Ahorita andan muy engallados. Gracias a sus avances en la Ciudad de México (que son más culpa de Morena que virtudes de ellos), andan diciendo que ganaron, que triunfaron, que sus logros son enormes y que nadie los detendrá. El triunfalismo que expresan sorprende. Por ejemplo, Marko Cortés, dirigente del PAN, dijo que la alianza Va por México logró “poner un alto a Morena” y “a la destrucción del país”. Vaya alto tan singular que lograron, pues la coalición sólo obtuvo 2 gubernaturas de las 15 en disputa.
Pero allá ellos y su “autocrítica”.
La cuestión es que esa coalición es muy extraña y seguro sacará chispas: la derecha, el PRI y la izquierda partidista del PRD. ¿Cuánto durará?
Cada día esa coalición tiene menos ingresos. Sus gubernaturas son poquísimas y sus necesidades y ansias de poder enormes. ¿Los legisladores trabajarán en bloque o buscarán poco a poco sus intereses particulares? ¿Con el único elemento (ser anti-AMLO) que los une lograrán legislar de forma homogénea o habrá fisuras? ¿El PRI quedará conforme cuando es el PAN quien controlará todo? ¿A los del PRD les gustaría el papel de los sin importancia y sin voz y sin peso?
A la alianza sólo la une su anti lopezobradorismo, y éste, ¿siempre será el mismo, en todos los temas y en cada decisión de AMLO? ¿Irán juntos cuando AMLO lance una iniciativa que, rechazarla, costará enorme desprestigio entre la sociedad?
Ellos piensan que tendrá el control de todo, pero en realidad tienen poquísima capacidad de acción y además se tienen “que repartir el pastel”. ¿Quién será el primero en traicionar? ¿Quién será el primero en decir “yo no voy en esto”?
Ahora en la alianza anda muy echados para delante, muy “no nos vamos a dividir”. Lo más seguro es que ya existan tensiones. Y pronto, muy pronto, habrá fracturas. Y es que las ansias de poder de cada uno de los partidos es mucha, y para conseguir más espacios y más poder, tendrán traicionar a quien sea que deban traicionar.
