La sumisión al neofranquismo: otra derrota moral del PAN

Un grupo de senadores panistas y algunos priístas de colados recibieron en la sede de la Cámara alta al líder del partido de extrema derecha español VOX, cuya ideología y retórica es totalmente racista, xenófoba y contraria a los derechos de las mujeres.

Esta agrupación reivindica también la España de Franco, cuya dictadura, de 1939 a 1975, fue producto de la ayuda de las tropas, armamento y vehículos de la Italia de Musolini, la Alemania de Hitler y, en menor medida, del apoyo logístico del Portugal de Oliveira Salazar.

Muy gustosos todos ellos estamparon su firma en un documento titulado “Carta de Madrid”, en el que se comprometen a sumarse a una especie de cruzada salvífica dirigida desde aquella vieja España para luchar contra el comunismo en algo que VOX nombró como la “Iberósfera” (sic).

El concepto de Iberoamérica ha sido fuertemente defendido por la retórica española en contraposición con el de Latinoamérica, plenamente asumido en nuestro continente, con la intención de mantener una tutela moral y cultural en nuestra zona, cosa que sólo sucede en estrechos espacios como lo que acabamos de presenciar. Una sumisión por parte de los blanquiazules cuestionable en todos los sentidos.

El dictador español, Francisco Franco, supo acomodarse a las circunstancias de la Guerra Fría pese a la condena internacional del nazifascismo desde la recién fundada Organización de las Naciones Unidas para que, por iniciativa de México, se excluyera del organismo “a los Estados cuyos regímenes han sido establecidos con ayuda de las fuerzas militares de los países que han luchado contra las Naciones Unidas mientras esos regímenes permanezcan en el poder” ¹.

En la nueva retórica geopolítica se vendió como “El Centinela de Occidente” para obtener la bendición del gobierno estadounidense y gozar de los beneficios del Plan Marshall y así salir de la ruina de su posguerra y de su precaria economía autárquica.

Apenas transcurridas dos semanas desde las conmemoraciones de los 500 años de Resistencia Indígena en la fecha de la caída de México-Tenochtitlan, el pasado 13 de agosto, este partido fue protagonista de un escándalo en el mundo de las redes sociales al publicar su beneplácito por la “liberación” de América por parte de las huestes de Hernán Cortés. No podía ser de otra manera. Como hemos relatado en otro espacio, no importa si procede de la derecha o la izquierda en el escenario político español: sobre esta materia, ante los pedidos de perdón mexicanos, se contrapone la exigencia de aquel lado de estarles eternamente agradecidos.

El Partido Acción Nacional hunde sus raíces ideológicas, como expone Ricardo Pérez Monfort, en el “hispanismo conservador”, como reacción a Nacionalismo cultural y político impulsado por los gobiernos posrevolucionarios. No es extraño que sus fundadores en 1939, en la década anterior hayan sido cercanos a la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM), aunque prácticamente ninguno se haya unido a la lucha de los cristeros y, ya como partido, buscaran echar abajo los mejores esfuerzos del Presidente Lázaro Cárdenas de materializar la justicia social. Con respecto al tema español, fueron feroces críticos dela política exterior de apoyo a la República y al exilio en México.

Ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, sus simpatías por el Tercer Reich eran públicas, aunque después hubo que matizarlas, por lo que el hispanismo siguió siendo el eje articulador de su pensamiento en esta primera etapa. Esto ha sido muy detalladamente analizado por Rafael Barajas “El Fisgón”, en sus dos ediciones de “La raíz nazi del PAN. Contrarrevolución y fascismo en México”.

Ese hispanismo que les inspiró apareció en los años 20 durante la otra dictadura, la del general Miguel Primo de Rivera, de 1923 a 1930 en el que se favoreció este pensamiento precisamente para restaurar el orgullo nacional decaído desde la pérdida de las últimas colonias en 1898 frente a Estados Unidos y ponerse al nuevo concepto de Panamericanismo propuesto por esta potencia para regir los destinos del continente.

Frente a ello, la idea de Hispanidad, se promovió como algo superior a las meras alianzas materiales; se trataba de una especie fuerza espiritual y cultural compartida por todas las repúblicas americanas que habían pertenecido al antes poderoso Imperio español. Si bien ya no había elementos para una tutela política, habría que buscarlos en lo moral. En estos momentos, además de sus filiaciones católicas, los futuros fundadores del PAN estuvieron vinculados a las organizaciones creadas para tales fines.

Por todo esto, no resulta para nada extraño, sino que, era de esperarse, una vinculación tan abierta con aquella fuerza política, aunque, en las horas sucesivas comenzara del deslinde de este acto ante el alud de críticas, burlas y memes de la sociedad mexicana. Este acto que los panistas ahora pretenden presentar como “a título personal”, fue calificado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador como un “besamano” a los “extremistas de España”, “autoritarios, clasistas, racistas, corruptos”.

Entre las figuras de su propio partido que han repudiado también ese hecho se encuentran Gustavo Madero, Xóchitl Gálvez y Felipe Calderón, pero, además, en esta ocasión también, por su origen judío, Enrique Krauze y Simón Levy han manifestado su repudio, por cierto, el ingeniero y empresario, recordó en su mensaje a Action française, movimiento de extrema derecha fundado en Francia por Charles Maurras y del que se nutrieron los futuros partidos fascista y nazi. Al parecer, sí leyó el libro de “El Fisgón”. Sus legítimas razones se encuentran en el hecho de que la dictadura franquista fue en extremo antisemita, ya que, en gran medida, la persecución y ejecución de disidentes se dio alentada por la paranoia de la conspiración judeo-masónica-comunista que atentaba contra los valores morales de la “España Una, Grande y Libre”.

Una guerra contra la inteligencia

En esta persecución, iniciada desde los primeros días de la Guerra Civil, los franquistas que tanto han alabado a lo largo de su historia los panistas, emprendieron una lucha sin cuartel también contra lo mejor de la intelectualidad, pues pronto comenzó el asesinato sistemático de profesores universitarios, científicos y artistas, hasta que los agentes del gobierno mexicano lograron rescatar a varios y traerlos al país a través de la “Operación Inteligencia”, a iniciativa de Don Daniel Cosío Villegas, entonces embajador en Portugal, quien dio aviso de aquella situación al presidente Lázaro Cárdenas; la gran hazaña que significó el rescate de la intelectualidad española puede leerse a profundidad en la obra de Mario Ojeda Revah, “México y la guerra civil española”.

Así pues, los franquistas asesinaron a Federico García Lorca.

Nos dijo Antonio Machado que “El crimen fue en Granada”:

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas, de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle a la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
… Que fue en Granada el crimen
sabed -¡pobre Granada!- en su Granada…

La República perdió la guerra y muchos salieron al exilio, Machado también… “Murió el poeta lejos del hogar, le cubre el polvo de un país vecino”.

Durante esta guerra, el poeta Miguel Hernández, quien llevado de prisión en prisión acabó muriendo en las peores condiciones, se preguntó:

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?

El franquismo es la respuesta. Esa parte ominosa de la historia española que tanto venera VOX y que ha estado siempre presente en la ideología de Acción Nacional.

Esta guerra contra la razón y el saber llevó también a la ruina y a la muerte del gran filósofo Miguel de Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca quien, de manera equivocada apoyó primero el alzamiento contra una República que veía andar por caminos erráticos, pero de lo que se arrepintió a los pocos días al saber de la masacre de pensadores que estaban cometiendo los sublevados.

Obligado por las circunstancias a estar presente en las conmemoraciones del “Día de la Raza” en el paraninfo de la Universidad, el 12 de octubre de 1936, soportó en silencio cuantas sandeces pronunciaban los franquistas en sus exaltados discursos hasta que tomó la palabra para atacar el espeluznante grito de “¡Muera la inteligencia!¡Viva la muerte!”.

“Acabo de oír el grito de ¡viva la muerte! Esto suena lo mismo que ¡muera la vida! Y yo, que me he pasado toda mi vida creando paradojas que enojaban a los que no las comprendían, he de deciros como autoridad en la materia que esa paradoja me parece ridícula y repelente”.

El discurso siguió hasta llegar a su punto máximo:

“Venceréis, pero no convenceréis.

Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho”.

El sostenimiento de las afinidades entre ciertos elementos de Acción Nacional (criticados dentro y fuera de su partido) con VOX, es pues, una confesión de que aquel elemento fundacional que tanto han tratado de esconder o minimizar, sigue presente y, en la actualidad, no hace sino evidenciar su insignificancia cívica, el desprecio de sus integrantes por la inteligencia y su derrota moral.