Era el año de 2016 cuando el entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, autorizó, bajo un pacto de secrecía, otorgar una partida de 296 millones 533 mil 90 pesos con 13 centavos al dirigiente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps.
Del esa cifra, 267 millones 967 mil 771 están perdidos.
Cuando en octubre de 2019 Deschamps renunció a su cargo, dejó una comprobación de gastos por 28 millones 565 mil 319 pesos, lo que significa que sólo usó el 9.6 por ciento, sin rendir cuentas de lo ocurrido con el resto del dinero.
Carlos Romero Deschamps, exdirigente del Sindicato de Pemex.
La cantidad fue acordada por los entonces funcionarios y el dirigente sindical bajo la cláusula 251 bis del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), mediante la cual, la petrolera se comprometió durante décadas a otorgar “apoyos” al gremio.
Se trataba de una especie de “caja chica”, manejada “en lo oscuro” que coronaba los millones de pesos que cada bienio negociaban el Comité Ejecutivo Nacional del sindicato y el director de Pemex en turno.
Bajo esta cláusula, Pemex entregaba millones de pesos cada año a la cúpula de los trabajadores petroleros sindicalizados.
La transacción se hacía en tres exposiciones: antes del 1 de mayo, antes del 18 de marzo y antes de la revisión anual del CCT.
Sin embargo, las sumas no se entregaban necesariamente en las celebraciones de esas fechas simbólicas para los trabajadores mexicanos.
Acuerdos entre Lozoya y Deschamps
En 2013 se reunieron por primera vez Lozoya y Deschamps para negociar; ahí, el Contrato Colectivo de Trabajo de los petroleros logró acuerdos significativas sobre la 251 Bis.
Entre éstos se encontraba un aumento de 138 por ciento anual y otro que pedía ocultarla, por lo que añadieron la cláusula 258 que indica que el contenido de la 251 Bis sólo estaría en un anexo junto a otros acuerdos bajo confidencialidad.
De esta manera, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, los CCT correspondientes a los periodos 2013-2015, 2015-2017 y 2017-2019 del sindicato mencionan que Pemex le otorgaba dinero al sindicato conforme a la cláusula 251 Bis, pero no se menciona cuánto.
Así, aunque en 2015 Peña promulgó la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, en medio de señalamientos por corrupción, para obligar a los partidos políticos y sindicatos de la burocracia a publicar sus ingresos y egresos en un sitio web, el STPRM se negó a hacerlo.
Fue hasta 2019, cuando el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador llegó al poder que la información se montó en el sitio web.
Hoy es posible consultar el monto recibido por la cláusula 251 bis del Contrato Colectivo de Trabajo correspondiente a 2016, 2017 y 2018.
Únicamente la de 2016 corresponde al periodo en que Lozoya estuvo a cargo de Pemex y, aunque se fue en febrero de ese año, la cifra quedó pactada previamente y se depositó conforme a lo establecido en septiembre de 2017.
Tras la renuncia de Lozoya de Pemex y su sustitución con José Antonio González Anaya, en 2017 Pemex también entregó a discreción, bajo la cláusula 251 bis, 314 millones 325 mil 75 pesos y, en 2018, 333 millones 184 mil 580 pesos.
¿A dónde fue a parar el dinero?
El documento donde se debe informar qué ocurrió con el dinero que Pemex otorgó al STPRM solamente muestra 16 erogaciones en mantenimiento de edificios, el aniversario del sindicato y la compra de periódicos, revistas y folletos.
El mayor contrato otorgado fue por 19 millones 393 mil 561 millones, para Estrategia Estructural, propiedad de Salvador Álvarez Hoth, cercano a Romero Deschamps, por mantenimiento de edificios.
El segundo fue por el mismo concepto, por una suma de 5 millones 886 mil 762 pesos, por Desarrollo Inmobiliario Habitacional.
Para el aniversario del sindicato se registró un gasto por 2 millones 439 mil 896 pesos por siete contratos con proveedores físicos, la empresa Banquetes Mayita y el Grupo Constructora Tana.
Además, Romero Deschamps dejó asentado que dos medios nacionales recibieron dinero por “publicidad oficial” del sindicato.
Excesos y lujos
Ninguno de los dos funcionarios se molestaba en ocultar su gusto por el derroche.
Lozoya reveló en su declaración patrimonial que tenía cuatro relojes de las marcas Patek Phillippe y Franck Muller, con las horas marcadas en oro.
Paulina Romero y su padre, Carlos Romero Deschamps. Foto: Especial
Deschamps era conocido por su reloj Rólex.
Ambos fueron dueños de propiedades inmobiliarias, hacían frecuentes viajes por todo el mundo en aviones privados y comían en restaurantes de la zona de Polanco, donde la cuenta podía alcanzar los 5 mil pesos diarios.
Además, los hijos de Deschamps también gustaban de presumir de manera pública sus yates, lujosos automóviles y viajes a los que tenían acceso.
Hoy, los dos enfrentan señalamientos en su contra. Lozoya pasó, el 12 de febrero pasado, su primera noche en la prisión de Alhaurin de la Torre, en Málaga, España.
Emilio Lozoya. Foto: Especial
Deschamps tiene dos denuncias en su contra por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, aunque al momento se desconoce su paradero.
