Durante su carrera a la presidencia en 2012, Enrique Peña Nieto asumió como lema la frase “Te lo firmo y te lo cumplo”, al acompañar sus promesas de campaña en la decena de spots que aparecieron en las televisiones mexicanas. Así aseguraba, incluso ante un notario público, que cada una de sus propuestas serían cumplidas.
Según reveló el portal SinEmbargo, a pocos meses de que termine su administración, Peña Nieto dejará su cargo con 132 de los 266 compromisos firmados sin cumplir, y además, sin explicarle a los mexicanos el por qué de estos resultados.
Dicho de otro modo, sólo el 49.60 por ciento de todas sus promesas fueron cumplidas, es decir, menos de la mitad, según revela la investigación del portal de noticias, tras consultar a varios académicos y solicitar información al Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
De acuerdo con dicha investigación, en los primeros 18 meses de su gobierno, Peña Nieto había cumplido con el 4.5 por ciento y, al completar los dos años, había alcanzado el 4.8. En 2015, el mexiquense había logrado el 10.52 por ciento y, un año después, el 22.9 por ciento. En 2017 ya había cumplido 102 de 266 promesas, es decir, el 38.35 por ciento.
Según las cifras revisadas, entre 2013 y 2014 hubo mucha lentitud en el cumplimiento de los objetivos, y en los años posteriores se trabajo con mayor velocidad, pero aún así no se logró el cumplimiento de todas sus promesas.
Entre las metas pendientes quedan las obras de infraestructura, los proyectos para recuperar la seguridad en el país o la construcción del sistema nacional anticorrupción. Y por si fuera poco, la credibilidad y aceptación del mandatario alcanzó niveles tan bajos que rompen récord histórico.
SinEmbargo explica que, comparado con los sexenios de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), Enrique Peña Nieto pasará a la historia como el mandatario con la peor evaluación, pues en los meses más críticos ésta fue del 10 por ciento.
Para hacer frente a esto, durante su mandato Peña Nieto contrató a un grupo de 14 encuestadores para que, anualmente, levantaran cerca de 4.4 encuestas de 6 millones 979 mil pesos cada una, por lo que entre 2013 y 2017 se destinaron 153 millones 548 mil 59 pesos a este concepto. Además, la nómina de los encuestadores costó a este sexenio 76 millones 266 mil 838 pesos, por lo que, en total, se destinaron 229 millones 814 mil 897 pesos para sustentar su imagen ante los mexicanos.
Las promesas sin cumplir
El equipo de investigadores de SinEmbargo detectó que el rubro perteneciente a la Transparencia, la Rendición de Cuentas y el combate a la Corrupción presentaron complicaciones que entorpecieron el resto de las promesas.
El compromiso primordial era la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción, pero en noviembre de 2014, tras la salida a luz de varios escándalos relacionados a la compra de propiedades por parte del Presidente y por el Canciller Luis Videgaray, Peña Nieto nombró como Secretario de la Función Pública a Virgilio Andrade.
Una de las tareas de Andrade era investigar si el mandatario y Videgaray habían incurrido en conflicto de interés, ya que las casas habían sido compradas a contratistas importantes de la Administración federal, pero al poco tiempo los resultados fueron claros: no se había cometido ningún ilícito.
Así, tanto el nombramiento de Virgilio Andrade como los resultados de la investigación por la Casa Blanca y las demás propiedades, “hundieron la creación de la comisión que Enrique Peña Nieto planteó al principio. De modo que el compromiso con el que se inició su lista, no se cumplió”.
Por su parte, los mexicanos en condición de pobreza crecieron en número. Según la medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval), los mexicanos en esta condición pasaron de 53.3 a 55.3.
Para enfrentar este problema, Peña Nieto prometió hacer más efectivo el programa Oportunidades, el cual cambió su nombre a Prospera en 2014 sin que esto marcara ningún resultado positivo. Así, el crecimiento del problema aumentó de 250 mil personas en 2012, a un millón por año.
En cuanto al rubro de Infraestructura, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) fue la más castigada por el ajuste al gasto público. En esta dependencia recayeron 156 de las promesas pactadas en campaña, de las cuales, 92 se cumplieron.
SinEmbargo explica que, cuando en julio de 2017 se abrió un socavón en el casi recién inaugurado Paso Exprés que unía a Cuernavaca con la Ciudad de México, terminando con la vida de un padre y su hijo, la SCT, al mando de Gerardo Ruiz Esparza, se convirtió en un blanco de sospechas y críticas, contribuyendo a la pésima imagen que, de por sí, ya se tenía del gobierno de Peña Nieto.
Como ni la lista de compromisos y el nivel de su avance jamás fue publicada en la página oficial de datos abiertos del Gobierno federal, SinEmbargo preguntó cinco veces al respecto. El portal detalla que en febrero de 2016 recibió una lista que aseguraba que 80 de las 266 promesas habían sido cumplidas.
Según un documento que Presidencia le entregó al medio de comunicación, el gobierno de Peña Nieto concluirá el próximo 30 de noviembre y, para entonces, estarán listos los compromisos, aunque se adelanta que fue cancelado el compromiso 243, que proyectaba la construcción del tren transpeninsular que iría de Mérida, Yucatán hasta Puerto Venado, Quintana Roo, debido al recorte presupuestal.
Enrique Peña Nieto. Foto: Proceso
Pero esa respuesta no dejó conforme a la Confederación Patronal Mexicana que, según narra SinEmbargo, acusó a Peña Nieto de haber faltado con su palabra, tras incumplir el 60 por ciento de las promesas en diciembre de 2017, a sólo un semestre de las elecciones presidenciales.
Cinco meses más tarde, el mandatario presentó otro panorama y otras cifras, pues indicó que únicamente el 5 por ciento de los 266 compromisos que firmó quedará inconcluso. Una cifra muy diferente a la que encontró el equipo de investigación del portal.
