Una granja porcícola, perteneciente a la familia Loret de Mola, que se encuentra en la subcomisaría de Santa María Chi, ubicada a 20 minutos de Mérida, la capital de Yucatán, ha ocasionado un desastre ambiental en esa comunidad.
De acuerdo con un reportaje de Patricio Eleisegui para Pie de Página, la acelerada expansión de la porcícola San Gerardo, propiedad de los Loret, trajo consigo la contaminación de todas las fuentes de la población, “hasta la aparición de una cadena de lagunas de excrementos y orines que en la actualidad se multiplica aniquilando gran parte de la selva lindera al pueblo”.
La granja inició operaciones a mediados de los años 80 hasta convertirse en lo que es actualmente, una mega instalación donde se engordan a más de 43 mil cerdos.
El periodista señala que San Gerardo es aparcera de Kekén, una compañía del Grupo KUO que monopoliza la producción de carne de cerdo en la Península de Yucatán, cuyo propietario es Francisco José Loret de Mola Díaz, quien además de ser familiar del presentador de noticias Carlos Loret de Mola, pertenece a la vieja casta de los Loret de Mola en el estado, quienes han sido políticos, empresarios y periodistas.
También son gasolineros
Sin embargo, no es el único negocio al que se dedican; los Loret también son propietarios de Grupo Lodemo, una empresa de gasolinerías fundada por Emilio Alberto Loret de Mola Díaz, un ganadero y empresario. Esta empresa, actualmente es presidida por Emilio Loret de Mola Gomroy.
Además de su actividad en Santa María Chi, San Gerardo tiene instalaciones porcícolas en municipios como Hunucmá, donde hace cinco años fue objeto de denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) por contaminación y daños a los ecosistemas.
Según el Registro Público de Derechos de Agua de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la empresa ocupa el 9° lugar entre los principales beneficiados con concesiones para uso del recurso hídrico en Yucatán –casi 240 mil metros cúbicos anuales–.
Foto: Especial.
De acuerdo con la descripción que hace Pie de Página, la primera casa del pueblo de Santa María Chi se encuentra apenas a 15 metros de la entrada a la granja porcícola, y además de la contaminación de sus fuentes de agua, lo que colmó la paciencia de los habitantes, fue que los directivos de San Gerardo prendieran fuego a toneladas de excremento seco de sus animales.
Como era de esperarse, las llamas dieron lugar a un humo tóxico que aquejó a vecinos y hasta a las mascotas, con dolencias respiratorias, lo que motivó a los afectados a organizarse y exigir el cierre definitivo de la granja. Desde el lunes 15 de mayo, los pobladores montaron un acampe a menos de 100 metros del ingreso principal a la factoría y mantienen un reclamo a la alcaldía de Mérida, pero esta ha hecho caso omiso.
Wilbert Nahuat Puc, subcomisario de Santa María Chi, es uno de los personajes activos de la comunidad que ha impulsado el cierra de la granja. Sin embargo, la compañía interpuso dos demandas en su contra, por presunta privación ilegítima de la libertad.
Israel Jarquín
26 mayo, 2023 at 1:58 pm
Bien por la gente de la comunidad que exija el cierre de esas granjas, que se las lleve a MIAMI O TEXAS, en donde esté esa basura de Loret