Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)
02 de diciembre 2016.- Sin recetas establecidas o bocetos previos, sólo con la intención de iniciar nuevas búsquedas, jugar y experimentar con mucha libertad, Alfredo López Casanova presentará Correspondencias y contrastes, una exposición que será inaugurada el próximo sábado en la Ciudad de México.
A López Casanova se le conoce especialmente como escultor. Y un escultor consolidado: ganó en 1999 el Concurso Nacional de Escultura Sebastián, y en 2012 el Concurso Nacional de Escultura Juan Soriano en 2012. Pero Casanova no solamente es escultor, desde la década de los noventa, también ha desarrollado una carrera en la pintura.
Sin demeritar a la escultura, López Casanova considera que la pintura es más experimental, libre y lúdica que la escultura, la cual requiere de una mayor concentración, es más cerebral porque hay que manejar medidas, niveles de profundidad, cierto rigor.
“La pintura es muy lúdica, muy divertida y relajante para mí. Me equilibra la otra parte, llego descansado, relajado para hacer otra cosa de más concentración, de más rigor técnico”.
No obstante, la separación entre ambas disciplinas artísticas no es inflexible. Para Casanova, la escultura y la pintura están en un constante diálogo.
“La escultura de Tina Modotti que acabo de terminar y hace poco se instaló, requirió mucha concentración y la pintura no requiere concentración, requiere jugar, relajarse, aventar material y luego después irla acomodando, ir buscando la forma. No hay bocetos, todos los cuadros que se van a ver a diferencia de dos o tres que son figuras, no hay un dibujo previo, es agarrar el lienzo en blanco, empezar a buscar las manchas, echar fondos y empezar a construir algo que no sabes qué va a ser, que se va a ir encontrando en el camino”.
La primera exposición de las pinturas de López Casanova, de nombre Correspondencias, se expuso recientemente en Guadalajara y en Autlán, un municipio de la zona sur de Jalisco. Ahora, Casanova la conjunta con esta una nueva serie titulada Contrastes, en la que todas las obras tienen una variable: están hechas con arena, técnicas mixtas, aglutinantes, óleo y acrílico y “tienen cierta cercanía con la escultura en el sentido del relieve, un manejo de texturas, formas, ejercicios de equilibrios, distintos planos y formas”.
Pero no es el único elemento que las distingue, las obras muestran también los procesos, las búsquedas y la experimentación con mucha libertad que ha tenido Casanova a lo largo de su trayectoria.
Una de esas búsquedas lo llevó a descubrir que las arenas le dan “la posibilidad de transparencias, veladuras, texturas que no había encontrado en acrílico y en óleo y lo estoy encontrando en estas técnicas mixtas. Estoy aprendiendo a no tenerle miedo a los materiales, yo creo que ese es un poco el hallazgo y la seguridad que me están dando este tipo de experimentos que van bien. Éste es el primer corte de una serie que voy a seguir en formatos más grandes”.
Aunque Casanova rompió con el miedo de experimentar, eso no significa que al trabajar con estos materiales exista un absoluto control de lo que sucederá con la obra, pues nunca se sabe cuál será el resultado final.
“En el caso del esmalte se pinta en seco, se mete a un horno de 300 o 400 grados y cuando se saca sale el esmalte porcelanizado y la brillantez de los colores, algo que uno no puede ver hasta después de horneado. Son experimentos muy azarosos, abiertos a la expectativa de hallazgos. En las arenas ocurre lo mismo, aviento las arenas y luego las voy controlando, después voy dando capas y encimando capas hasta definir en qué momento hay que dejar el cuadro, hasta el momento en el que se ha construido una atmósfera”.
Llegar a ese momento particular no es sencillo para ningún artista, pues López Casanova explica que en cada obra artística siempre están en juego un sinfín de factores como el manejo del equilibrio, el color, la textura, las transparencias y todo tipo de aspectos formales, en los que equivocarse resulta fatal, pues los cuadros pueden terminar en la basura.
“Hay un momento en que tiene que estar uno muy atento, supongo que puede pasar también en la escritura, en la música, en que hay algo que te dice ya está y si le sigues metiendo se echa a perder el cuadro. Es un experimento de procesos azarosos que en algún momento los dejas, te vas y al día siguiente los ves distintos y dices ya está o hay que hacer algunos toquecitos y dejarlos. Hay otros que por querer retocarlos debo rehacerlos. Es una especie de cocina, dentro del taller mueves, juegas con equilibrios y formas”.
Correspondencias y contrastes se presentará este sábado 3 de diciembre en punto de las 20:00 horas en la Mezcalería Cultural Binnizá. La exposición permanecerá en ese sitio durante el mes de diciembre.