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Opinión

México vuelve a mirar al Sur

Desde que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia, la política exterior y la vinculación con Latinoamérica han tenido una dirección definida: el respeto al principio de no intervención y el fortalecimiento de lazos de solidaridad, los cuales se han acompañado de diagnósticos y rutas de trabajo. Como dijo el general Mujica: “hechos, no palabras”.

Durante la actual administración, la política exterior ha posicionado a México como un referente en la región, no sólo por su mercado interno, sino también por su activismo en cuestiones que incumben al concierto de las naciones. Si bien desde un inicio se marcó la disposición de colaborar con gobiernos progresistas, fue hasta que finaliza el periodo crítico de la pandemia que México voltea más intencionadamente a la agenda de nuestros vecinos del sur.

Todas y todos recordamos que el gobierno mexicano se movilizó sin titubear en 2019 para salvar la vida del entonces mandatario de Bolivia, Evo Morales, cuando este había sufrido un golpe de Estado respaldado por la Organización de Estados Aamericanos (OEA) y Estados Unidos, en un contexto donde los gobiernos neoliberales de Sudamérica le había negado el apoyo. Con esta acción la nación mexicana recordó viejos tiempos de nuestra política exterior, caracterizada por recibir y proteger a exiliados políticos de distintas partes del mundo.

Después, en 2021, cuando la pandemia mostró la cara de la desigualdad en el acceso a las vacunas a nivel mundial, México denunció en el G-20 que unos cuantos países acaparaban casi el total de vacunas, dejando a 145 países sólo con acceso al 4%. En este contexto se exhortó a la ONU para que tomara cartas en el asunto y garantizara que todo el mundo tuviera acceso a vacunas.

Desde finales del 2021 y principios de este año, México ha apoyado a Argentina en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a fin de que las medidas impuestas no acaben desestabilizando económicamente más a este país, en donde por cierto, el endeudamiento es consecuencia del irresponsable préstamo que el mismo FMI hizo al gobierno neoliberal de Mauricio Macri.

A estos eventos se suma la asistencia de AMLO al Consejo de las Naciones Unidas, en donde expuso un “Plan mundial de fraternidad y bienestar”, con el cual colocaba en el centro de la discusión de la seguridad planetaria el tema de la desigualdad y la vida digna; un tema que no había sido tocado como un problema a resolver en este espacio, sino como un factor contextual a considerar. El plan busca garantizar el acceso a la vida digna de 750 millones de personas a través de recursos de los países más ricos, así como de las más grandes corporaciones.

Estos eventos dan muestra de que el actual gobierno de México, que se ha pronunciado en contra de la guerra en Ucrania, impulsa de manera responsable agendas sociales en beneficio de los pueblos del mundo, dando para ello pasos importantes y asumiendo responsabilidades.

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La reciente visita a Centroamérica y Cuba es otro ejemplo de ello, así como la postura del presidente de no asistir a la Cumbre de las Américas que se realizará en Los Ángeles, California, si el gobierno de Joe Biden no extiende una invitación al conjunto de países de nuestro continente.

En cuanto a la gira por Centroamérica, se establecieron desde el inicio dos ideas muy claras. Por una parte, el diagnóstico de que la violencia y la desigualdad socioeconómica son la principal problemática de la región, provocando fenómenos como la migración.

En los países de Belice, Honduras, El Salvador y Guatemala se informó sobre los programas sociales que se impulsan, los cuales se fortalecieron e incluso se eliminaron los aranceles para los productos básicos provenientes de Belice, mostrandose también buena disposición del gobierno mexicano para vincular el proyecto del Tren Maya al desarrollo de la región.

AMLO con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei

En segundo lugar, AMLO aprovechó para dejar clara la posición de México en favor de una verdadera integración del continente, la cual permita construir un bloque económico mundial sólido que posicione a la región en el centro de la economía mundial. En Belice declararía lo siguiente:

Sólo a través de una América unida, integrada, hermanada, podremos hacer frente a las turbulencias de la economía mundial y, lo más importante, al peligro geopolítico que representa para todo el mundo el declive económico de Estados Unidos frente a otras regiones, en especial de Asia

En esta cita se puede apreciar el equilibrio de la política exterior y de la relación que tiene el gobierno de México con los Estados Unidos, la cual es una relación respetuosa que reconoce la importancia económica, militar y política de EU, pero coloca al frente la soberanía de los pueblos.

Este movimiento, que se sostiene en una aprobación histórica de su gobierno, le permite a AMLO reconocer el papel clave de EU para la economía local, al tiempo que le invita continuamente a atender la desigualdad en la región, por ejemplo, al presionar para que envíe los 4 mil millones de dólares con los cuales se comprometió.

México es hoy un puente de comunicación de los países de la región (Centroamérica) con EU, pero también avanza como un referente del continente, lo cual se puede apreciar con la posible convocatoria a la Cumbre de las Américas.

Para esta Cumbre el gobierno de EU, en palabras de Brian Nichols, ha dejado entrever que países como Venezuela, Cuba o Nicaragua no estarían invitados a dicha reunión, argumentando que, a los ojos de EU, no tienen gobiernos “democráticos”. Frente a ello, AMLO ha sido el primero en manifestar que no asistiría si no están invitados todos los países, limitándose a enviar a una comitiva en su representación de darse este penoso suceso.

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A este llamado a trabajar de manera integral con todos los países, han respondido favorablemente naciones como Bolivia y Honduras, que declararon que tampoco asistirían de no convocarse a todos. Otros gobiernos como Argentina han dicho estar de acuerdo con la postura del gobierno de México, aunque por cuestiones particulares si estarían asistiendo a esa Cumbre, independientemente de la convocatoria.

Dejar de lado las “fobias ideológicas obsoletas”, tener un “genuino compromiso con nuestros pueblos” y “respetar la soberanía de cada país”, son algunas de las frases de AMLO que resumirían su posicionamiento en esta gira.

Para cerrar me gustaría acotar que no todo se reduce a una cuestión política, también existe una crítica al modelo capitalista rapaz que se ha impuesto en América Latina y en el mundo. Las críticas a la repartición de vacunas y a la estrategia de combate a la desigualdad en el mundo son dardos directos al corazón de la organización económica que el capitalismo ha implantado mundialmente, la cual se sigue agudizando con el paso de los años. Por otro lado, la exigencia de atender las causas estructurales de la desigualdad en Centroamérica e invertir en programas sociales como Sembrando Vida y Jóvenes construyendo el futuro, son también críticas a la visión extractivista y explotadora con la cual han saqueado a nuestros pueblos.

En el mismo sentido, el apoyo a Argentina en la negociación con el FMI, el rescate de Evo Morales por motivo del golpe de Estado, o el exhorto a EU para que invite a todos los países del continente a la Cumbre, son también una reivindicación y reconocimiento a la lucha de aquellos países y gobiernos que han sostenido un modelo económico y político que le ha cerrado las puertas a la intervención norteamericana.

Frente a esto es un hecho que no podemos pelearnos con Estados Unidos. En esto coincido plenamente con el presidente. No tenemos la capacidad económica ni militar para hacerlo. Sería simplemente una locura. Lo que si podemos hacer es, sosteniéndonos en una buena política interna, comprometer a EU para que reconozca las agendas políticas y sociales de nuestros pueblos, para que participe en la atención de sus problemáticas sin intervenir políticamente en ellos. Una tarea compleja, pero en la cual se ha avanzado en estos poco más de tres años.

Diego Ilinich Matus
Escrito por

Militante de izquierda, integrante del INFP de morena, y convencido de la necesidad de una “revolución de las conciencias”. Licenciado en filosofía por la UABC. Maestro en ciencias sociales por la FLACSO-México. Con estudios en políticas públicas para la igualdad por CLACSO y el CIDE, así como candidato a doctor en política educativa por la UNAM.

3 Comentarios

3 Comentarios

  1. Avatar

    E.Nigma

    19 mayo, 2022 at 8:39 am

    Wow ahora sí van a venir las empresas beliceñas a invertir en México, para que necesitamos al G7 si tenemos a Belice y Guatemala que tienen empresas de tecnología que pueden invertir en México, me convenciste!!!

  2. Avatar

    José

    19 mayo, 2022 at 12:45 pm

    Llego el momento de pararle un alto a los gringos con su visión de salvadores mundiales, mientras su casa se cae a pedazos, México es el faro de una nueva América en donde todos somos iguales sin importar posturas políticas o el nivel de economía, cada uno aporta lo que tiene para crecer en conjunto y solo de esta forma hacer frente a los retos como una unidad, suena a utopía, una visión bolivariana, pero que poco a poco puede hacerse realidad. ¡VIVA LA UNIDAD AMERICANA!

  3. Avatar

    El Tío Chuy

    23 mayo, 2022 at 7:17 pm

    e.nigma? Obviamente no entendiste el artículo, no se trata de sacar beneficio de la relación entre los países hermanos sino demostrar unidad frente a un enemigo común que es el capitalismo rapaz pero bueno que se puede esperar de alguien que plagia su pseudónimo.

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