Desde que entró a Palacio Nacional, tenía la intención de reventar al Presidente de México. Nunca había ido ahí para una mañanera: era su primera vez. Y quería que se notara. Él, el periodista mexicoamericano más importante y conocido de Estados Unidos en la conferencia de Andrés Manuel López Obrador.
Debía ser un hecho histórico. Y un show.
Un joven lo grababa con un celular, y Jorge, tan bueno en eso de estar enfrente de una cámara, criticaba ya a AMLO. Preparaba sus misiles y los anunciaba a ese celular. Mencionaba que estaba ahí, a unos pasos del “púlpito presidencial”.
Desde un principio, quiso que la mañanera fuera un show, pero no cualquiera. Debía ser su show. Que vendiera en su próximo programa. Él, Jorge Ramos, como la noticia: no la noticia por la noticia misma. Así son sus reglas del periodismo.
Andrés Manuel López Obrador comenzó con la ronda de preguntas y respuestas. Levantó la mano Ramos, pero el mandatario se la dio a otro reportero. Después volvió a levantar la mano, y AMLO se la dio a otra persona. Fue ahí que dijo “ahí vamos contigo Jorge”.
El show estaba próximo a comenzar.
Jorge tomó la palabra. El salón Tesorería de Palacio Nacional pareció transformarse en un set de televisión, donde Jorge Ramos debía ser la figura principal.
Con la experiencia que le da haber sacado de quicio a Nicolás Maduro, Donald Trump y Ricardo Anaya, además de muchas otras figuras públicas, Ramos comenzó a hablar. La intención: dejar a Andrés Manuel López Obrador en ridículo en su espacio: la conferencia de prensa mañanera. Hacerlo enojar. Sacarlo de sus casillas.
Así es Jorge Ramos. Así es su periodismo.
Comenzó con el mayor misil: “las cosas no han cambiado en México”, “siguen asesinado a mexicanos”, “éste será el año más sangriento y violento en toda la historia del país”.
Iba a la yugular. El mensaje era claro: usted dijo que era un cambio, y en realidad, en materia de violencia, es un fracaso. Esto a poco más de cuatro meses de haber asumido AMLO la presidencia del país.
Después de plantear un escenario catastrófico, debía venir la pregunta. Una pregunta incontestable. Engañosa. De trampa. Así es Jorge Ramos. Así es su técnica: “¿qué va a hacer a corto plazo para que no maten a tantos mexicanos?”.
Y después, cuando parecía que iba dejar que AMLO contestara, Ramos no dejó pasar la oportunidad: “no ayuda que usted desacredite a los periodistas. Eso es un ataque a la libertad de prensa”. Era un puñetazo que significa un “usted es casi un dictador”.
Jorge Ramos el rudo, el de las preguntas complicadas, el periodista valiente. Jorge Ramos, el reportero que vive en Miami y viene a México de vez en cuando a alzar la voz por todos los periodistas mexicanos asesinados.
Mientras Ramos preguntaba, un persona lo filmaba. Era el mismo joven que lo grabó antes de comenzar la conferencia de prensa. Parte de su equipo de producción. Que quedara claro que el show era su show.
Andrés Manuel López Obrador escuchó atentamente la pregunta de Jorge Ramos. Y dijo lo que ha dicho muchas veces: que reconocía que el problema de la inseguridad y la violencia era el más grande problema del país, que por eso él, todas las mañanas, se levanta temprano y a las seis se reúne con el equipo de seguridad, que está al tanto de todo, que no es como los otros presidentes que ni se enteraban, que se ha construido un nuevo paradigma para luchar contra la violencia, que ya no es echar las armas y punto, sino que ahora es coordinación y programas sociales y bienestar y pensar siempre en la gente, especialmente en los jóvenes, a quienes abandonaron durante los últimos 30 años.
Ramos observó que AMLO continuaba. No podía ser así. Era un show, su show, y no debía dejar que el Presidente se lo robara.
Por eso interrumpió: “Pero las cifras dicen lo contrario”.
AMLO explicaba que dejaron al país hecho una tragedia, que incluso no había cifras claras en anteriores gobiernos. Pero eso no valía. Eso no era show. Y por eso Jorge Ramos, nuevamente, lo interrumpió y mencionó: “pero las cifras dicen…”
En ese momento, para Jorge Ramos, lo que importaba eran las cifras. No que hubiera políticas públicas. No que hubiera una Guardia Nacional (incluso estaban presentes ahí, sentados al lado de AMLO, las personas que la encabezarán). No que hubiera una nueva forma de atacar a la delincuencia. Él repetía una y otra vez las cifras. Y de tanto hacerlo, parecía que esas cifras no eran de personas asesinadas. De sangre. De tragedia. Eso quedaba como en el olvido. Lo que importaba era ganar, exhibir y vender: él, Jorge Ramos, el periodista que se fue a Estados Unidos para ser el comunicador latino más importante, debía ser el ganador en el show: su show.
Las cifras. Las cifras. Las cifras.
Jorge Ramos no se movía de ahí, porque sabía que ahí era donde él poseía un control, o donde le dijeron que estaba el control, el quid del show: “pero las cifras”, pero “mis cifras”, pero “según las cifras”.
Lo había logrado Ramos: toda la conversación giraba entorno a las cifras. Y es que él había basado todo en ello. No esperaba que AMLO fuera ahí, a las cifras. Y cuando el Presidente lo hizo, lo sacó de control. Lo destanteó. Él, el periodista mexicoamericano más importante en toda la historia del mundo, tan experto en destantear, se miraba de repente vulnerable. Débil. Frágil.
Jorge Ramos afirmó que los asesinatos habían aumentado, que el país era más tragedia que en sexenios anteriores. Y cometió el error de la prepotencia: “yo traigo mis fuentes aquí”.
AMLO le respondió: “no han aumentado” los asesinatos. Y entonces, sucedió algo que Ramos no esperaba: “yo te invito a que revisemos [las cifras], vamos viéndolas […] A ver si coinciden con tus datos”. Y en la pantalla, aparecieron gráficas con las cifras.
De repente, el periodista que fue expulsado de una conferencia de prensa de Donald Trump y que fue “secuestrado” en Venezuela por la gente de Maduro (ambos hechos que presume con mucho orgullo) se sintió con miedo: su cara lo evidenciaba.
“No alcanzo a ver desde aquí”, alcanzó a decir.
Entonces, al ver que AMLO fue a donde estaba la pantalla con las cifras, Jorge Ramos no tuvo más remedio que ir también.
Y el periodista mexicoamericano más famoso e influyente que haya habido en toda la historia de la humanidad, parecía un niño bien portado de primaria que decía sí a todo lo que el profesor le estaba diciendo.
Ramos se miraba derrotado cuando se dirigió de vuelta a su asiento. Él, que quería exhibir al Presidente…, terminó exhibido con “sus cifras”. Intentó pasar a la otra pregunta (una relacionada con Estados Unidos, donde se sentía más cómodo), pero AMLO no lo dejó: “no termino todavía”.
Jorge Ramos intentó en su pregunta darle a AMLO un matiz de presidente autoritario que exigía que los medios dieran a conocer sus fuentes. El mandatario entendió la pregunta, y explicó que en ningún momento de la actual administración se le ha negado en México a alguien el derecho a decir, a protestar, a hablar. Nunca. La libertad de expresión está garantizada. Pero también hay derecho de réplica.
Continuó Ramos con su segunda pregunta. Pero el show, su show, ya había terminado.
Le quedó claro que su intento por exhibir a AMLO fue un fracaso. El exhibido fue él. Y lo peor: en su propio show.
Aquí está el video 👇
Con información de Jorge Gómez Naredo
armando garcía lagos barba
12 abril, 2019 at 9:04 am
Nos gustaría que incluyeras el video. Gracias.
Evilchis
12 abril, 2019 at 10:59 am
Más sabe el diablo por viejo que por diablo…!!
Lázaro Medina
12 abril, 2019 at 12:02 pm
No cabe duda que cada quién ve lo que quiere ver…
Pingback: Dresser, León Krauze y Alemán le aplauden a Jorge Ramos por provocar a AMLO
Rick
12 abril, 2019 at 1:08 pm
no es asi como lo redactas que sucedieron las cosas. Apegate a la verdad solamente.
Miguel Farias
12 abril, 2019 at 2:39 pm
Definitivamente NO ha bajado la violencia en el país, las policías se han especializado en “levantar” cadáveres, los secuestros, extorsiones, ejecuciones, robos a comercio y a transeúntes se han recrudecido en todo el país, un ejemplo muy triste es la ciudad de Cancún, aqui cada día hay de 3 a 7 ejecutados en pleno dia y en cualquier parte de la ciudad, colombianos, cubanos, hondureños incluso norteamericanos se han repartido la ciudad en complicidad con los mandos policíacos de todo el estado de Quintana Roo, para colmo el gobernador hizo un pacto con el narco contratando a Alberto Capélla (delincuente prófugo de Morelos) y a toda su banda de extorsionadores. Es urgente y obligatorio que el Presidente de la República tome cartas en el asunto y que mande a todos esos ancianos decrépitos que tiene ahí sentados a cumplir con su deber. El pueblo está a merced de la delincuencia, sea quien sea que los haya heredado (Salinas, Zedillo, Fox Calderón, Peña) eso ya es lo que menos importa, queremos justicia para el pueblo y castigo para todos ellos.
Celia Guardado
12 abril, 2019 at 3:07 pm
Hay que ser muy imbécil para creer que en 4 meses el gobierno actual va a acabar con la violencia que dejó el viejo gobierno en 80 años.
Es como pedirle a un recién nacido que se levante y corra.
Rosalba
12 abril, 2019 at 11:18 pm
Alguien enséñele a Jorge Ramos que el celular tiene calculadora, si lo usa y multiplica el promedio, verá que sus cifras se aproximan a los promedios que menciona AMLO.
Araceli Mancilla
12 abril, 2019 at 11:52 pm
Exacto! Es el primer gobierno que realmente está trabando, ése Jorge Ramos, en lugar de venir a ayudar a México, viene a atacar.
Eva Nieves Rutiaga
13 abril, 2019 at 12:15 am
Pensamiento demente pensar que en 4 meses, como arte de magia se termine la violencia, solo una mente retorcida exige que ya se termine, como si tuviera una barita mágica el presidente, para terminar con tanto delincuente. Cuando se le tiraron a la yugular a Calderón??? 250,000 muertos y nadie de los periodistas dijo nada!!! Al contrario, le besaban las manos..Al usurpador Calderón, y a Peña Nieto. Aclaro no pertenezco al partido de Morena.
Palestino Ramos
13 abril, 2019 at 1:22 am
Jorge Ramos es un profesional como periodista, el Sr. López sólo manipula cifras, además, dijo que cuando llegara a la Presidencia en automático todos los delincuentes se volverían buenos, que ingenuo, y que ingenuos los que le siguen creyendo.
Leticia perez
13 abril, 2019 at 2:16 am
Como es posible que ese periodista venga a Mexico a atacar al Presidente, aparte que mal yo lo tenia por un periodista respetuoso pero hoy quedó como el parasitó de la tele pobre
Adrian Martínez
13 abril, 2019 at 12:52 pm
Triste ver al presidente que no entiende cifras, el habla de un promedio como si se tratase de los totales de muertos, afortunadamente no lo exhibieron más al sacar la calculadora y multiplicar ese promedio diario para llegar a las cifras que no quieren revelar pero que si las traen en esos datos. Pero lo peor de todo es que el presidente no tiene la humildad de aceptar que todo va mal y que necesita ayuda, sólo se dedica a atacar a quienes lo cuestionan, pero no ofrece nada.
Juan Haro Horta
13 abril, 2019 at 2:57 pm
Pero mas ingenuos los que piensen que podría llegar a suceder, ¿ingenuos?,……mas bien lo que sigue…
PAULA DELIA
13 abril, 2019 at 7:01 pm
Ese Jorge debió haber venido o escrito en el gobierno Peñanietista.
Prof. X
15 abril, 2019 at 6:14 am
Pero sabes qué es lo peor que de seguro van a haber chairos que van a decir que “AMLO sabe más que las frías matemáticas”, ahora resulta que no importan las cifras, los gráficos o las pruebas de hipótesis, lo único que importa aquí es lo que piense AMLO.
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Javier Cervantes Garcia
9 julio, 2020 at 12:57 pm
Este pseudoperiodista, es proclive a los shows que le dejan buenos dividendos pero no es mas que una vedete de ese gremio que habia monopolizado la informacion y la desinformacion que ademas quedo en ridiculo en este su show fallido y no se han dado cuenta que esa labor ya no es el 4o poder, este poder lo egercen ahora las redes sociales y con mucha mas fuerza