Tras confirmarse en la Corte de Nueva York que Genaro García Luna, su ex secretario de Seguridad, era un narcotraficante infiltrado en la Policía Federal, Felipe Calderón comienza a padecer los estragos que eso conlleva.
Según comenta Álvaro Delgado en su columna para SinEmbargo, Calderón habría vivido su primera humillación pública al ser suspendido, de manera indefinida, el comienzo del curso que impartiría en el Instituto Atlántico de Estudio, la escuela de José María Aznar, para el cual recibió un permiso de residencia y trabajo en España en octubre pasado.
Asimismo, fue excluido del acto inaugural de los cursos del Instituto Atlántico de Estudios, el pasado 2 de marzo, celebrado de manera pública en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, al cual habrían asistido dirigentes políticos de la derecha española, catedráticos afines empresarios y algunos representantes diplomáticos de Iberoamérica.
La exclusión crece
“No son datos menores la exclusión de Calderón”, menciona Delgado y añade que lo que se impuso fue el sentido común.
“Su presencia representaría un aval del organismo que encabeza Aznar a quien está directamente vinculado a García Luna y quien, por lo menos, debe dar una explicación que ha rehuido dos semanas después”, menciona.
El autor detalla que los personajes que rodean a Aznar en el Instituto Atlántico de Estudios son muy de derecha y cuidan las formas, y menciona como ejemplo a Ernesto Zedillo, ex presidente de México y a Enrique Krauze, director de Letras Libres y gran defensor de las políticas de Calderón.
Pero eso no es todo: el caso García Luna también ha movido las aguas en la Federación Internacional del Automovilismo (FIA), de la que Calderón preside la Comisión de Medio Ambiente y Sostenibilidad.
En la FIA, con sede en París y que incluye a organismos automovilísticos de 143 naciones, miembros han comenzado a solicitar que se revise la permanencia del ex presidente mexicano en el cargo.
Incomoda a EU
Y, aunque las peticiones de una explicación de Calderón sobre García Luna han sido internas, a algunos miembros como Estados Unidos les incomoda el silencio que prevalece en Calderón, sobre la relación tan estrecha de un narcotraficante con quien fue su jefe.
La FIA ha manifestado su preocupación de que Calderón pueda ser involucrado también en el narcotráfico de García Luna y, por lo menos, está previendo un enfriamiento en las relaciones.
Calderón y su silencio
Delgado también recuerda cómo, cuando García Luna fue detenido en diciembre de 2019, Calderón estaba por lanzar su libro Decisiones Difíciles, por lo que pidió un juicio justo y apegado a derecho, con respeto a la presunción de inocencia.
“Si llegara a demostrarse su culpabilidad, y se probaran los hechos de los que se le acusa, ésta sería una gravísima falta a la confianza depositada en él por la sociedad, y en especial por sus propios compañeros de la Secretaría de Seguridad Pública y de otras dependencias que arriesgaron e incluso perdieron la vida en la lucha por la seguridad de los mexicanos”, mencionó el ex mandatario.
Pero llegado el día en que la verdad sale a la luz, Calderón no ha hecho sino mantenerse en silencio sobre la culpabilidad de García Luna y su propia responsabilidad.
Falta esperar a ver si García Luna involucra a Calderón para evitar una condena mayor, pero aún si no es así, al ex Presidente le haría falta enfrentar otros cargos que los relacionan a ambos y que están vigentes en México, como el operativo “Rápido y furioso”.
“Y así como García Luna postulaba que no hay policías corruptos, sino delincuentes infiltrados en la policía, puede decirse con Calderón que no hay políticos corruptos, sino delincuentes infiltrados en la política. Al final, todo se sabe…”, concluye Delgado.
