Los gobernadores de la Alianza Federalista -esto nadie lo puede negar- han usado la pandemia con fines políticos. Y lo han hecho de forma muy mezquina. Desde un principio le apostaron a descarrilar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y al fracaso del país.
Que si no había medidas claras, que si AMLO no ponía el ejemplo, que si las pruebas rápidas, que si el cubrebocas, que si López-Gatell quería “promocionarse”, que si todo fue un fracaso, que si bla bla bla.
Los gobernadores, y la oposición, hicieron lo que ningún político decente debe hacer: apostarle al fracaso de un país cuando hay una amenaza externa (en este caso, un virus, una epidemia, una gran pandemia).
Pensaron, de verdad, que descarrilarían al gobierno de AMLO. La cuestión es que no lo lograron. Hace unos días se publicaron muchas encuestas, y en todas se establecía lo mismo: el presidente tiene un grana poyo popular que no disminuye, y sí se incrementa.
Por eso, uno pensaría que los gobernadores de la Alianza Federalista entendieron que su estrategia de golpeteo político no fue efectiva, y que su mezquindad es evidente y la rechaza la gente. Pero no.
Ayer, de nueva cuenta, los gobernadores comenzaron con un golpeteo más. Acusaron al gobierno de AMLO de no “informar” sobre el proceso de vacunación, lo cual es completamente falso. Hugo López-Gatell lo ha aclarado en las conferencias vespertinas, y varias veces.
Y no sólo eso, ahora los gobernadores quieren unirse para “comprar directamente vacunas contra el coronavirus”.
La intención de los gobernadores es usar las vacunas con fines electorales, y además, es absurdo lo que piden, pues las farmacéuticas que apenas las van a distribuir y lo harán basados en los acuerdos que han hecho con países, no con entidades federativas.
El gobierno de México ha hecho esfuerzos titánicos para acceder a las vacunas en una situación complicada, cuando todo el mundo las quiere y hay escasez (porque no existían y porque cuando existan toda la demanda será brutalmente amplia). Lo que piden los gobernadores es un absurdo, y no se entiende como un acto de estupidez, sino de claro golpeteo político.
Son mezquinos. De verdad, mezquinos. Y pasarán a la historia como lo peor, pues buscaron descarrilar al país en una pandemia que jamás el mundo había vivido.
Y no, no los juzgará la historia: lo haremos nosotros y ya. Fuera, ¡que nunca más gobiernen!