Esto gana Lorenzo Córdova, a quien “no le alcanza” para la revocación de mandato

El problema no es tanto el sueldo que si en verdad es oneroso
El asunto es de voluntad política que lo lleve a cabo la revocacion porque se crea un presedente para los siguientes presidentes en turno.
Y pues también el asunto es que el INE no tiene transparencia transparencia en el manejo de los recursos por escudarse en su autonomía

En cualquier país semi-civilizado Córdova hubiera renunciado por su desprecio hacia los pueblos originarios. Su necesidad de dinero es extremadamente mayor que su dignidad.

Lorenzo Córdova es un cínico y un baquetón, por lo menos, si no es que se trata, además, de un traidor. Pero hay mucho más, también podríamos decir que es un delincuente. Porque ¿cómo es posible que la sociedad mexicana (a través de la Cámara de Diputados) le haya comisionado que salvaguarde, vigile, trabaje pues, por la democracia mexicana y él haga exactamente lo contrario?
El INE, antes IFE, ya tiene una larga trayectoria de hacerse de la vista gorda en gran número de fraudes electorales si no es que ha sido cómplice descarado.
Desde el “triunfo” de Ernesto Zedillo (con la complicidad de aquel viejo bastardo y ratero de nombre Diego Fernández de Cevallos), victoria priísta en la que el mismo Zedillo admitió, al menos, que hubo “inequidad en el proceso”, así, hasta el gran fraude de 2006 en el que se impuso, contra la manifiesta voluntad popular, al peor presidente de nuestra historia (con la excepción quizá del dipsómano, mariguano y asesino Victoriano Huerta y del gran traidor Antonio López de Santa Anna). Aunque hasta la fecha, los seguidores del señor FeCal (no es ofensa puesto que ese es el acrónimo correcto de su nombre) se nieguen a reconocer que su victoria de 0.56 de punto porcentual la lograron aplicando una larga serie de trampas electorales de toda índole. ¿Para qué?: para que el señor FeCal entregara la Secretaría de Seguridad Pública al crimen organizado con el criminal Genaro García Luna al frente. Para que el mismo señor FeCal se robara miles de millones de pesos en muchos sonados fraudes, como la famosa refinería fantasma, como la llamada Estela (de robo al erario) de luz; los miles de millones de dólares que varios bancos lavaron de dinero del crimen organizado (al amparo del gobierno de entonces, ah, pero lo hicieron gratis, claro) y, finalmente, con tal de legitimarse del fraude, desatara una guerra estúpida que bañó en sangre a la nación y la cual, por la multiplicación por diez de las organizaciones criminales, aumentó los índices de asesinatos. Esa desgracia que incluyó miles de tragedias entre los mexicanos, la padecimos por la negligente complicidad del INE (que todavía se llamaba IFE) con los delincuentes electorales del PAN.
Y luego, no conformes con su crimen de dejar a un enfermo mental en la presidencia, como lo es el ya aludido señor FeCal, hoy mejor conocido como Borolas, en el año 2012, el INE permitió y se hizo cómplice de otro fraude electoral. Ahora en favor del PRI. El PAN había quedado tan embarrado de su propia inmundicia que era imposible que alguien votara por ellos. Así que, con tal de que la izquierda no llegara al poder, los del INE, se hicieron pendejos y jamás se percataron que miles de millones de pesos estuvieron siendo usados para la compra de votos y los excesivos gastos de campaña del débil mental Enrique Peña Nieto. Doce veces más dinero del que se aprobara por ley para una campaña electoral. Y aun así EPN pudo ganar por unos cuantos puntos porcentuales la elección, con la complicidad de INE para el fraude.
Pero no para ahí la serie de fraudes. En 2017 permitieron, una vez más, que el PRI hiciera toda clase de trampas en la elección para gobernador del Estado de México. Y aun así Morena obtuvo la victoria, aunque la coalición que hizo el PRI tuvo, en conjunto, más votos que el partido de AMLO.
Y en 2018 volvieron a hacer fraude. Andrés Manuel tuvo, según el INE, el 53 por ciento de votos a su favor. Pero poco después los sondeos (que tampoco son tan confiables) dieron que AMLO tenía una aceptación del 68 por ciento. Es decir, le robaron, por lo menos, unos 13 puntos porcentuales a la gran victoria del hoy presidente López Obrador.
Y el cinismo del INE no tiene medida. Ahora, como saben bien que el presidente tiene una gran popularidad (debe andar por arriba del 70 por ciento de aprobación), se niegan a llevar a cabo el proceso que se llama Revocación de Mandato. Saben muy bien que tal revocación será sólo un espaldarazo espectacular del pueblo para que AMLO siga como presidente de México. Pero lo peor, para ellos, es que se sentará un precedente que les preocupa hasta la médula: si un día llega a ganar uno de los políticos ladrones de los que tienen de sobra, el pueblo exigirá muy pronto que se le revoque el mandato, con un procedimiento que ya se habrá hecho.
El pretexto para no hacer su trabajo es que no les alcanza el dinero: casi 4 mil millones de pesos, dicen, son insuficientes.
Es muy fácil, si no pueden con su chamba, que renuncien (ah, pero eso sí, están mamando dinero para ellos mismos, como no lo hace ni el presidente de la República y los cínicos se ampararon legalmente para no soltar la ubre).
Y si no pueden con la encomienda de la sociedad, pues les hacemos su chamba. El pueblo puede hacer todo el proceso. Pero que se larguen todos los consejeros del INE.
Y que se nombren nuevos funcionarios electorales.
El pueblo quita y el pueblo pone.