Si se mantiene el esquema vigente de contratos con los productores independientes de energía (PIE), el daño a la nación podría llegar a los 412 mil millones de pesos por subsidios, riesgos cambiarios y de inflación, bajo despacho y tarifas crecientes, advirtió la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a la Cámara de Diputados.
Los directivos advirtieron a los legisladores que la “CFE sufre una sangría”, pues los subsidios a PIE ascienden a 249 mil 606 millones de pesos, de los cuales 56 mil 175 millones corresponden solo a la transnacional Iberdrola, por la operación del parque eólico La Venta, en Oaxaca.
En la sesión convocada por la Comisión de Energía para discutir la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, funcionarios de la CFE explicaron que no hay una nacionalización disfrazada y llamaron a acabar con el saqueo de un pequeño grupo de particulares que se han hecho inmensamente ricos gracias a los contratos que obtuvieron al amparo de la reforma energética de Enrique Peña Nieto, impulsada desde antes por Felipe Calderón.
Morena defendió la iniciativa, argumentando que no debe privilegiarse el negocio, sino generar condiciones de equidad entre la CFE y las empresas privadas, las cuales reciben subsidios disfrazados, según dijo el coordinador de bancada, Ignacio Mier.
Dolores Padierna, vicepresidenta de la Mesa Directiva, indicó que las reglas están hechas para el beneficio de los generadores privados, a quienes se les paga aún si no producen ni venden electricidad a la CFE, costando hasta 16 mil millones de pesos al Estado.
Agregó que las subastas impuestas con la reforma energética “son una simulación de precio más bajo” para que entren primero a la red, pero las compañías no informan el costo de porteo, de respaldo y de servicios auxiliares, lo cual aumenta el costo real.
Por el contrario, Enrique Ochoa Reza, ex director de la CFE, aseguró que si se privilegia la generación con combustóleo y diésel, antes de otras opciones más económicas, “se encarecerá el sistema eléctrico nacional (…) hasta 135 mil millones de pesos más”.
El priísta cuestionó quién pagará ese monto, si es que se aumentarán las tarifas eléctricas en 135 millones de pesos o “la próxima legislatura aumentará el subsidio en 135 mil millones para pagar los platos rotos por usar combustóleo y diésel, en lugar de generar energía con sol, viento o gas natural, que son más económicos”.
Mientras tanto, el director de CFE Energía, Miguel Reyes, determinó que el Congreso debe vigilar cuánto del presupuesto de la empresa se destina a favorecer a los consumidores, garantizar la soberanía energética y confiabilidad de la red, y cuánto a anclar sus inversiones privadas.
Mencionó que los subsidios a Iberdrola constituyen un dumping comercial y desglosó que, por tarifas de porteo la CFE no recibe 2 mil 600 millones de la empresa española; por intermediación de contratos legados 10 mil 75 millones y, de ingresos no percibidos por suministro básico, 43 mil 500 millones de pesos.
Edmundo Sánchez Aguilar, director de finanzas de la CFE argumentó que “no hay libre competencia en el sector eléctrico, sino un monopolio de un grupo muy chiquito de empresas”.
Estimó que con la reforma se acabarán los subsidios “a un grupúsculo de hampones y las tarifas podrían bajar 20 o 30 por ciento, que equivaldría a una disminución de 140 mil millones de pesos en beneficio del bolsillo del pueblo mexicano”.
