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Monex clasista y misógino: publicidad que discrimina

Dicen que es una estrategia publicitaria novedosa, que impactará rápido, que es cosa que no se ha visto nunca, que los “creativos” son de lo mejor, que la estrategia cambiará el modo en cómo se mira eso del “marketing”. Eso dicen los de Monex.

Le pusieron un nombre (eslogan) que seguro a todos deja boquiabiertos: “Trabajamos para que tu dinero trabaje”. En un comunicado de prensa dijeron de esta campaña publicitaria es lo non-plus-ultra, que en estas tierra nada se hecho que se le parezca, que es perfecta, que es algo que todos deben admirar, que todos deben asombrarse:

Con una innovadora estrategia en radio, TV, medios digitales, prensa, revistas especializadas, vallas y espectaculares en el DF, Guadalajara, Monterrey y otras ciudades del país, Grupo Financiero Monex lanza su nueva campaña de publicidad con el concepto “Trabajamos para que tu dinero trabaje”, la cual describe la actividad del corporativo como banco, divisas, fondos y casa de bolsa.

A pesar de decir que todo es magnífico y que nadie ha hecho lo que ellos están haciendo, se muestran humildes. En el mismo comunicado de prensa aducen que la campaña no tiene como objetivo convencer a la gente de comprar un servicio, sino, más bien, “busca transmitir un mensaje de empatía con el cliente quien se esfuerza mucho por generar y cuidar su patrimonio, de ahí que lo justo sea que el dinero haga lo mismo. El concepto creativo es un reconocimiento a los clientes“.

No cabe duda: los de Monex son creativos. Sinceros. Amigos. Para echar a andar su novedosa y jamás vista campaña publicitaria se gastaron (o se gastarán) 15 millones de pesos. Al cabo, a ellos, el dinero les sobra, porque ellos trabajan para que el dinero trabaje.

El primer producto de esta costosa campaña es un comercial que ya se exhibe en televisión. En la escena inicial se observa a un hombre blanco, alto, de barba ya blanquecina, fuerte, en forma; va muy bien vestido. Maneja un auto nuevo, muy lujoso. En el asiento trasero, un niño, también blanco, rubio y de ojos claros, pregunta al hombre: “¿papá, de dónde vienen los niños?”

El hombre blanco hace una mueca de estar incómodo con la pregunta, de no saber qué responder, de no querer responder. El rostro que antes iba contento se vuelve adusto, como en situación de estrés excesivo.

En la segunda escena aparece el mismo hombre blanco, alto, muy bien vestido. Revisa que todo esté bien en una planta de una fábrica, va con poso de jefe de jefes. De repente, alguien se le acerca. Es un empleado. Éste no es ni blanco ni alto ni fuerte ni va bien vestido, sino que va uniformado, y es moreno. Le pregunta (emitiendo una gran sonrisa y esperanza) al hombre blanco: “Patrón, ¿quiere se padrino de mi hijo?”

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El hombre blanco, al igual que con el cuestionamiento de su hijo, se incomoda. No sabe qué responder. O más bien, no sabe cómo negarse a ir a eso de las fiestas de los trabajadores. Está en una situación compleja, la cual precisa una salida rápida: no vaya a ser que ese hombre blanco, rubio, alto, fuerte y bien vestido, termine aceptando y tenga que mezclarse con el populacho.

En la tercera escena, aparece ese mismo hombre blanco de frente a una mujer. Ella lleva un caro vestido de noche. Ambos están en una habitación que se ve llena de lujo. La mujer, que se supone es su esposa, con una rostro que denota una especie de necesidad de aprobación masculina, cuestiona al hombre blanco, rubio y muy bien vestido: “¿Cómo me veo?” El hombre hace la misma mueca de incomodidad que en las dos anteriores escenas: no saber qué responder, o no quiere responder con sinceridad. Tiene que idear algo, y hacerlo con rapidez.

Después, una voz en off menciona: “Hay momentos en los que necesitas responder ágilmente. Nosotros te ofrecemos esa agilidad en banca de empresas y banca privada con productos y servicios a tu medida. Grupo financiero Monex, agilidad para que el dinero trabaje”.

No cabe duda que el comercial evidencia clasismo, discriminación y machismo. Muestra esterotipos que muchas organizaciones sociales e incluso instancias de gobierno han buscado erradicar durante largos años. El empleado debe ser, según la lógica del comercial, bajo, chaparro, que hable como en el barrio, y que vive esperanzado en que el patrón (que es rubio, alto, fuerte, bien vestido) acepte una propuesta de ser “padrino” de su hijo, es decir, que acepte ser su compadre. Por otro lado, la mujer, la esposa, la madre, precisa la aquiescencia de su esposo (su visto bueno) para sentirse bien con las ropas que lleva puesta.

Además, el comercial enaltece la figura del empresario exitoso, que tiene que lidiar con su hijo, con su esposa y con sus empleados, quienes lo colocan en situaciones complicadas. No sabe, el hombre blanco, rubio, fuerte y rico, la forma exacta de metir, de evadirse de esas situaciones que lo estresan.

Si esta estrategia publicitaria es presumida por Monex como novedosa, entonces tenemos que Monex comparte (son sus anuncios) de forma contundente el clasismo, la discriminación, el machismo y la misoginia que muestra el comercial.

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Ahora bien, Monex no es cualquier empresa bancaria. No. Monex es el Grupo Financiero que se prestó para que el PRI hiciera fraude en las elecciones presidenciales de 2012. Habrá que recordar que fue vía Monex como los que “invirtiron” en Peña Nieto lavaron recursos muy turbios para fines electorales.

Tarjeta que usó el PRI en la compra de votos

Tarjeta que usó el PRI en la compra de votos

Es decir, Enrique Peña Nieto le deba a Monex mucho. Por eso, quizá, este grupo financiero se gasta más de 15 millones de pesos en una campaña publicitaria absurda, falta de creatividad y que discrimina. Al fin y al cabo, y gracias al muy valioso apoyo al PRI, los dueños de Monex pertenecen a ese grupito (muy pequeñito) integrado por puras personas que se sienten dueñas del país.

Jorge Gómez Naredo
Escrito por

Profesor en universidad pública. Fundador, junto con Jaime Avilés y César Huerta, de la Revista Polemón.

1 Comentario

1 Comentario

  1. Avatar

    Francisco Pérez F.

    26 agosto, 2015 at 7:10 pm

    El ‘slogan’ (Trabajamos para que tu dinero trabaje”) no dice la segunda parte “… para nosotros”

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