La fortaleza de México frente a Ómicron: 88% de la población vacunada

México escala a niveles récord de contagios de Covid-19 -así como está sucediendo en todo el mundo- con la variante Ómicron, con una fortaleza de la que sólo pocas naciones tienen el privilegio: el 88% de la población mayor de 18 años está hoy vacunada, con la aplicación de 152 millones de dosis, la décima cifra más alta a nivel mundial.

Este escenario, producto de una titánica misión de vacunación emprendida por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sumado a que la variante Ómicron -pese a su elevado nivel de transmisión- tiene una menor proporción de daño en los pulmones y en personas vacunadas el cuadro clínico por Covid-19 no registra condiciones graves de salud, ha permitido un aumento no exponencial de hospitalizaciones y el 70% de ellas son precisamente de personas que no se vacunaron, así como un reducido nivel de defunciones a diferencia de la primera y segunda olas.

El pasado 8 de enero se registró el pico más alto desde que inició la pandemia en México: 30 mil 671 contagios reportados en un solo día, superior a los 28 mil 953 del pasado 18 de agosto de 2021.

Estas cifras y la actual altísima transmisibilidad de la cepa Ómicron, nos llevan a recapitular datos que hoy es necesario puntualizar ante la nueva embestida que ha vuelto a sacar a flote lo peor de la condición humana entre la mezquina y ruin oposición de los conservadores y cuya grotesca expresión se ejemplifica con dos de sus prototipos que siguen como ejemplo: José Manuel Torres -mejor conocido como Chumel Torres– y Lilly Téllez.

El primero de ellos publicó un tuit después de darse a conocer el resultado positivo de SARS-Cov-2 del presidente Andrés Manuel López Obrador y que, ante las reacciones de la gente por esta inmoral y despreciable expresión, no tuvo el valor de sostenerlo y lo retiró. En el tuit publicó la siguiente expresión: “¡Vamos, Ómicron estamos contigo!

La segunda, Téllez, en otro tuit escribió sin dejo de vergüenza y absoluta hipocresía: “Celebro que el presidente López Obrador tenga médicos y enfermeras a disposición, cama de hospital asegurada, acceso hasta a los medicamentos que no hay en México y un palacio para descansar. Que se alivie pronto con atención de primera, mientras el resto sufre con la de cuarta”.

En un tuit previo, la propia Téllez se atrevía a mentir sin descaro alguno: “La 4T desvió el dinero de impuestos con el que debió comprar vacunas, pruebas y medicamentos para todos. México es el país con MAYOR mortalidad por cada 100 casos COVID y quinto en decesos en el mundo”.

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La hipocresía es su doctrina de vida de estos personajes y sus adeptos. Miseria de seres humanos.

La senadora panista omite el dato de las 152 millones de dosis de vacuna contra el Covid-19 aplicadas en México y que nos ubica en el décimo lugar del mundo en este sentido. En relación a la mortalidad, miente, al aseverar que nuestro país es el de mayor por cada 100 casos en el mundo y quinto en decesos. Las cifras muestran, por el contrario, que México se encuentra en el lugar 25 del mundo en incidencia de muertes por Covid-19, con 2 mil 350 muertes por millón, por debajo los propios Estados Unidos con 2 mil 539 y de naciones europeas como Hungría con 4 mil 088; Bulgaria con 4 mil 562; República Checa con 3 mil 419, entre otras.

Y, en efecto, lamentablemente han fallecido por Covid-19, 300 mil 334 mexicanos, en tanto que en los Estados Unidos 842 mil personas; en Rusia 321 mil; en Brasil 620 mil y en la India 484 mil. Comparaciones que no debieran establecerse por el respeto a las víctimas, cualesquiera que sea su magnitud y geografía, pero necesaria en este caso ante la desinformación y diseminación frecuente de datos distorsionados para adjetivar los más bajos calificativos carroñeros que le han proferido al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, al grado de llamarlo el “Doctor Muerte” y al propio presidente de México de hacerlo responsable de este nivel de decesos, aduciendo un mal manejo de la pandemia y hacer a un lado datos torales que están presentes en las naciones con mayor índice de muertes por Covid-19, como lo es la comorbilidad de las poblaciones.

La hipertensión, la diabetes y la obesidad son las principales comorbilidades referidas en las defunciones por Covid-19. Y México ocupa el sexto lugar mundial en casos de diabetes con 12.8 millones; México ocupa el segundo lugar de prevalencia mundial de obesidad en la población adulta, la cual es diez veces mayor que la de países como Japón y Corea; y en México una de cada tres personas mayores de edad padece hipertensión arterial y debido a ello el país registra la prevalencia más alta en el mundo.

Y estas otras pandemias que se ocultan en la del Covid-19, las de la obesidad, la diabetes y la hipertensión, son otro fruto más de la destrucción en todos los ámbitos ocasionada por la aplicación del modelo depredador neoliberal implantado en México durante seis sexenios, desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto, en que se precarizó a la mayoría población Mexicana, en donde el poder adquisitivo de los mexicanos se perdió en un 80.08%, el sector público de salud sufrió un desmantelamiento progresivo y grandes franjas de la población fueron orilladas a una dieta basada literalmente a pan y agua, ésta última sustituida por el agua “veneno silencioso” conocida como Coca-Cola.

Hoy, por fortuna, está en proceso un cambio radical y profundo en todos los órdenes, y en lo que implica al sector salud hay dos datos centrales:

1).- La reconstrucción de la infraestructura pública de salud así como un progresivo incremento sustancial del recurso humano y financiero destinado ella.

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2).- Una acción con resultados a un mediano y largo plazo de gran alcance desde el punto de vista preventivo y para desactivar la presión en la alta incidencia de las comorbilidades y del que se ha dicho poco en este sentido: el etiquetado frontal de los productos alimenticios que ha sido adoptado con carácter de obligatoriedad legal.

México va firme en su proceso de transformación.