Ante la proximidad del juicio al ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el productor Epigmenio Ibarra considera que el Gobierno de los Estados Unidos debe reconocer su fracaso en el combate a las drogas por confiar en el ex funcionario, pues antes de tenerlo en el banquillo de los acusados, le dieron toda clase de distinciones, reconociéndole como el ‘súper policía’ que acabaría con el crimen organizado en México.
El productor dijo que el ex funcionario debe explicar la escandalosa fortuna que amasó en México y Estados Unidos, pues en ambos países adqurió propiedades y gozó de contratos para las empresas de inteligencia y espionaje que creó en el sexenio de Peña Nieto.
“Se va a juzgar la simulación que fue contra las drogas, en nuestro país la sangrienta simulación, los norteamericanos no creo que lleguen al extremo de revisar su propia política, porque si hubiera honestidad en aquel Estado, lo primero que tendrían que hacer es Frankenstein reconociendo que su hijo, que su creatura es a la que tienen sentada ahí. García Luna no sería nada sin los norteamericanos. Los norteamericanos tendrían que reconocer que la guerra contra la droga es una estrategia fallida”, dijo.
Como cada miércoles, el cineasta acudió al programa Por la mañana de Grupo Fórmula que conduce Ciro Gómez Leyva, aunque éste aún no se ha reincorporado después del periodo decembrino, y su lugar es ocupado por Manuel Feregrino, para compartir ampliar su opinión de la columna que escribe en el diario Milenio, titulada A balazos no hay futuro.
Genaro García Luna. Foto: Especial.
Ibarra reiteró que una guerra contra el narcotráfico, como la emprendida por Calderón, equivale a un genocidio, y al narco se le tiene que combatir de otra forma. Recordó que ésta nación en el Gobierno de Reagan, pero en realidad fue una operación de “simulación y control de los Estados Unidos”, pues parafraseando al escritor Carlos Fuentes, “viven obsesionados con Moby Dick”, y siempre buscan a un enemigo externo, pero nunca ven a quien opera dentro de esa nación.
“Los capos mexicanos por más dinero que hagan, mueven centavos, el dinero fuerte del narco lo mueve un señor Smith, un señor Johnson, un señor Mackenzie, muy respetables, blancos, sajones y cristianos, no los indocumentados mexicanos, no los botudos de Sinaloa, no, el narco tiene otra regla y otra forma”, señaló.
Para Ibarra es pertinente hablar de la guerra contra el narcotráfico, no sólo por el juicio a García Luna, sino por la próxima visita a México del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y la escala de violencia que ha asolado a algunas regiones del país, como el asesinato de custodios y fuga de reos en el Centro de Reinserción Social número 3 de Chihuahua.
Mencionó que desde el 2008, alrededor de 300 mil personas en México se han visto involucradas con el crimen organizado, algunas de ellas presionadas con la amenaza de recibir “plata o plomo”.
En este contexto, dijo que es oportuna la visita de Biden, pues los Estados Unidos son “la vecindad con el mejor mercado de estupefacientes del mundo”.
Respecto al fenómeno del narcotráfico, comentó que este “nació en los sótanos de la (Policía) Federal de Seguridad”, sigue vigente desde hace 30 o 35 años, y poco a poco ha ido socavando las estructuras familiares, políticas y económicas de los mexicanos. Con García Luna, dijo, el narco se instaló hasta en la residencia oficial de Los Pinos, donde vivió Felipe Calderón Hinojosa.
“Centenares de miles de personas están de alguna manera sometidas con el narco. El dinero del narco infectó grandes empresas, infectó a la banca. El dinero del narco circula en decenas de miles de familias”, agregó.
