El emotivo momento en el que le regalan una hamaca a AMLO

Durante la semana escucho, a primeras horas de la mañana, el cálido saludo que el presidente López Obrador da en su conferencia en Palacio Nacional: “¡ánimo, buenos días!, ¡ánimo, ánimo!” El saludo viene acompañado de una sonrisa en su rostro.

Así comenzó esta fría mañana de octubre: “¡buenos días, ánimo, ánimo!”, dijo el presidente y advirtió que la mañanera duraría menos, pues comenzaría una gira por las refinerías que se están rehabilitando en el país, esas refinerías de las se habla poco y da y darán a México mucho. “¡Ánimo!”, pensé.

Son las siete de la mañana y pensé que el presidente, como todos los días, ya tiene varias horas despierto, y es que desde las 6 am tiene la reunión de seguridad.

La conferencia inició con noticias: el crecimiento de la inflación se detuvo, se anunciaron nuevos nombramientos en economía, y después vinieron las preguntas y respuestas.

Pensé que la mañanera llegaba a su final y que el presidente se retiraría para seguir sus actividades, pero entonces sucedió: una reportera le entregó una hamaca, pero no se trata de cualquier hamaca, sino que tenía su historia y simbolismo.

Se trata de un símbolo de justicia, de cambio, una hamaca elaborada por las manos de los tres  jóvenes, Aníbal, Cesar y Juan Carlos, quienes fueron recluidos por casi dos años de manera injusta en el penal de Balancán, Tabasco. Jóvenes que gracias al compromiso y el trabajo de nuestro presidente fueron liberados del desolador tormento de estar bajo la impunidad.

Sin lugar a dudas,  el presidente cambió la vida de Aníbal, Cesar y Juan Carlos, así como de sus familias, por lo que estos jóvenes le escribieron en una emotiva carta, con palabras que me estremecieron al escuchar: “que los miles de hilos con que está hecha lo cubran como símbolo de todas las vidas a las que ha devuelto luz y esperanza como presidente”.

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Y es que desde hace unos meses López Obrador se comprometió a liberar a todas aquellas personas que fueron arrestadas de manera injusta, muchas de ellas personas que ya alcanzaron la tercera edad, personas indígenas que no hablan español, personas en situación de pobreza, seres humanos que con el viejo régimen nunca tuvieron un defensor.

No pude evitar reflexionar acerca de los cambios que López Obrador ha logrado en estos casi cuatro años de gobierno, pues desde que tengo memoria ningún presidente, a pesar de la guerra sucia, ha recibido tanto amor como AMLO. Él ha devuelto la esperanza a México y a millones de mexicanos. No pude evitar imaginar las miradas de aquellos tres jóvenes en Tabasco que escribieron :

“Señor presidente este regalo que hoy le enviamos no es costoso pero sí valioso, es una hamaca de las muchas que aprendimos a tejer en el penal durante casi dos años de prisión injusta, fue hecha con nuestras lágrimas de hombres hundidos en la desolación, impotencia, frustración y ese miedo que tenemos la gente pobre cuando caemos en manos de autoridades corruptas y sentimos que la justicia nos queda muy lejos, pero a partir de su investigación para que se investigara la verdad, nuestros dolores se convirtieron en gran ánimo y profunda fe. Se la entregamos  para que cuando descanse sobre ella y esos miles de hilos con que está hecha, lo cubran como símbolo de todas las vidas a las que nos ha devuelto la luz y esperanza en el presente y en el futuro, como presidente de México con respeto y gratitud, Aníbal, Cesar y juan Carlos”. 

Mire cómo AMLO recibió con gratitud y sencillez su valioso presente, hamaca de miles de hilos, de miles de esperanzas devueltas y sentí dentro de mí aquella esperanza en el movimiento que representa. 

Vi cómo el presidente mando un abrazo cariñosísimo a Aníbal, Cesar y Juan Carlos, mientras decía entre sonrisas que tiene un hamaquero en su casa, como esos que se acostumbran en el sureste y que iba a  disfrutar de su regalo.

Fue así que el presidente terminó esta emotiva conferencia con una sonrisa, así como la comenzó.

“¡Ánimo!”