El tema de fondo con la marcha convocada por la oposición es mostrar que vivimos dentro de un gobierno opresor de las libertades, y de esta forma conseguir votos en el 24. Es así de claro.
La posición del INE, de Lorenzo Córdova y de quienes encabezan ese instituto, en cierto sentido es la misma: mostrar que el gobierno está en contra de la democracia, y de esta forma dejar “intocados” sus intereses y sus privilegios.
“El INE no sé toca” significa en realidad que los intereses creados por el Pacto por México no sé tocan. No se toca la élite burocrática puesta por el PAN, PRI y PRD. No se tocan sus los salarios. No se toca que actúen con impunidad y parcialidad. No se toca que queden en el cargo por casi dos décadas. No sé toca que el pueblo no participe en la elección de su estructura. Pero, sobre todo, no se toca una visión elitista y únicamente representativa de la democracia.
El fondo de la reforma electoral es transitar a una democracia participativa. Impulsar que las elecciones cada 3 o 6 años no sean el único momento de participación de la gente. Que el presupuesto del Instituto no esté destinado a mantener una nómina que opera políticamente a nivel nacional y en las entidades. Es darle el derecho a la gente de participar en las principales decisiones del país. Es reconocer que el pueblo debe de incidir en la elección de las estructuras que los gobiernan y rigen, y no dejar estas al vuelo de las cuotas partidarias o acuerdos cupulares. Es garantizar que el debate político exista con contenido en los procesos electorales, y que no se reduzca la democracia al márquetin político.
El INE, desde sus figuras principales como Lorenzo Córdova, ha adquirido el papel de un actor político más. Este papel protagónico muestra lo que ya sabíamos: el INE responde a las estructuras del viejo régimen, lo cual no es una verdad nueva.
El INE se crea a partir del pacto por México, fue colocado como una de las reformas estructurales impuestas entre la élite del PRIAN. Es natural que responda a los intereses de estos y que critique, limite y demerite la política de transformación que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Hay gente que dice que el INE fue construido por acuerdos democráticos e institucionales. Es falso. ¿A caso ya olvidaron que el Pacto por México fue un acuerdo entre tres partidos? ¿Qué la naturaleza del Pacto fue acordar fuera de las Cámaras las reformas para en votación solamente plancharlas? ¿Qué el gobierno que operó el Pacto y la reforma del INE fue el de Peña Nieto, uno de los más corruptos de la historia del país?
Ni siquiera el IFE se construyó en base a acuerdos democráticos. El sistema de cuotas, como bien narra Pablo Gómez, fue impuesto por el poder de una élite, aplastando y desechando las propuestas que exigían un instituto electoral que no fuera elegido por los partidos.
Lorenzo Córdova no es lo central en el debate público. Él quizá busca lo que Santiago Creel, hacerse un nombre en la opinión pública para después brincar a un partido político, seguramente al PAN con quien tiene compromisos hechos. No es el punto que se niegue a bajarse el salario y gane más que el presidente, o que en el 2023 cumpla 15 años drenando las arcas del sistema electoral.
No, lo central del debate es que no quieren un sistema electoral donde la gente tenga mayor participación. Quieren que el pacto democrático que ellos construyeron y diseñaron desde hace décadas se mantenga igual, solo cambiando de nombres y de fichas. Que la democracia se arregle arriba, que el pueblo soporte las decisiones de los gobiernos. Y que los institutos electorales solo multen y acaben avalando los fraudes electorales, ya sea apagando el sistema, alterando la votación o dando tarjetas Monex.
Los que marcharán el domingo bajo la consigna “El INE no sé toca” olvidan una cosa. Que todas las instituciones democráticas se tocan. Que de eso se trata la democracia, de tomar decisiones en función de los intereses populares a través de las votaciones, en donde la mayoría orienta las decisiones de gobierno y del Estado sin aplastar a la minoría. La democracia no impone instituciones o liderazgos de por vida. La democracia no impone proyectos políticos para siempre.
Así como criticar al gobierno mexicano no nos hace anti-mexicanos, criticar al INE, a su estructura facciosa y su dispendio, no nos hace antidemocráticos.
Esa es la trampa en la cual nos quiere meter la oposición. Y en la cual el pueblo informado y consciente ya no está cayendo. ¿Cómo vamos a caer si hemos vivido dos fraudes electorales avalados por distintas instancias en los últimos 34 años? ¿si hemos visto como los institutos electorales avalan la compra de votos?
El INE que defienden quienes marchan es el INE del Pacto por México. El que bloqueó y operó en contra de la consulta popular a expresidentes. El instituto electoral más oneroso de América Latina y uno de los más caros del mundo. El que no dio difusión e hizo campaña en contra de un proceso plenamente democrático como la consulta de revocación del mandato.
La oposición derechista en México hizo alianza hace tiempo por la dirigencia del INE, caminan en una misma ruta, caminan hacia un mismo objetivo. Quienes marchan este domingo tienen derecho de hacerlo. Que les vaya muy bien. Pero están caminando juntos con la derecha también.
Fruko
13 noviembre, 2022 at 12:12 pm
Ajá… Por eso es que MORENA ha ganado casi todo.
Muy objetivo el artículo, no vayamos a creer que está totalmente inclinado a favor del peje.
hctrmy
19 noviembre, 2022 at 7:33 pm
Cómo dice Claudio X. “el saqueador” González: el INE es un privilegio y nuestros privilegios no se tocan.