Actualmente,en México hay un burócrata por cada 21 ciudadanos. Nuestro país tiene 5.7 millones de funcionarios públicos distribuidos en los tres niveles de gobierno.
De acuerdo con especialistas consultados por el portal SinEmbargo, el tamaño de esta masa de administrativos no se justifica por la circunstancia histórica de la Nación.
Según explicó en entrevista el doctor Jonathan Heath Constable, uno de los economistas más destacados del país, especialmente en este sexenio se ha incrementado el número de funcionarios públicos.
“Podemos ver realmente una duplicidad (o una) triplicidad de funciones con prestaciones que simplemente no van al caso; (con) un gasto cada vez más ineficiente; (con) funcionarios públicos llenos de prepotencia y con un influyentismo que está en su apogeo… Y ha llegado a un momento en que el pueblo simplemente se hartó y se notó, básicamente, en las urnas”, dijo.
Entre 2003 y 2016 se incorporaron 977 mil 310 funcionario públicos, según las cifras del Banco de Información Económica del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi). Según estos datos, en los años correspondientes al sexenio de Vicente Fox (2003-2006), el incremento fue de 2.51 por ciento.
Durante la administración de Felipe Calderón (2007-2012), el número de burócratas aumentó a 13.17 por ciento y, durante los primeros tres años del gobierno de Enrique Peña Nieto hubo un alza de 3.71 por ciento adicional. En total, en estos años la burocracia mexicana creció en un 20.32 por ciento.
Este incremento se debe, en parte, a los cambios de partido que se dieron entre 2000 y 2012, como un intento por “meter gente que impulsara ciertas agendas de visión de país”, acorde al grupo en el poder, según explicó a SinEmbargo el maestro Fernando Vázquez Bravo, de la organización de economía estratégica empresarial, Consultores Internacionales.
En los 5 millones 786 mil 819 administrativos que tenemos actualmente, se incluye el personal de base o de confianza, así como los empleados transitorios de carácter administrativo, es decir, docentes, de seguridad pública, médicos, enfermeras, diputados, senadores, asambleístas, regidores, síndicos, del ejército, la fuerza aérea y la armada nacional.
Estos servidores públicos tienen un costo promedio anual de 1 billón 291 mil 985 millones 500 mil pesos, según las cifras oficiales. Y, según información que el Inegi le otorgó a SinEmbargo, “el monto acumulado (de remuneraciones del sector público) para el periodo que se investigó (2003-2016) es de 18, 087,797 millones de pesos”.
Sin embargo, Heath Constable considera que el tamaño y el gasto de la burocracia mexicana “no se justifica en el sentido de su ineficiencia”.
“El Gobierno federal nunca había gastado tanto; pero nunca había contribuido tan poquito al crecimiento económico de México (…) Como economista, diría que la tragedia más grande de este sexenio es justamente la ineficiencia del gasto público”.
Entre 2013 y 2018, el pago en servicios personales del Gobierno federal se incrementó en 26.63 por ciento, pasando de 963 mil 689 millones a 1.2 billones de pesos. Por el contrario, en el mismo periodo, la inversión en servicios públicos disminuyó en 10.12 por ciento, al pasar de 643 mil 892 a 716 mil 440 millones de pesos. Heath recalca que este tipo de contrastes son un gran ejemplo de “un gasto exageradamente ineficiente”.
También explica que en México hay un problema estratégico en la forma en que las dependencias de gobierno eligen a sus funcionarios, por lo que hace falta una reorganización del cuerpo de servidores públicos “con conocimiento de causa”.
Esto significaría estudiar caso por caso para reducir las plazas inútiles sin sacrificar a aquellas personas que, aunque ingresaron a la Administración Pública Federal por estructura política, tienen un grado de especialización que resulta “muy valioso” para el país.
