Para analizar los sucesos relevantes y vertiginosos que están ocurriendo en el mundo, especialmente en América Latina, los expertos Noam Chomsky y Pepe Mujica decidieron unir su sabiduría a través de un documental.
El culpable fue el cineasta mexicano, Saúl Alvídrez, quien decidió unir la sabiduría de ambos personajes durante un fin de semana y realizar una pieza cinematográfica que reflejara el intensivo diálogo ahí ocurrido.
Así nació el documental “Chomsky y Mujica”, un proyecto que ya terminó su fase de rodaje y que actualmente se encuentra en su etapa de “post-producción”.
Para ello, Alvídrez y el resto de los realizadores decidieron buscar apoyo para el financiamiento de esta parte del proyecto mediante la plataforma Kickstarter, una plataforma web donde proyectos creativos muestran su propuesta y reciben apoyos de los usuarios.
La meta del proyecto es alcanzar los 19 mil 200 dólares, aunque los creadores aclaran que si llegan a los 30 mil, “podremos post-producir y compartir para mayo 2020 muchos más temas importantes que abordaron juntos”.
Por otra parte, adelantan que si logran recaudar 38 mil dólares, se contemplarán los costos para la distribución del documental en festivales.
Los personajes
Noam Chomsky es, de acuerdo con el diario The New York Times, “el intelectual vivo más importante hoy en día”, conocido por sus novedosos aportes en la lingüística, es un filósofo estadounidense y uno de los más icónicos activistas políticos de nuestros tiempos.
Por su parte, José “Pepe” Mujica fue integrante del movimiento Tupamaros en Uruguay, integrado en la década de los sesenta durante la dictadura uruguaya y, tras pasar 15 años preso, llegó a ser Presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.
Esta película, a decir de los realizadores, “es la película del intelectual más importante de nuestros tiempos y el político más querido del mundo, Noam Chomsky y Pepe Mujica; un inédito encuentro lleno de sabiduría”.
¿Cómo surgió el proyecto?
Saúl Alvídrez, de 31 años, estudiaba Derecho y Economía en el Instituto Tecnológico de Monterrey, en la Ciudad de México, cuando inició el movimiento estudiantil #YoSoy132.
Según narra él mismo, su “activisimo político fue suciamente neutralizado por el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) y los corporativos mediáticos más poderosos” de México.
Por ese motivo decidió autoexiliarse en países sudamericanos como Argentina, Bolivia, Colombia, Uruguay y Ecuador, donde estudió por varios años y decidió que quería “amplificar la conversación pública y enfocarla a problemas globales”.
Así surgió la idea del proyecto, trabajado en cuatro países distintos durante cinco años.
El encuentro entre los protagonistas ocurrió en la ciudad de Montevideo, en Uruguay, a donde acudieron las esposas de ambos, Valeria y Lucía.
¿Te gustaría apoyar este proyecto? Entra aquí al enlace de Kickstarter.