Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)
26 de mayo 2016.- Ante el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador en las encuestas rumbo a la elección presidencial de 2018, integrantes del gabinete presidencial de Enrique Peña Nieto se reunieron el año pasado con líderes del PRI y del PAN con el fin de detener a toda costa el crecimiento en las preferencias electorales del líder nacional de Morena.
En la mesa estuvieron presentes del lado del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray, Aurelio Nuño y Manlio Fabio Beltrones. Mientras que por el PAN lo hicieron Ricardo Anaya, Fernando Herrera y Marko Cortés, entre otros miembros de ambos partidos, según la columna Bajo Reserva publicada hoy en el diario El Universal.
La estrategia propuesta por el PRI fue cambiar el modelo de comunicación política contenido en la legislación electoral de 2008 para que AMLO no fuera beneficiado por su aparición en los spots de radio y televisión de Morena. Por su parte los panistas ofrecieron modificar la ley electoral agregando la opción de una segunda vuelta presidencial, con tal de tener una segunda opción en caso de que que el político tabasqueño resultará triunfador en las elecciones presidenciales de 2018.
Paradójicamente, meses después de la reunión de los políticos de ambos partidos, el Instituto Nacional Electoral resolvió en marzo de este año no subir el spot de Morena en el que AMLO aparece criticando la compra del nuevo avión presidencial. El motivo argumentado por las consejeras Beatriz Galindo y Adriana Favela (ambas consideradas como propuestas del PRI): una supuesta promoción personalizada de AMLO rumbo a las elecciones del 2018.
No es la primera vez que políticos del PRI y del PAN se ponen de acuerdo para detener a AMLO. En 2006, Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, sostuvo una reunión con el panista Felipe Calderón en las vísperas de las elecciones presidenciales. En ella, Peña Nieto pactó transferirle 200 mil votos a Calderón y así ayudarlo a derrotar a López Obrador, según reveló el periodista Álvaro Delgado en su libro, “El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas“.
En 2011, cables de Wikileaks confirmaron los acuerdos entre el PRI y el PAN para hacer un frente común contra el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, en voz de Manuel Espino, presidente nacional del PAN durante las elecciones presidenciales del 2006.
“Espino nos dijo que él está fuertemente confiado en que el PAN tiene acuerdos sólidos con los gobernadores rebeldes del PRI que están ayudando a la campaña de Calderón secreta pero activamente, mientras de dientes para afuera apoyan a Madrazo”.
Esa misma alianza entre el PRI y el PAN se repitió durante las elecciones presidenciales de 2012, según lo reveló el periodista Álvaro Delgado. Felipe Calderón le pagó el favor a Peña Nieto dejando de apoyar a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota y frenando la difusión de los spots del blanquiazul en los que se leía “Peña no Cumple”, que hasta ese momento, amenazaban con dejar en la antesala de la derrota al candidato presidencial priista. Una de las razones para hacerlo fue que AMLO era quien crecía en las encuestas con la dura campaña emprendida por los panistas.
Si bien AMLO ha sido el blanco de la última década, la alianza del PAN con el PRI se remonta a las elecciones presidenciales de 1988. En esa época, Carlos Salinas de Gortari, ungido presidente entre acusaciones de haber cometido fraude al candidato de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, pactó con los panistas Diego Fernández de Cevallos y Luis H. Álvarez para que reconocieran el resultado electoral y lo legitimaran en la Presidencia, haciendo un pacto político que le permitió a Salinas profundizar el modelo neoliberal en el país.
A casi 30 años de ese suceso, políticos del PRI y del PAN se siguen reuniendo fuera de las cámaras y los reflectores con un único propósito: idear estrategias para no permitir que un candidato identificado con la izquierda sea presidente de México.