“El Diego es eterno”
El pasado 12 de noviembre el Ejecutivo Federal envió a la Cámara de Diputados una Iniciativa para reformar en materia laboral la figura de Subcontratación -Outsourcing- o Tercerización de la Fuerza de Trabajo; su discusión está agendada para este mes. La Iniciativa pretende erradicar las aberraciones deshonrosas y malas prácticas en cómo se utiliza esta forma de ocupación laboral en México, que atenta a todas luces los derechos laborales de la clase trabajadora y que se utiliza para la evasión fiscal.
Ahora, la figura de subcontratación laboral estipulada en la reforma de 2012 de la Ley Federal del Trabajo y propuesta por el ex mandatario Felipe Calderón, fue respaldada por los legisladores del PAN y PRI en turno en una cruzada sistemática de imposición del régimen de acumulación neoliberal con “Reformas Estructurales” para cimentar sus formas y lógicas de operación; desmantelando las conquistas históricas de la clase trabajadora del pasado, sin embargo, la subcontratación es una práctica laboral necesaria para ocupar mano de obra en ciertas áreas específicas de la industria, comercio o servicios.
Por motivos de la reforma, la subcontratación laboral creció 2013 de 1. 3 millones de empleados a 6.1 millones de trabajadores en 2019 (datos del INEGI). A pesar de, que en el mes de diciembre de cada año despiden en promedio a más de 300 mil trabajadores, para no pagar gratificación de fin de año que luego vuelven a ser recontratados en el mes de febrero. En consecuencia, es relativo el número de personas que se emplean bajo esta figura laboral en el año.
Aclaremos lo anterior de manera más detallada, la subcontratación es cuando una empresa contrata a otra empresa (contratista) para la realización de una actividad específica, es decir, que una empresa pone a sus trabajadores al beneficio de otra, al contrario de una relación laboral tradicional donde existe un trabajador y un empleador (capital-fuerza de trabajo). En estricto sentido el contratista es el que tiene una relación salarial y legal con el trabajador, que este último es el que coloca al servicio del contratante para realizar una actividad específica, por lo tanto, el contratante no tiene una obligación en la relación laboral con los trabajadores proporcionado por el contratista, por esta razón, en la figura de subcontratación existe tres sujetos: el contratista, el trabajador y el contratante.
Por ejemplo, una empresa del giro automotriz por efecto del mercado necesita expandir su capital físico construyendo una nueva nave industrial, y como sus trabajadores son especializados en automotriz y no en construcción, es necesario contratar a una empresa del sector de la construcción para desarrollar esa actividad en específico, al momento que concluya el proyecto de la nueva nave industrial los trabajadores subcontratados dejan el área física de la empresa automotriz.
Sin embargo, en México no ocurrió de esa forma en términos prácticos. La subcontratación fue utilizada para emplear trabajadores en actividades no especificas por parte de la empresa contratante que se benefició, utilizando esta figura para retener ISR, IVA y desviar impuestos; no pagar utilidades a los trabajadores y pagar lo mínimo de aportaciones al IMMS e ISSSTE cuando percibían una cantidad mayor de salario o peor aún, no otorgarles derechos laborales mínimos que por ley se merece la fuerza de trabajo.
Lo peor de todo, es que en la mayor parte de los casos, las empresas que hacen mal manejo de la figura de la subcontratación son las mismas empresas contratantes que crea la empresa contratista para ejecutar estas “miserables prácticas” que por ley es delito federal.
No obstante, las empresas contratistas que ofrecen para la ejecución de una obra o servicio de subcontratación desvían 21 mil millones de pesos al año, las cuales ascienden a más 6 mil empresas de dudosa procedencia -fantasmas- que tienen una razón social falsa. Aunque, el gobierno federal solo tiene identificadas 4 mil empresas de las 6 mil que operan en el país que abusan de la figura de subcontratación, esta mala práctica equivale a más de 800 mil empleos que son afectados por el mal manejo del “outsourcing”.
La propuesta del gobierno de la 4ta trasformación en materia laboral buscará ser más estricta con el uso y manejo de la figura para emplear modificando la Ley Federal del Trabajo, el Código Fiscal, la Ley de ISR, la Ley del IVA, la Ley del IMSS y la Ley del ISSSTE. Se creará un padrón de empresas proveedores que ofrecen este servicio para actividades específicas para el uso único de ese beneficio, sin caer a prácticas vulgares de mal uso para emplear trabajadores con el fin de ejercer el giro productivo que la empresa contratista realiza, es decir, no se podrá subcontratar a trabajadores que sean de esa rama industrial o comercial.
Por lo tanto, la empresa deberá contratar al trabajador para que ejerza esa actividad productiva o comercial. El padrón de proveedores será manejado y certificado por la Secretaria del Trabajo Federal y la Secretaría de Hacienda y la empresa que no esté registrada en el padrón no se deberán contratar y la que incurra en subcontratación o continúe con malas prácticas será sancionada con una multa hasta de 4 millones de pesos, además de una sanción judicial que puede llevar a sus dueños a la cárcel.
Además, la Secretaria del Trabajo realizará visitas de inspección periódicas a las empresas para que todo este funcionado a la normalidad.
Era necesaria y urgente la regulación de la subcontratación para eliminar de tajo las practicas miserables que asechan a la clase trabajadora. Sin duda la Cuarta Transformación es distinta a todo el periodo neoliberal, porque de forma real está del lado de las y los trabajadores de México.