El 2021 cumplió su ciclo nominativo de vida y con él se inscribió el registro de los hechos para la historia.
En este año en México se llegó a un punto crucial en su vida pública: se sentaron las bases del proceso de transformación que vive el país y, en los próximos tres años, serán de elevadas dosis de profundización del impacto social positivo del proyecto de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al concluirse progresivamente las obras emblemáticas del sexenio que están en proceso de construcción: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Si al final de este año de 2021 la aprobación al Presidente de México alcanzó el 71% -uno de los niveles más altos en lo que va de su sexenio- y lo sitúa empatado, como mejor mandatario evaluado del mundo, con el presidente de la India-.
Se vislumbra en la segunda mitad del ejercicio de gobierno que la popularidad del presidente se acentúe aún más, precisamente por las consecuencias que producirán las obras concluidas: la reducción del precio de las gasolinas al dejarse de importar con la puesta en operación de la Refinería Dos Bocas -que complementará la producción de la adquirida Refinería Deer Park-, así como el desarrollo económico que se detonará en el sureste del país con el Tren Maya y el corredor del Istmo de Tehuantepec que vendrá a constituir una vía alternativa al Canal de Panamá.
Sumado a lo anterior, se prevé el inicio de la consolidación de un tema neurálgico para la población mexicana, como lo es el de la cobertura completa en la gratuidad de la atención a la salud y medicamentos y en donde, por ejemplo, en este próximo 2022 el gobierno federal aumentará en un 15.2% el gasto en términos reales, es decir, destinará 794 mil millones de pesos, 105.2 millones más que este año, una cifra inédita y que será fortalecida aún más en 2023 y 2024.
De igual forma, los programas sociales, que impactan económicamente en forma directa en al menos a siete de cada diez familias mexicanas, escalarán incrementos sustanciales, principalmente en el icónico Programa de Pensión para el Bienestar de Personas Adultas Mayores -que se amplió a partir de los 65 años de edad- y que al final del sexenio su monto económico individual se habrá duplicado hasta llegar a los 6 mil pesos bimestrales en 2024.
Este muy somero recuento es ilustrativo de que por vez primera en la historia del México contemporáneo el poder público se ha colocado al servicio de los intereses genuinos de la sociedad.
Y todo ello ha sido posible con la aplicación de un modelo de austeridad republicana en el aparato burocrático y del combate frontal a la corrupción, sin incrementar impuestos, sin crear nuevos impuestos, sin endeudar al país.
Por esto la oposición política al gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ha sido capaz de asumir su papel como tal, han quedado literalmente desdibujados, sin brújula, sin la articulación de una agenda propia de propuesta alterna, al grado de llegar al extremo de evadir un instrumento que se supone les sería útil para confrontar y aniquilar al oponente: la revocación de mandato. Se saben perdidos y por ello temen al descrédito aún mayor que les endosará la participación democrática de la gran mayoría de los mexicanos que están a favor de su Presidente y de la conclusión de su mandato.
Este 2021 representó una tragedia para los pocos que se sentían dueños de este país y usufructuaban sin descaro alguno los recursos públicos; fracasaron con su amasiato ya formalizado -PRIANRD- en su intento de ganar la mayoría en la Cámara de Diputados y con ello apoderarse de las facultades para decidir sobre el presupuesto de la Nación; perdieron además 12 de 15 gubernaturas.
Y el 2022 prefigura el hundimiento opositor y en contraparte con el inicio del ciclo de terminación de las grandes obras del sexenio su natural efecto social que acentuará aún más la fuerte y amplia vinculación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con su pueblo.