Hay una embestida mediática en marcha que tienen un solo objetivo: hacerle creer a la población que Andrés Manuel López Obrador es un enemigo de la democracia, y que la está destruyendo.
Esta embestida no sólo aplica con los articulistas a nivel nacional, sino que también están interviniendo voces de extrema derecha a nivel internacional.
Así se explica, por ejemplo, el artículo de Andrés Oppenheimer, uno de los articulistas más reaccionarios en lengua española y que representa los intereses de la derecha radical hispanohablante en Estados Unidos. El pasado 29 de abril publicó Oppenheimer un texto (en El Nuevo Herald y en el Reforma) donde se pregunta si Andrés Manuel está “poniendo en peligro a la democracia en México”. A lo que concluye que sí, e incluso afirma que “podría reelegirse”.
Hoy, en Reforma, Jesús Silva-Herzog Márquez, afirmó en su artículo que AMLO quiere “matar” al Instituto Nacional Electoral (INE) y también “desmontar la democracia constitucional”. Y afirma que el mandatario está engañando a la población, pues habla de democracia, pero lo que está haciendo es colocando “dinamita en la base de sus columnas”.
Denise Dresser, también en Reforma, indica que AMLO “odia” a los organismos autónomos y por lo tanto “odia” a la democracia, y concluye su artículo con un llamado a la defensa de “una democracia defectuosa, deficitaria, incompleta pero democracia al fin”.
El discurso que buscan imponer es claro: AMLO está destruyendo la democracia y por lo tanto, AMLO no debe ya gobernar.
Este discurso, completamente fuera de la realidad (AMLO jamás ha buscado “destruir la democracia”) es un discurso que sirve para tener una razón de golpeteo, e incluso justificar acciones ilegales “en defensa de la democracia”.
Así han actuado las derechas golpistas en América Latina. Y vemos que, en México, comienzan a hacerlo. La intención es convencer al mayor número de personas que AMLO es un peligro para la democracia y por lo tanto ya no debe ser mandatario.
Y se busca hacerlo tanto dentro del país como fuera. Su lógica es muy simple, y al mismo tiempo muy perversa: evitar que AMLO siga gobernando.
María Casas López
19 octubre, 2021 at 9:36 am
Los mexicanos estamos convencidos que la ultraderecha y su concepto saqueador y vendepatrias neoliberal es algo nefasto para nuestro país y para cualquier otro, con sus reformas a modo no piensan en el daño que provocan a la gente pues solo defienden sus intereses personales y de ser un don nadie cada uno de ellos ahora se exhiben como grandes empresarios con las riquezas robadas a su propio país. Veamos el ejemplo de caos provocado en España y Reyno Unido…