El negro expediente de Gibrán Ramírez en la CISS

El periodista Hernán Gómez Bruera reveló el oscuro expediente de Gibrán Ramírez Reyes tras su paso como líder de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS).

A través de la publicación “Los expedientes de Gibrán”, el periodista dio a conocer que, en plena campaña para la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Ramírez rentó una oficina alterna por 110 mil pesos mensuales, 30 mil pesos más de lo que paga mensualmente quien lo alquila actualmente.

“El costo del alquiler de este espacio fue sorprendentemente alto: ascendió a 110 mil pesos mensuales. La bancada de MC, que hoy ocupa el mismo espacio, paga 80 mil pesos. ¿Cómo explicar que en tiempos de pandemia, cuando el valor en el mercado de las oficinas mostraba una tendencia a la baja, Gibrán pagara un tercio más de alquiler?”, cuestiona el periodista.

Agrega que, en vez de pagar la renta de la sede central de la conferencia en San Jerónimo, Ramírez Reyes destinó más de 1 millón de dólares en remodelar las oficinas, “algo que contraviene a los principios de la 4T y que se hizo en pandemia”.

Además, el profesor de la UNAM tenía un vehículo a su disposición y, aún así, en plena pandemia gastó cerca de medio millón de pesos en una camioneta Highlander de color guinda. Cabe mencionar que, a decir del periodista, dicho vehículo ya fue subastado.

Y, por si fuera poco, Gómez Bruera indica que Ramírez tenía a su entera disposición una tarjeta American Express, con la cual pagó viajes y alcohol para él y sus amigos.

“Desde que el joven Ramírez ingresó a la conferencia utilizó con absoluta libertad una tarjeta de crédito America Express Golden Platinum, sin límite de crédito, para pagar comidas, cenas e ingentes cantidades de alcohol. Por los informes recientes sabemos que Gibrán nunca entregó cuentas. Unos 560 mil pesos están pendientes de comprobación”, menciona.

Para poder operar a su antojo, Ramírez habría comprado el silencio del contralor interno, Eduardo del Villar Liranzo, quien se presume recibía mensualmente 3 mil dólares como “incentivo”, mismos que se depositaban regularmente a su cuenta de forma ilegal.