Opinión

Alfaro presume calles vacías mientras transporte público se desborda

Con Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco, todo es una campaña eterna de marketing. Hay poco gobierno y mucha publicidad. Así ha sido prácticamente toda la vida con dicho personaje.

Desde que llegó a la gubernatura de Jalisco, sin embargo, su eterna campaña publicitaria ha buscado enemistarse con Andrés Manuel López Obrador: piensa que hacerlo lo hará “figura nacional” y especialmente “presidenciable”. Por eso, cada acción de AMLO, él la combate. Así sucedió con la lucha contra el huachicol, y así ha sucedido en todo lo relativo a la pandemia de Covid-19.

Para resaltar lo más posible, Alfaro siempre ha buscado publicitar al máximo toda acción que realice. Y a veces, esas acciones no están justificadas en gobierno, sino en sus ansías megalómanas de ser presidenciable.

Así sucedió con el reciente “botón de emergencia”, que estuvo “preparando” durante varios meses y que recién lanzó.

Las acciones no son malas en sí. Y es que en Jalisco, y especialmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara, se había a desbordado todo: bares abiertos, restaurante sin ninguna medida de precaución para evitar contagios, en fin, todo ya normal. Y aunque había reglas que se debían seguir para evitar la transmisión del coronavirus, nadie las cumplía porque nadie las hacía cumplir.

Ahora, con el botón de pánico, se observa un diferencia, y eso es positivo. Sin embargo, el problema es que no se planeó bien, y afectó especialmente a los trabajadores.

Desde que se aplicó, se pensó más en la propaganda que en la eficacia. Se pensó más en compartir la imagen de una calle vacía (y decir “miren que buenos somos”) a evitar contagios. Incluso Alfaro llegó a la desfachatez de comparar “lo que sucede” en Jalisco con lo que supuestamente pasa en la Ciudad de México.

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Mucha publicidad, poco gobierno.

Y lo peor de todo es que, en Jalisco, los grupos con mayor riesgo de contagio son los trabajadores, lo que esperan horas para tomar un transporte público que prácticamente suspendió Enrique Alfaro. Sí, quienes fueron perjudicados con el botón de pánico no fueron los “niños bien” que van a bares muy lujosos. No, los que salieron afectados fueron los obreros, los trabajadores, el pueblo que tiene que salir porque el trabajo nunca se suspende.

 

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Y eso, eso es terrible.

Con su botón de pánico mal planeado en muchos aspectos, Enrique Alfaro terminó afectando y vulnerando aún más a los sectores populares.

Eso sí: mientras Alfaro tiene sus fotos de calles vacías y las presume, la gente, los de abajo, se enfrentan a largas colas y a un alto riesgo de contagio.

 

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Eso pasa cuando piensas sólo en la comunicación, y te olvidar de lo esencial: de gobernar.

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