La directora de la agencia antidrogas de Estados Unidos, Anne Milgram es investigada por presuntamente haber entregado, por adjudicación directa, contratos millonarios a sus antiguos colegas.
De acuerdo a The Associated Press (AP) la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia, investiga un contrato de la DEA por 4.7 millones de dólares para realizar “planeación y comunicación estratégica” y así reclutar a personas que Milgram conoció cuando era fiscal general de Nueva Jersey y profesora de derecho de la Universidad de Nueva York.
Según AP, cuyas fuentes conocen las investigaciones en curso, al menos una docena de personas han sido beneficiadas con esos contratos, incluidos algunos del círculo cercano de Milgram. Además de quienes manejan inteligencia, análisis de datos, servicios comunitarios y relaciones públicas – trabajos que regularmente requieren autorizaciones especiales de seguridad y que suelen desempeñar los 9.000 empleados de la propia DEA.
Un segundo contrato es por 1.4 millones de dólares a un despacho de abogados de Washington por un análisis reciente de las escandalosas operaciones de la DEA en el extranjero. Este despacho ha sido criticado ampliamente por desestimar casos de mala conducta de agentes y cómo prevenirlos.
“Algunos de estos tratos parecen muy pantanosos“, aseguró el abogado Scott Amey. Además consideró que las reglas para la contratación federal deben conducirse sin tratos preferenciales, evitando incluso la insinuación de un conflicto de intereses.
La investigación inició hace ya varios meses debido a las quejas de los empleados. Además ha ido en incremento ya que varias personas entrevistadas compartieron documentos sobre los contratos, con la condición de que se mantuviera su anonimato.
De confirmarse las irregularidades, el Inspector General puede recomendar desde sanciones administrativas hasta acusaciones penales en contra de Milgram.
La investigación se realiza en momentos en que la DEA enfrenta una serie de escándalos sobre conductas irregulares de algunos agentes que han sacudido a la agencia antidrogas. Al mismo tiempo tiene que lidiar con una crisis de consumo de fentanilo, que se cobra más de 100 mil muertes por sobredosis al año y que Milgram consideró como “la amenaza de narcóticos más letal que nuestro país ha enfrentado en su historia”.
La DEA, no permitió que Milgram diera una entrevista o que discutiera la investigación o contratos específicos, y sólo entregó una declaración institucional por escrito.
Milgram, de 52 años, llegó a la principal agencia de narcóticos del país hace dos años con la instrucción de limpiar la casa por decisión del Presidente Joe Biden. Su actuar con mano dura y bravuconería le han hecho ganarse enemigos dentro de la DEA.
