Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)
Fotos: Arturo Guzmán Siordia/cortesía de Proyecto Diez
16 de enero 2015.- Todos los días, siete personas salen de su casa en México y no regresan; se convierten en desaparecidos. Cuando sus familias acuden a las autoridades para que inicien la búsqueda de su ser querido, reciben como respuesta un trato cruel, hiriente y de un profundo desinterés.
Al menos, esto es lo que documenta la organización Amnistía Internacional (AI) en su último informe titulado “Un trato de indolencia. La respuesta del Estado frente a la desaparición de personas en México”. En él, se da cuenta que desde el año 2006 se han registrado 27 mil 638 casos.
La organización en defensa de los derechos humanos señaló que las autoridades no son claras sobre cuántas de estas personas han sido sujetas a desaparición forzada (por agentes estatales), cuántas han desaparecido por otras causas o se han ausentado voluntariamente, y revela también que la búsqueda de personas es deficiente, inicia tarde y la investigación en cada caso es solamente un formalismo.
“En México no importa si una desaparición se trata de una situación oculta o es un caso de alto perfil, las autoridades parecen incapaces de dar respuestas sólidas e institucionales que estén encaminadas a encontrar la verdad y garantizar justicia”señala el informe presentado ayer en la Casa ITESO Clavijero, en Guadalajara.
Rosario Cervantes, madre de Osvaldo Javier Hernández Cervantes, un joven de 26 años desaparecido desde el 22 de julio del 2014 en el municipio de Tlaquepaque en Jalisco, consideró que la indolencia no sólo proviene de las autoridades, también se da al interior de la propia familia y en la sociedad.
“La indolencia no sólo existe en las autoridades, existe en la propia familia, en la sociedad misma. En donde quiera que uno diga, mi hijo está desaparecido, mi hermano está desaparecido, mi esposo está desaparecido, ahí está la indolencia (…) No alcanzo a entender cómo después de veintitantos mil desaparecidos, a la sociedad no le cae el veinte. ¿Qué estamos esperando que suceda?. Se llevaron a 43 muchachos, ¿qué más queremos que suceda para apoyar, para lograr que algo cambie?”.
La madre de Osvaldo Javier Hernández, aún no termina de explicarse los miles de desaparecidos en el país.
“Yo siempre he pensado que la palabra desaparecer es como si fuera un acto de magia: hoy estás aquí y mañana no estás, desapareciste. Eso no puede ser posible, tienes que estar en algún lado, fuera o dentro del país, muerto o vivo pero debes estar en algún lado”.
Estela de Carlotto. Foto: Arturo Guzmán Siordia/ cortesía de Proyecto Diez
Sus palabras fueron escuchadas por Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, quien contó cómo sufrió el asesinato de su hija durante la última dictadura cívico-militar ocurrida de 1976 a 1983 en Argentina, y cómo desde ese entonces salió a las calles, junto con miles de abuelas más, para buscar a su nieto desaparecido.
La activista argentina que buscó a su nieto durante casi 36 años, hasta encontrarlo el 5 de agosto del año pasado, pidió a las madres y familiares presentes de los desaparecidos, no dejar de buscar a sus hijos, vencer el miedo.
“Se han organizado bien, están, no abandonen la lucha, sumen, abran, no cierren, no se encapsulen diciendo esto es de nosotros, es de todos para que todos entiendan que les puede pasar y no tener miedo, el miedo paraliza, nos agobia y nos deja en soledad, vencer esos miedos, esos reparos y saber que toda Latinoamérica ha pasado y está pasando por esto todavía”.
Y mandó un mensaje de esperanza:
“La perseverancia triunfa, no hay que aflojar, no hay que bajar los brazos (…) nunca van a estar solas, nosotros vamos a estar”.
