Mañana será un gran día en el Estado de México, ganará Delfina Gómez

Por: Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo)

Mañana será un gran día. Domingo 4 de junio de 2017.

Quizás, los historiadores del futuro, cuando hagan científicos análisis de cómo cambió el país, de cómo se le rescató de la miseria, de cómo se transformó de un lugar de muertos a un lugar de esperanzas, pongan al 4 de junio de 2017 como una fecha importantísima.

En 2006, el PAN y el PRI se aliaron para impedirle a Andrés Manuel López Obrador que llegara a la presidencia. Unieron fuerzas, y también abrazaron la ilegalidad. Así lo reconoció Felipe Calderón de forma cínica, cuando aceptó que “haiga sido como haiga sido” había “ganado” la elección.

Felipe Calderón. Foto: Especial

Meses después de julio de 2006, posterior a las asambleas en la ciudad de México convocadas por AMLO y al plantón en el zócalo, la calle Madero y las avenidas Juárez y Paseo de la Reforma, los del PAN y los del PRI pensaron que López Obrador era ya un cadáver político, que no podría levantarse del desprestigio que ellos mismos habían creado vía cinismo y mentiras.

Han pasado ya casi once años desde las elecciones de 2006. El país, sin duda, se ha transformado. Y para mal. Ahora México es una fábrica (aún más grande) de pobres. Es una fábrica de muertos. Es una fábrica de desaparecidos. Es una fábrica de sufrimiento. Es una fábrica de corrupción. Es una fábrica (muy pequeña, pero muy potente) de hombres riquísimos que llegaron a esa posición gracias a la ilegalidad. Es una fábrica de sinsabores. Es una fábrica de jóvenes sin empleos. Es una fábrica de ancianos viviendo en condiciones deleznables. Es una fábrica de impunidad.

Sí, en diez años, México se cayó. O se cayó más de lo que venía cayéndose desde hace muchos años.

Pero mañana será un gran día.

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López Obrador, a pesar de los pronósticos que lo hacían cadáver político desde 2006, hoy es un liderazgo fuerte, con arrastre, y es un liderazgo que ha logrado captar la simpatía de millones de mexicanos. Y lo ha hecho por la constancia, por el tesón, y porque lo que en 2006 proponía, hoy sigue siendo necesario: que no haya corrupción, que no haya impunidad, que haya justicia, que haya felicidad para los mexicanos, para todos, no para unos cuantos que se sienten dueños de la nación.

AMLO y Delfina Gómez. Foto: Especial

Mañana son las elecciones en el Estado de México. Nadie, ni los más optimistas, pensaban que Delfina Gómez, una profesora, una hija de albañil, iba a competirle al grupo más poderosos y corrupto de México (el grupo Atlacomulco) y a sus aliados (el PAN y el PRD). Nadie pensaba que esa profesora, hija de albañil, pudiera ponerlos tan nerviosos. Pudiera ponerlos tan histéricos. Tan llenos de temor.

Mañana será un gran día. El Estado de México no es el comienzo, sino una fase del desarrollo de una lucha que lleva años. Una lucha que caló hondo en 2006, que puso esperanzas, aunque también tristezas, en 2012. Una lucha que abrazan los que piensan que estamos mal, que no podemos seguir así, que vivir en este país, en las condiciones actuales, no es vivir.

Mañana será un gran día. Este país va a cambiar, lo quieran no lo quieran ellos, los que se sienten dueños de todo y que le han hecho tanto mal a la nación.

Mañana…. Mañana es el Estado de México. Pronto será todo el país. Todo.