Luego de que el ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en el sexenio de Felipe Calderón, Genaro García Luna, fuera detenido, los casos que denotan sus vínculos con el crimen organizado y la corrupción han resonado con más fuerza.
Uno de estos casos es el de la periodista Anabel Hernández, quien en 2013 reveló en entrevista a Revolución 3.0 que durante los cinco años de investigación a la hoy extinta SSP, logró documentar hechos que comprueban cómo los altos mandos y los comandantes de la policía estuvieron relacionados con bandas de secuestradores y con cárteles del narcotráfico.
Por ese motivo, fue víctima de acosos y presiones, además de que su imagen pública sufrió descalificaciones verbales hechas por el propio García Luna.
También reveló que, en 2010, luego de publicar su libro “Los Señores del Narco” -en donde daba a conocer los nexos de las autoridades con el crimen organizado-, una de sus fuentes le confesó que elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) estaban siendo reclutados por García Luna para fingir un atentado o accidente y, así, quitarle la vida.
“Levanté una denuncia contra quien resultara responsable, tuve que hacer pública la situación. Las amenazas no disminuyeron, aumentaron”, declaró la periodista y añadió que su familia sufrió un ataque, por el cual se abrió una averiguación previa en la PGR.
Añadió que en aquél tiempo fue contactada por Édgar Valdez “La Barbie”, quien le entregó una carta firmada por él donde afirmaba que Felipe Calderón se había reunido con narcotraficantes y además que él mismo le había entregado sobornos a Genaro García Luna y los principales mandos, como Luis Cárdenas Palomino o Armando Espinoza de Benito.
Este tema fue abordado por la periodista más adelante, en 2012, en su libro “México en Llamas”, donde explicaba con mayor detalle en qué consistía la ayuda a favor del Cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva.
moises edwin barreda
31 diciembre, 2019 at 1:40 pm
Es perfectamente creíble que el delincuente uniformado y con charola garcía luna haya planeado un “accidente” para asesinar a la incómoda (para él) reportera Anabel Hernández, un “accidente” como aquéllos con que en tiempos del traidor carlos salinas de gortari se asesinó al Maquío y luego al patriota José Ángel Conchello por defender la isla bermeja, entregada a WASHINGTON para que las petroleras yanquis explotaran el inmenso yacimiento submarino de petróleo en el área llamada Hoyo de dona.
moises edwin barreda
31 diciembre, 2019 at 1:50 pm
En México ya no es peligroso ejercer el periodismo, y en tiempos de la pridictadura sólo se asesinaba a periodistas “incómodos” para los oligarcas corruptos de todos los niveles Y LOS QUE (SENTIDO COMUN) RECIBÍAN DINERO DE NARCOS Y LUEGO LOS ATACABAN. Esta última circunstancia fue aprovechada por los oligarcas corruptos (todos) para imputarle al crimen organizado (¿narcotráfico?) los asesinatos de periodistas que les eran “incómodos”. Los “reporteros” actuales noson incómodos para AMLO, los tolera, pues comprende que lo hostigan por hambre, son instrumento de la prensa vendida a la oligarquía .
Chester Chester
31 diciembre, 2019 at 3:44 pm
Mi comentario es que no abra poder humano que pueda quitar a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador a donde lo pusimos mas de 30 millones de mexicanos y mexicanas pues nuestro presidente está protegido por el todo PODEROSO que es nuestro Dios y con mucha fe y con nuestro Dios por delante venceremos miren y publiquen sin miedo
armando garcia lagos barba
31 diciembre, 2019 at 7:47 pm
Muy valiente el dicho de Anabel. En cierta medida pone de manifiesto, no solamente en el medio periodístico, sino en todo el gobierno de los últimos sexenios, el grado de podredumbre en que hemos vivido… y a pesar de todo, aquí estamos. Nuestro pueblo es noble y muy aguantador, quizás eso a llevado a los abusos de los que ejercen el poder. Pero ya estuvo bueno. Con AMLO quedó demostrada la búsqueda del pueblo por un cambio verdadero. Ahora falta que en este nuevo régimen se actúe con severidad ante los delincuentes, ante la impunidad. De lo contrario, en el futuro volveremos a caer en la misma mediocridad de los últimos sexenios.