Donald Trump es un personaje singular en la política mundial. No se ciñe a los cánones tradicionales de lo que debe ser un político tradicional. Es un tipo explosivo que parece está incendiando al mundo, pero no termina de incendiarlo en los hechos.
Ante quienes considera sus adversarios, se viste (y se le reconoce como tal) como un político agresivo, que no le importa decir lo que piensa, que actúa más que con la reflexión, con la ira. Un personaje que amedrenta, que intimida, que vence antes de iniciar el combate.
Ante sus simpatizantes, Trump es incendiario, pero siempre basados en los deseos de quienes lo apoyan. Si sus partidarios quieren escuchar que se expulsará de los Estados Unidos a todos los inmigrantes, él lo dice. Si sus partidarios quieren oír que Estados Unidos será más grande y poderoso que nunca, Trump lo grita. Él sigue los instintos de la gente, y eso ha sido parte de su éxito.
El actual presidente de los Estados Unidos tiene una muy ágil capacidad de ubicar las aspiraciones de la gente y las explota. Además, como un productor de una serie que jamás debe decaer, sabe cuándo comenzar a cambiar el argumento para crear más tensión o más fuerza en la trama.
Así lo describió Mark Singer en su libro El show de Trump. Perfil de un vendedor de humo. Escribe Singer:
“Durante una reunión con el consejo de The New York Times, Trump dejó ver su juego involuntariamente: ‘¿Saben? Si veo que la cosa se pone aburrida, si veo que la gente como que comienza a pensar en irse, simplemente le digo al público, ‘¡Construiremos un muro!’ Y se vuelven locos’”.
Muchos políticos del mundo no entienden que, más que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump es un hombre de show. Busca el show. Le apuesta al espectáculo. Y es un maestro en ello. Por eso intimida y amedrenta. Es el adolescente que hace bullying y, a partir de ahí, obtiene lo que quiere.
Andrés Manuel López Obrador analizó a Trump y emprendió una estrategia para no dejarse intimidar. Por eso la relación entre México y Estados Unidos se llevó, a pesar del espectáculo anti-mexicano de Trump, con muy buenos dividendos para nuestro país.
Y eso es lo que está haciendo la presidenta Claudia Sheinbaum. Lo dejó bien en claro en su conferencia de prensa del martes:
“Es importante siempre tener la cabeza fría y referirnos a los decretos firmados, más allá del propio discurso”.
Ésa es la forma de tratar a Trump. Si te metes en su discurso y pierdes la calma, él te vencerá. Si mantienes la calma, analizas lo que dice versus lo que hace, y a partir de ahí actúas, podrás tener la posibilidad de entablar una relación más igualitaria.
La forma de actuar de Claudia Sheinbaum ha sido la adecuada. Tiene la experiencia que obtuvo López Obrador. Debemos confiar en ella: sabe cómo tratar a Trump. No entremos en pánico, las cosas irán bien.

Carlos Luna
21 enero, 2025 at 8:45 pm
Nuestra presidenta.. cuenta con 3 armas muy poderosas a su favor, una, la experiencia y consejo de AMLO, dos, su propia inteligencia, tres, el respaldo de los mexicanos.. saldrá adelante.
Carlos Mata C.
21 enero, 2025 at 9:38 pm
Cierto, en realidad Trump es un sujeto inseguro, escandaloso, le gusta amedrentar vociferando como loco, parece el típico niño mimado que se sabe dueño de la pelota y quiere imponer su juego. El Presidente López Obrador lo tenia bien medido y supo manejarlo, la Presidenta Sheinbaum ha mostrado carácter para tratar a sujetos como él y lo está demostrando. Evitemos caer en su juego poniéndole los puntos sobre las íes. En realidad EEUU tiene problemas internos de sobra y es una sociedad decadente y endeudada, su gran problema es que otros países se han dado cuenta de la fragilidad de EEUU y que su burbuja puede estallar en cualquier momento.