La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecerá entre 1.5% y 2.3% en 2025, cifra que se tuvo que recalcular debido a la incertidumbre internacional creada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y sus amenazas arancelarias.
La estimación también incluye el pronóstico para 2026, donde se estima que el crecimiento de México podría llegar hasta el 2.5%. Por lo tanto, se espera que la economía mexicana siga creciendo, impulsada principalmente por el fuerte consumo interno y la inversión tanto del gobierno como del sector privado. Esto significa que, a pesar de los desafíos internacionales, el motor de crecimiento estará en lo que sucede dentro del país.
Por ello, para mantener el consumo de los hogares mexicanos, se crearán más y mejores empleos, se seguirá aumentando los salarios y se dará mayor acceso a créditos. Además, los programas sociales ayudarán a que los hogares tengan más dinero para gastar, lo que se traduce en un mayor dinamismo en la economía. En pocas palabras, con más ingresos y oportunidades, las familias mexicanas podrán consumir más, lo que impulsa la actividad económica.
En cuanto a la inversión, pública y privada, esta será otra de los protagonistas para mantener el crecimiento económico del país. Se planean importantes proyectos en infraestructura, especialmente en áreas como logística y energía, que no solo mejorarán la competitividad del país, sino que también lo integrarán más en las cadenas globales de producción.
Un ejemplo claro de esta apuesta es la creación de los Polos de Desarrollo para el Bienestar ideados por la Presidenta Claudia Sheinbaum, los cuales contemplan la construcción de 100 parques industriales en 10 sectores estratégicos. Estos parques no solo atraerán nuevas inversiones, sino que también generarán empleos bien remunerados y fortalecerán la industria nacional.
Finalmente, en el ámbito fiscal y de la deuda, el gobierno de Sheinbaum se compromete a seguir una política prudente y responsable. En 2025, se espera que los gastos financieros del sector público representen entre el 3.9% y el 4% del PIB, manteniendo la deuda pública estable en torno al 52.3% del PIB. Para 2026, estos requerimientos bajarán a un rango entre el 3.2% y el 3.5% del PIB, lo que ayudará a reducir paulatinamente la deuda.
En resumen, México se encuentra en una posición favorable para crecer en 2025 y 2026 gracias a su fuerte demanda interna, inversiones estratégicas y una política fiscal responsable. Y, aunque todavía existen desafíos externos, la economía, tal como lo ha dicho Claudia Sheinbaum, se muestra fuerte y preparada para adaptarse a los cambios del entorno global.
