El ex secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, vive días incontables en una celda en Nueva York, aterrado de contraer el Covid-19, asegura la periodista Dolia Estévez en una columna que escribió para el portal Sin Embargo.
Atrás quedaron los años de poder e impunidad que gozó a lo largo de tres sexenios, el de Vicente Fox, Calderón, y el de Enrique Peña Nieto. Actualmente, García Luna está desesperado y ha sido incapaz de asimilar su nueva realidad.
La periodista destaca las declaraciones del abogado de García Luna, César de Castro, quien le aseguró que “todos los reclusos federales han estado confinados durante semanas y acaban de extender el encierro al 18 de mayo. Están aterrados. Permanecen encerrados en sus celdas 24 horas al día. Se les permite salir por una o dos horas, un par de veces a la semana”.
De acuerdo con el abogado defensor, García Luna apenas ha podido tener acceso al teléfono y no puede comunicarse regularmente con su esposa e hijos. Le aseguró a la periodista que ni siquiera él ha podido agendar una llamada telefónica con su cliente. Su solicitud no ha tenido respuesta en 16 días.
En ese sentido, Dolia Estévez escribe que: “el terror de García Luna de contagiar el virus retrata a un hombre desesperado. Traumatizado. Al borde del abismo. Un hombre que no hace mucho esgrimió tanto poder que se creyó intocable. Indómito. Un hombre que le hizo tantos favores a la DEA, a la CIA, al FBI que, creyéndose infalible, se mudó a Florida a disfrutar los millones que, según dicen, le pagó El Chapo. Un hombre que creyó poder adquirir la ciudadanía estadounidense y gozar de su estatus privilegiado sin que su pasado lo alcanzara”, precisa la periodista.
Y señala que en Estados Unidos, García Luna no podrá corromper a jueces, ni manipularlos o sobornarlos.
“El manual de la impunidad que aplicó en México es inviable. No puede manipular a jueces, enfrentarlos, sobornarlos, intimidarlos. Fabricar verdades virtuales. Confabular montajes. Salirse con la suya. Quizá jamás cruzó por su mente el dramático giro que daría su vida. Está aterrado. Alarmado. Es incapaz de asimilar su nueva realidad. ¿Tronará? ¿Lo doblegarán? ¿Se rendirá? ¿Dará a los fiscales lo que buscan? ¿Sacrificará a Calderón a cambio de salvar su pellejo si fuera eso lo que pidieran?”.
La periodista recordó que la solicitud de García Luna para enfrentar su juicio en libertad fue rechada por el juez Brian Cogan, —el mismo que condenó a cadena perpetua a Joaquín “El Chapo” Guzmán— por considerar que el ex funcionario tiene “acceso a diversos actores sofisticados e influyentes” en México, que pueden ayudarlo a evadir la justicia estadounidense si es dejado libre.
Estévez destacó que aunque no los nombró, se infiere que son los integrantes del círculo político compacto de Felipe Calderón, que deben conocer o ser cómplices en los negocios en que andaba enfangado.
“Sus días transcurrirán lentamente en un encierro atroz, solitario en un mundo enfermo y raro que no conoce, sin otro ruido qué escuchar que el de sus propios demonios, abandonado hasta por el arrogante jefe al que sirvió con lealtad ciega, humillado en una celda inhóspita, rodeado de custodios que lo discriminan negándole todo acceso al mundo exterior, en la inmensa Nueva York, la ciudad que antes no dormía. Para García Luna las pesadillas no están en los sueños. Tampoco terminan cuando despierta”, concluyó la periodista.