A raíz de la explosiva rebelión juvenil que ocupó la Plaza del Sol en Madrid, el 15 de mayo de 2011, una nueva fuerza política empezó a gestarse en España. Estudiantes y profesores, desocupados o sometidos a los contratos basura, brazos desechables, mentes prescindibles, los hijos de quienes vivieron las décadas del bienestar consumista se descubrieron de pronto frente al abismo: ya no podían sobrevivir con mil euros al mes y el sistema bipartidista era incapaz de ofrecerles opciones. Así que decidieron organizarse.
¿Cómo? “Formando grupos de Facebook por barrio, por ciudad, por región autónoma, dentro y fuera de España”, explicó anoche la catedrática universitaria Graciela Martínez. “Grupos de discusión que se convirtieron en círculos” para tomar decisiones colectivas en asambleas, poniendo en marcha un proceso que el año pasado reunió a 38 mil personas en un congreso donde fueron debatidas 97 resoluciones “y quedaron las cinco más votadas”.
Éstas ahora son la columna vertebral del movimiento Podemos, que acaba de transformarse en partido político, y son las siguientes…
UNO: Defender la educación pública y gratuita, derogando las reformas neoliberales y estableciendo nuevas leyes que respondan a las necesidades del país.
DOS: Implantar medidas urgentes contra la corrupción, que toquen a fondo el sistema de justicia, terminen con la impunidad y consigan que los ladrones devuelvan lo que se robaron.
TRES: Derecho universal a la vivienda y poner fin a la impunidad de las empresas inmobiliarias, que en aras de una política especulativa han dejado sin techo a miles de personas.
CUATRO: Salud para todas y todos, lo que implica el fortalecimiento del sistema hospitalario y controles a las empresas farmacéuticas.
CINCO: Auditoría a la deuda, revisando los mecanismos de financiamiento a las agencias del gobierno, para oponerse a la usura de los organismos buitres del FMI y la Unión Europea, sin pretender una salida de la zona euro, ni mucho menos.
Asamblea de Podemos en la Ciudad de México. Foto: Facebook de Podemos México
Durante un coloquio con hijos y nietos del exilio español y representantes de los nuevos españoles desplazados por la crisis que provocaron la austeridad para los pobres y la corrupción desenfrenada de la clase política (allá le dicen “la casta”), el círculo Podemos México, situado en el DF, se presentó ante la sociedad capitalina en un salón de la colonia Roma, abarrotado a tope.
“Vamos a ganar las elecciones de noviembre”, afirmó sin asomo de duda uno de los presentes, antes de referirse sin afecto a los políticos que viven como faraones a costa del hambre del pueblo y al servicio de sus amos, léase los organismos financieros, las grandes corporaciones y los grupos del crimen organizado.
“Los vamos a sacar del poder, pero no vamos a tomar el poder, porque ahora tendremos encima a sus amos”, aclaró otro señor con mesura y realismo, en el marco de un coloquio donde circuló un boletín rico en datos contundentes.
“Casi 7 mil personas inscritas en Podemos residen fuera de España y se contabilizan alrededor de 50 círculos en el extranjero. En el caso particular de México, somos cerca de 100 mil los residentes con ciudadanía española –muchos, descendientes de anteriores oleadas de migrantes españoles, con gran presencia de las hijas y nietos del exilio republicano español– por lo cual [estamos invitándolos] a una movilización permanente, (…) para contribuir al cambio social en España”, explicó el boletín.
Se trata, como salta a la vista, de una iniciativa que aspira a contribuir con los votos de los españoles de México –100 mil no es una cantidad despreciable y multiplicada por 50 círculos en el mundo mucho menos– al triunfo del partido que encabezan jóvenes catedráticos de la Universidad Complutense de Madrid, como Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o el carismático Pablo Iglesias, quien por cierto vino a Chiapas en 2001, cuando era un veinteañero incipiente, para conocer las comunidades rebeldes del EZLN.
Mitin de Podemos en la Embajada de España en la Ciudad de México. Foto: Facebook de Podemos México
Uno de los obstáculos que enfrentan los círculos de Podemos en todo el planeta, quizá el principal, es el veto que el gobierno de Mariano Rajoy está oponiendo a los españoles que viven en el extranjero para impedirles votar en noviembre, gracias a la ley aprobada en enero de 2011 en el Congreso por Pepe y Zoe, que en realidad son PP (o Partido Popular) y PSOE (Partido Socialista Obrero Español), alas del mismo pájaro de la derecha neoliberal y corrupta, que en México es una hidra formada por el PRI, el PAN, el PRD, el Verde Ecocida y el Panal de Elba Estércol, nuestra “casta” delincuente, narcotraficante y asesina.
Los vasallos de Felipe VI que trabajan como políticos a las órdenes del FMI y anexos, miran con terror el enamoramiento que el electorado español tiene con Podemos, el flamante partido que, según las encuestas (si es que allá sí son confiables) arrasará en noviembre, más o menos como la izquierda radical lo hizo recientemente en Grecia, al ofrecer un programa para acabar con el “austericidio”, o exterminio masivo de personas, familias y pueblos, sacrificados en el altar de las “medidas amargas pero necesarias para salir adelante”, que en México tomamos por la vía oral, anal, cutánea y subcutánea desde 1981, apretándonos el cinturón un día sí y otro también, para ser siempre más pobres, en tantos unos cuantos ricos son dueños del 99 por cierto de todo y todavía nos cobran IVA por gozar del uno por ciento restante.
Promocional de Podemos. Foto: Facebook de Podemos
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