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Fidel Castro, un hombre que trascendió en la Historia

Por: Claudia Gamiño Estrada*

“Han de proclamar [los revolucionarios] sus ideas vehementemente, definir sus principios y expresar sus intenciones para que nadie se engañe, ni amigos ni enemigos”

Fidel Castro Ruz

Hablar de Fidel Castro Ruz no es una tarea fácil, más complicado aún plantear en unas cuantas palabras elementos que puedan sintetiza 90 años de vida de un personaje que ha trascendido el umbral de la Historia.

¿Cómo trazar la línea que nos permita rescatar y resaltar la esencia? ¿Qué elementos considerar? ¿Qué puede resultar más significativo para enumerar su legado, sus legados, su influencia?, ¿cómo traducir y hacer accesible su trayectoria y de qué manera ha permeado la Historia de la segunda mitad del siglo XX, no solo de Cuba, sino de América Latina y el Mundo?

La enorme cantidad de información que sobre él existe, la producción que él mismo ha realizado a través de sus discursos, de las entrevistas que ha concedido, los documentales que sobre su persona y el proceso revolucionario que encabezó existen, así como las reflexiones que ha escrito en los años recientes y que se han publicado por algunos diarios en distintos países sobre cuestiones diversas del siglo XX y el XXI, representan para quien pretenda adentrarse en tema un gran reto. A pesar de la información, del acceso a los medios electrónicos que ahora se tiene, se podría pensar que cualquiera puede leer y entender quién, cómo es y qué ha hecho un personaje como Fidel Castro Ruz, sin embargo, poco se sabe, o lo que se difunde de manera masiva es un discurso que ensombrece el pensamiento y las acciones del líder cubano.

Desde la Historia se puede plantear el triunfo de la Revolución cubana, encabezada por Fidel Castro, como una de las influencias más significativas para el continente latinoamericano en la segunda mitad del siglo XX. A partir del triunfo de la revolución los movimientos de liberación pusieron la mirada en la lucha armada como una vía para transformar las condiciones de pobreza, injusticia y subordinación, con esto no quiero decir que antes no existieran levantamientos armados que buscaron la transformación, lo que se planteaba era el éxito de la travesía que además era encabezada por un grupo de jóvenes, algunos universitarios que abrieron el camino para pensar que era posible enfrentar la colonización del imperialismo estadounidense y además derrocarlo.

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Marta Harneker señala que el movimiento 26 de julio resultó ser atractivo para los jóvenes porque rompió con dos tipos de fatalismos de la izquierda latinoamericana, la autora afirma que el primero era de carácter geográfico, Estados Unidos no permitiría una revolución socialista en las cercanías de su territorio y la segunda de carácter militar puesto que por “la sofisticación que habían alcanzado los ejércitos, ya no era posible vencer a un ejército regular”. Cuba demostró que una cosa y otra eran posibles por lo que a decir de la autora “la lucha armada llegó a ser considerada el único camino para llevar adelante la revolución” (Harneker, pp.16-17)

La revolución cubana y el pensamiento de Fidel Castro por sí mismos plantean aristas diversas e interesantes para adentrarnos al legado del líder cubano, sin embargo esto rebasaría los alcances de este pequeño acercamiento que pretendemos realizar. La reflexión que ahora se presenta vincula situaciones que ponen en relieve cómo se puede transitar de la teoría a la práctica y cómo es que un proyecto de nación se vincula con las vivencias, cómo las ideas son puestas en ejecución una vez obtenido el poder.

El hilo que nos permitirá ver una pequeña parte del enorme legado del líder cubano es la defensa que realizó cuando cayó preso después del asalto al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, se trata de “la historia me absolverá.” A partir del documento podemos constatar y contrastar qué pensaba cuando iniciaron el proceso revolucionario y qué de lo ahí plasmado se incorporó a la forma de gobierno. Cómo se transita de la teoría a la práctica y del proyecto a la aplicación de las ideas.

De “La historia me absolverá”, alegato dirigido a los magistrados que dictarían la sentencia al acusado por el asalto al cuartel Moncada y pronunciado el 16 de octubre de 1953, podemos observar tres grandes temas que involucran otros más en los que se plasma una postura política, una filosofía ante la vida y una idea de cómo resolver los problemas del país.

En el texto se pone énfasis en la situación de Cuba en ese momento y se presenta el proyecto político y social. Además se describe y argumenta respecto a los acontecimientos del asalto al cuartel Moncada, la represión y los asesinatos. Un momento más es el que se centra en el derecho a revelarse ante las injusticias y el derecho a la resistencia sustentado a partir de distintos pensadores y en la constitución cubana.

De entre las ideas que podemos encontrar está la definición de pueblo al que se refiere señalando que “todos ofrecen y al que todos engañan y traicionan, [esa masa] que anhela una patria mejor, más digna y justa; la que está movida por ansias ancestrales de justicia por haber padecido la injusticia y la burla generación tras generación [… ] Es el pueblo el que sufre, todas las desdichas y es por tanto capaz de pelear con todo coraje” (Castro: 1973, p. 32 ) Una de las apuestas de Fidel era conseguir el apoyo de la población, a quienes todos prometían pero nadie cumplía.

En una entrevista concedida a Jeffrey Elliot y Mervin Dymally el año de 1985, (intelectual estadounidense y congresista, respectivamente) Fidel señaló que solo se podía comprender cómo el pueblo había mantenido el apoyo a la revolución porque los “problemas sociales políticos y materiales de todas clases […] habían sido resueltos a una población que no era objeto de de ninguna consideración por los gobernantes” (Eliot y Dymally: 1985, p. 61). Además señaló que su relación con el pueblo después del triunfo de la revolución fue de respeto y confianza. Es así como Fidel explicaba el apoyo que la población le brindó una vez concluido el proceso armado y al poner en práctica los postulados planteados en su defensa por el asalto al cuartel Moncada.

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Como propuesta para cambiar la situación del país en la Historia me absolverá señaló cinco leyes revolucionarias que sintetizaban la problemática del país pero además ofrecían la posibilidad de transformación.  Una vez concluida la toma del Moncada se pretendía poner en práctica el plan de acción, a decir de Marta Rojas, la primera refería a 1) la devolución al pueblo de la soberanía expresada en la Constitución de la Re­pública de 1940; La 2) al derecho de la tierra de todos los colonos, subcolonos, arrendatarios y aparceros; en tanto que la 3) ley beneficiaba a los obreros y los hacía copropietarios de la industria, la cuarta 4) planteaba que los colonos tendrían derecho a participar en el rendimiento de la caña 5) en la quinta ley se hablaba de la confiscación de todos los bienes de todos los malversadores de todos los gobiernos. (Rojas,Granma, 16-oct-2014y Castro,1973). La tierra, la vivienda, el desempleo, la industria, la educación y la salud eran preocupaciones plasmadas en el alegato, pero que se incorporaban al proyecto con la promesa de encontrar una salida positiva para la población.

Los planteamientos señalados y la problemática de la cuba de los años 50 que describe Fidel, permiten dar cuenta de las sociedades capitalistas del mundo, que pareciera son atemporales, al describir la situación de la industria en la que Cuba aportaba únicamente la materia prima, los monopolios de la electricidad en donde las líneas se extienden únicamente a hasta donde se pueda obtener utilidad, nos lleva a reflexionar hasta qué punto ha cambiado el mundo capitalista y de qué manera los problemas de salud, vivienda, educación agravados por la violencia pueden ser observados en las sociedades capitalistas del siglo XXI en América Latina y cuáles han sido las alternativas que se ha proclamado como viables, que han prometido cumplir pero únicamente han servido para seguir administrando la pobreza de los pueblos. Lo que nos lleva a puntualizar la vigencia de la historia me absolverá en el siglo XXI.

Ahora bien, en el alegato, también encontramos una postura con respecto a América Latina: se planteaba que la relación con los países del continente sería de “solidaridad con los pueblos democráticos del continente”. Se puede observar el sentido internacionalista que ha caracterizado al gobierno cubano desde los primeros momentos del triunfo de la revolución, poco después de asumido el poder, Fidel se encargó de estrechar los lazos con países latinoamericanos y africanos, todo aquel pueblo que lo necesitara tendría el apoyo de la revolución cubana y del pueblo solidario, prueba de ello lo podemos encontrar en los maestros que han acudido a diversas partes del mundo en apoyo a las campañas de alfabetización. Los médicos que han llegado a los lugares más distantes a prestar su apoyo en caso de desastres naturales o contingencias de salud como el caso del ébola en África, lugar al que fueron los primeros en llegar, mucho antes que los médicos enviados por la organización mundial de la salud.

Otro de los temas abordados es el de la enseñanza que de alguna manera plasma sus vivencias en su pueblo natal y lo observado en las escuelas públicas a las que acudió y que se pueden documentar en las distintas entrevistas que ha concedido (por ejemplo Ramonet, Katiuska Blanco) en las que los niños acudían descalzos, desnutridos. [Cuando una lee se pregunta si habla de Cuba en 1953 o de México o América Latina en el siglo XXI]

Fidel define las dificultades para acceder a la salud al señalar que los hospitales estaban repletos y te atendían de manera inmediata cuando tenías la recomendación de algún personaje que buscaba el apoyo político. Ahora en el siglo XXI, a decir de Lisandra Fariñas “de aquel cuadro sanitario ver­gonzoso caracterizado por tétanos, difteria, sarampión, tosferina, poliomielitis, tuberculosis en­tre otras patologías; donde los niños crecían devorados por los parásitos y muchos morían de gastroenteritis y enfermedades respiratorias como las primeras causas de muerte, no quedan ras­tros en la Cuba revolucionaria. La autora señala que el sector salud está integrado por medio millón de trabajadores, la salud se ha consagrado en la constitución,  “Todos tienen derecho a que se atienda y proteja su salud pero además el Estado garantiza este derecho (Fariñas, Granma, 12 de agosto de 2016)

Los reclamos de Fidel en la historia me absolverá también llegaron a la justicia, y a quienes la ejercían les reclamaba cómo lo hacían, puesto que no cumplían con la defensa del pueblo. Les incriminó porque: “enviáis a la cárcel al infeliz que roba por hambre, pero ninguno de los cientos de ladrones que han robado millones al Estado durmió una noche tras las rejas” [una piensa en su país]

Planteaba limpiar las  instituciones de funcionarios corruptos, para después pasar a la industrialización, otorgar tierras, entregar vivienda, efectuar una reforma integral de la enseñanza planteando los postulados de José Martí al afirmar que “un pueblo instruido será siempre fuerte y libre”.

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Otro de los señalamiento que hizo en su defensa fue que no se podía comprender que los hombre se acostaran con hambre, que los niños murieran sin asistencia médica, que los campesinos no supieran firmar, que el 99 por ciento de la población no supiera la Historia de Cuba, [uno de sus reclamos con respecto a su niñez era la falta de conocimiento de la Historia de Cuba, eso no se enseñaba y él quería saber más]

En la parte final del discurso Fidel Castro Ruz argumenta sobre el derecho a la resistencia, a revelarse contra las injusticias, preceptos plasmados en la constitución cubana pero además recurre a la Historia, a lo que sucedía en Grecia, en Roma, en la Edad Medía, el tratado de Santo Tomás de Aquino a Lutero, Calvino, Felipe II, Carlos I, Lock, Rousseau, la declaración de los derechos del hombre para culminar con los héroes cubanos que lucharon por la libertad del país como Céspedes, Agramonte, Maceo, Gómez y Martí.

Siempre utilizando la historia como fundamento para construir el futuro es lo que encontramos en la Historia me absolverá es una declaración de principios, un plan de trabajo para gobernar que no fue olvidado y que se siguió al llegar al poder. Desde luego que no todo fue miel sobre hojuelas, los cubanos tuvieron y siguen teniendo, enormes obstáculos que derribar antes de lograr los objetivos trazados. Para muestra el bloqueo económico que lleva más de 50 años, bloqueo que permea todos los sectores de la sociedad pero que no ha sido impedimento para seguir avanzando en educación, cultural, deportes, salud, entre otros rubros, que se han considerado de carácter prioritario en la Revolución cubana.

Uno de los logros alcanzados por Fidel fue la congruencia observada una vez que concluyó el proceso revolucionario. Los planteamientos en la defensa por las acusaciones en el asalto al cuartel Moncada se difundieron de manera clandestina, logrado el triunfo se fueron dando pasos para  transitar de la teoría a la práctica, cambiar la conciencia de la gente, transformar la sociedad para centrar la atención en el hombre no como mercancía sino como ser humano que merece respeto, con derecho a la justicia a la salud, a la educación, a la diversión, derechos que aunque consignados en las constituciones en las sociedades capitalistas no son la prioridad. La mercancía, el dinero, la industria, los excedentes y la acumulación son los que se privilegian a costa de la dignidad y de la vida de los hombres, mujeres y niños.

El proyecto encabezado por Fidel Castro apostó a la toma de conciencia, a la confianza en el hombre a mantenerla a través del respeto y la cercanía, a cumplir lo que se dice y a realizar lo que se piensa, eso es lo que va construyendo los liderazgos, eso es lo que ha permitido que el pueblo cubano crea en la conducción de sus líderes y deposite en ellos toda su confianza.

Fidel Castro Ruz es un personaje controversial por su posición política humanista martiana, por defender y seguir defendiendo un proyecto de Nación que construyó hace más de 50 años y llevo a la práctica junto con otros que como él, creyeron y siguen creyendo que otro mundo puede ser posible. Crear un hombre nuevo con otras actitudes, con voluntad de servir.

Me gustaría concluir con lo que Oliver Stone señala con respecto a Fidel en una entrevista publicada en el Diario el País el 14 de enero de 2009 “le sentí como un líder al servicio de la Revolución […] no es la caricatura que de él se hace Estados Unidos ni el carnicero que muchos denuncian… Fidel Castro es un tipo que aguanta el escrutinio de la cámara y no tiene mala conciencia”  (Báez,2010, p.302)

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*Doctora en Ciencias Sociales por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS). Una versión de este texto fue presentado en el foro “El Legado histórico de Fidel Castro”, celebrado el 19 de octubre de 2016 en la Universidad de Guadalajara.

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