Para Sergio Olhovich Greene
Después de más de 10 años de realización, finalmente se estrenó en más de 400 salas de cine de nuestro país la película “1938. Cuando el petróleo fue nuestro”, del cineasta Sergio Olhovich Greene, director de Llovizna (1977), Esperanza (1989) y Bartolomé de las Casas (1993).
El estreno se llevó a cabo en la sala 3 de la Cineteca Nacional el pasado 18 de marzo de este año, en el marco del 87 aniversario de la expropiación petrolera al cual acudieron un gran número de asistentes. Entre ellos, destacan la presencia del ingeniero y político Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; Alejandro Encinas, Secretario de Planeación Ordenamiento Territorial y Coordinación del gobierno de la Ciudad de México; Citlalli Hernández, titular de la Secretaria de Mujeres; Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF); Renata Turrent, directora del Canal Once; Rafael Barajas El Fisgón, escritor y caricaturista de La Jornada; Pedro Miguel, escritor y periodista de La Jornada; Veka Duncan, divulgadora cultural; Temoris Grecko, periodista independiente; Alberto Betancourt Posada, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, entre otros.
El cineasta mexicano Sergio Olhovich te invita a ver su más reciente trabajo: “1938: Cuando el petróleo fue nuestro”, una investigación que tómo 23 años en concluirse.
¡A partir de hoy en Salas de Cineteca Nacional México y Cineteca Nacional de las Artes! pic.twitter.com/3ykw1Ldl68
— Cineteca Nacional (@CinetecaMexico) March 21, 2025
La trama inicia con Amalia Solórzano Bravo, siendo una adulta mayor, quien introduce al presente espectador sobre la importancia que tuvo la nacionalización de la industria petrolera y el cardenismo como la culminación de la Revolución mexicana. Ante la negativa de las compañías petroleras a acatar el laudo dictado por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para garantizar mejores condiciones laborales y salariales a los trabajadores, el presidente Lázaro Cárdenas expidió el decreto de expropiación, el cual consistió en la apropiación legal de la maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y todos los bienes inmuebles de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, la Huasteca Petroleum, Sinclair Oil Company, así como de sus filiales o subsidiarias.
Una vez que esta decisión le otorgara control al Estado mexicano sobre la producción y comercialización del petróleo mexicano, las grandes empresas buscaban revertir la decisión gubernamental, por medio de represalias económicas y presiones para que los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña llevaran a cabo incursiones militares. No obstante, el ascenso del fascismo y la política de “buena vecindad” del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, hicieron posible que el pueblo mexicano se organizara para contribuir a la indemnización con lo que puede con tal de evitar un conflicto internacional de grandes magnitudes y que el petróleo regrese a las manos de la nación.
Esta película es una secuela espiritual de la película Esperanza (1989), uno de los proyectos cinematográficos más ambiciosos y personales del cineasta, en el que unió a México culturalmente con Rusia. En dicha película, no sólo narra la historia de su padre Vladimir, quien llega a México escapando de los estragos de la Revolución rusa. Con el paso del tiempo, Vladimir estudia para convertirse en un ingeniero petrolero llevando a cabo exploraciones petrolíferas en Tabasco durante los años 30 y es reconocido por el descubrimiento de varias cabezas olmecas.
También, es un testimonio de uno de los mayores momentos de la migración rusa a territorio mexicano, la llegada del líder revolucionario ruso León Trotsky.
Este nuevo largometraje del cineasta está basado en un guion cinematográfico titulado 1938. El petróleo que fue de México. La cual es resultado de una exhaustiva investigación documental y hemerográfica que Sergio Olhovich y el escritor Carlos Montemayor realizaron sobre los acontecimientos políticos, sociales y militares acontecidos en la nación mexicana y en todo el mundo desde el 3 de enero hasta el 31 de diciembre de 1938. Ambos, coincidieron que el Cardenismo era un movimiento social y político de nacionalismo revolucionario que le dio a México su etapa más maravillosa de la historia. Terminaron con un guion de más de 300 páginas y se vieron obligados a reducirla a 120 páginas. Pero tras el fallecimiento de Montemayor a finales de febrero del 2010, dejó a Olhovich sólo para realizar el guion cinematográfico que tomó su tiempo, y dinero para hacerla. Con los gobiernos neoliberales, en los que abrieron las puertas al sector privado para entregar los energéticos, fue difícil conseguir financiamiento para su realización.
A parte de contar con personajes históricos como el presidente Lázaro Cárdenas, Francisco J. Múgica, Raúl Castellano Jiménez, el líder sindical Vicente Lombardo Toledano, el embajador estadounidense Josephus Daniels, el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt y Amalia Solórzano que juegan un papel fundamental en esta historia.
Hay tres personajes ficticios que le otorgan otra perspectiva de lo que ocurre en su entorno social y político como Alberto Miranda, periodista de El Nacional, quien no sólo ejerce de manera honesta su labor periodística libre de intereses ruines sobre las empresas petroleras, también es un simpatizante de las políticas cardenistas; Rosaura, secretaria del gerente de la compañía El Águila y novia de Alberto, muestra cómo las mujeres empezaban a ganar terreno en el ámbito laboral y destaca la importancia sobre los movimientos feministas de la época, como el derecho al voto femenino; y por último Robert Armstrong (o Thomas, como fue escrito en el guion original), es el mezquino abogado de los intereses de las compañías estadounidenses, quien estaba dispuesto a corromper a la Suprema Corte de Justicia de la Nación o utilizar intensa propaganda negativa para favorecer al sector empresarial, recordándonos al mezquino comportamiento de las derechas partidistas para propiciar una intervención armada.
Esta película propone reflexionar sobre la importancia de este hecho que simbolizó el dominio de las fuerzas gubernamentales mexicanas sobre la riqueza petrolera, ya que obedece a la capacidad de la autoridad de revindicar con éxito, ejercer con independencia el poder político en un territorio delimitado. El 18 de marzo de 1938 es una de las fechas más fundamentales de la historia de nuestro país, porque culminó una parte del proyecto revolucionario y consolidó las aspiraciones de la Constitución de 1917. Desde los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto, se fue perdiendo la importancia de la expropiación y con ello el fin de la lucha por el petróleo mexicano.
Con la reforma energética del gobierno de Peña Nieto, que fue presentado como un proyecto modernizador del sector energético nacional para disminución del precio de los energéticos, pero fue en realidad una contrarreforma neoliberal para entregar combustibles y electricidad a las compañías internacionales, con resultados de descomposición, pobreza y marginación. No obstante, se inauguró un nuevo capítulo con el triunfo del proyecto político de López Obrador, que consiste en consolidar la soberanía energética y devolverle al Estado el control de la industria energética y petrolera.
En síntesis, es una película muy bien realizada gracias a la extraordinaria labor de Gabriela Robles, directora de producción e historiadora del arte, y Veka Duncan, historiadora y divulgadora del arte, quienes colaboraron en la realización de la película. Es destacable la dirección de Olhovich en sus actores y los que trabajan detrás de cámaras para la realización de esta historia en la que el presidente Cárdenas expropió el petróleo.
FICHA TÉCNICA
1938. Cuando el petróleo fue nuestro
Director: Sergio Olhovich
Guión: Carlos Montemayor y Sergio Olhovich
Director de fotografía: Arturo de la Rosa
Música: Tomás Barreiro
Año: 2025
Duración: 99 minutos
Elenco: Ianis Guerrero, Baltimore Beltrán, Sergio Bonilla, María Penella, Karen Martí, Raúl Briones, Julian Sedgwick, Jon Roberts, Esteban Soberanes, Salvador Sánchez, Ofelia Medina.
Productora: Corazón Films, Katarsis Cooperativa de Comunicación y Media.