el Papa en el hangar presidencial, que el Papa en el aeropuerto, que el Papa en el cielo.

Yo Papa, tú papa, nosotros papales.

En México la mayoría de las autoridades tienen una costumbre que podríamos denominar extraña: cuando viene de visita alguien importante, limpian la casa. Si hay basura: esconden la basura. Si hay “gente humilde” pidiendo limosna, la policía se lleve a esa gente “humilde” unos días y la encierra (no lo suelen decir, pero lo hacen para que esa “gente humilde” que no “afee” el paisaje) y solamente la suelta cuando ya la visita importante se fue. Si, esa extraña costumbre que también impide que la gente enojada que protesta proteste los días de visita.

Las autoridades hacen todo lo posible (y hasta lo imposible) para que en las visitas de la gente importante se muestre un país que no necesariamente es en el que vivimos.

El Papa regresa a la Ciudad de México, el Papa envía mensaje a jóvenes, el Papa dice, el Papa no dice, el Papa habla y argumenta y establece.

Yo Papa, tú papa: nosotros papales.

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¿Y después, qué? ¿Qué vamos a hacer cuando se nos vaya el Papa, cuando regrese a Roma y nos quedemos tan picados con lo que dice y no dice? ¿Habrá cambiado todo? ¿Habrá cambiado nada? Quizá sí, quizás no. El Papa, hasta ahora, no ha movido montañas. El Papa, hasta ahora, es un señor ya entrado en años que viste de blanco y habla como argentino.

Pero, pese a todo: yo Papa, tú Papa y nosotros papales.